- AMLO podría cambiar de nombre a Morena
- Fisuras en el casco de la nave guinda
- Generosa aprobación a López Obrador
QUIENES se disputan el liderazgo nacional de Morena deberían actuar con cautela y atender la advertencia del presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR a renunciar al partido que lo llevó al Poder y formar otro.
El tabasqueño sabe, bien que sabe, que la Cuarta Transformación tiene sus cimientos en su persona y que Morena fue solo el vehículo que lo trasladó en la competencia electoral que dio paso al primer régimen de izquierda.
Si bien es cierto que actualmente el Movimiento de Regeneración Nacional es la corriente partidista del momento al desplazar al PRI y al PAN, también es cierto que su supremacía la debe a quien ahora reside en el Palacio Nacional.
Desde otra perspectiva, al menos hasta ahora, Morena necesita de su fundador y no precisamente lo contrario, por lo que no debe tomarse como una bravuconada la advertencia de quien encabeza el gobierno de la 4T.
A nueve meses de mandato constitucional, LÓPEZ OBRADOR, de acuerdo a encuestas, mantiene una generosa aprobación, lo que, en consecuencia, lo transforma en un mandatario bastante fortalecido con todo y la falta de aterrizaje de algunas promesas de campaña.
La lucha interna morenista por el control político en ambas Cámaras del Congreso de la Unión y de la propia dirigencia nacional ha provocado fisuras en el casco de la nave guinda.
Independientemente de que, al menos en teoría, decidió retirarse del partido para gobernar a todos los mexicanos, el jefe de Ejecutivo ni suda ni se acongoja por la suerte de Morena toda vez que su sueño presidencial finalmente se concretó.
Para evitar pleitos y confrontaciones, ANDRÉS MANUEL propone el método de encuestas para decidir liderazgos, recordando que Morena es el único partido que ofrece estatutariamente esa forma de definición interna.
Al referir que “se vayan al carajo los ambiciosos vulgares”, LÓPEZ OBRADOR no le coloca el saco a nadie, pero, eso sí, define claramente que no está de acuerdo que prevalezcan los intereses personales.
El asunto cobró notoriedad con la decisión de la Comisión de Honestidad y Justicia de Morena al invalidar la elección para definir la titularidad de la presidencia de la Mesa Directiva en el Senado.
La pugna entre RICARDO MONREAL ÁVILA, líder de la bancada morenista, y el presidente de la Mesa Directiva MARTÍ BATRES, evidencia la lucha por el poder político y actividad futurista.
Respecto al relevo de la dirigencia nacional de Morena, si se atiende la recomendación del mandatario nacional, serán 3.1 millones de afiliados quienes elijan al sustituto de YEIDCKOL POLEVNSKY mediante el método de la encuesta.
Al margen de quienes controlen el poder político en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores y, también, de quien lleve la batuta nacional de Morena, lo cierto es que ganadores y derrotados no deben perder el rumbo y reconocer que la fuerza real de Morena tiene nombre y apellido: ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR.