¿Negociación o juicio?

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PALACIO
Por Mario Díaz

¿Negociación o juicio?

  •  Fiscalía vs defensa
  • ¿Testigo protegido?
  • Cuando “la mula es terca….”

SIN duda, el congelamiento de los tiempos legales solicitado por la Fiscalía del Distrito Este de Nueva York ante la posibilidad de una negociación con el acusado GENARO GARCÍA LUNA, ha incrementado la incertidumbre entre muchos políticos mexicanos.

En efecto, después de declararse no culpable en una Corte Federal, acusadores y defensores del exsecretario de Seguridad Pública en el sexenio de FELIPE CALDERÓN HINOJOSA han entrado en el terreno de la negociación.

Actualmente, fiscalía y defensa analizan los elementos jurídicos de cargo y descargo con miras a evitar un juicio público ante un Jurado, lo que, a su vez, se traduce en reducción de costos e incertidumbre.

Lo anterior, obviamente, siempre y cuando GARCÍA LUNA acepte y se declare culpable de un cargo menor y, en contraparte, la fiscalía retire las acusaciones más graves.

Cabe señalar que la negociación no implica necesariamente que el también director de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) durante el gobierno de VICENTE FOX QUESADA, se arrope en el programa estadounidense de testigos protegidos.

Fiscalía y defensa pueden negociar culpabilidad e información a cambio de una sentencia menor que pueda ser cubierta con algunos años en prisión. De comprobarse los delitos que le imputan podría alcanzar una pena entre 20 y 25 años de prisión; en eventual negociación la reducción estimativa sería entre 10 y 15 años.

Ahora que, si GENARO GARCÍA LUNA aporta información relevante que los fiscales yanquis puedan emplear para fortalecer otros expedientes o bien iniciar nuevos juicios, entonces sí, cabe la posibilidad de que se integre al programa.

De ahí la importancia que reviste la negociación que mantienen los abogados defensores del exsúper policía mexicano y los fiscales del Distrito Este de Nueva York, allá en la Unión Americana.

Una vez que la fiscalía identifique ante la defensa los testigos de cargo y muestre sus principales pruebas a los abogados de GARCÍA LUNA, seguramente, a partir de ahí, podrían surgir las bases para la negociación a cambio de ciertos beneficios.

Sobra decir que a ninguna fiscalía le agrada perder un juicio en una Corte Federal, por lo que no es aventurado predecir que las pruebas en contra del mexicano son realmente contundentes.

Concatenando temas, no pasó desapercibida la aseveración del actual secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, ALFONSO DURAZO, al afirmar que en el gobierno de la Cuarta Transformación nunca habrá un GENARO GARCÍA LUNA.

En primer plano, nada que pudiera estar fuera de contexto luego de la detención de éste en los Estados Unidos de Norteamérica.

Sin embargo, DURAZO prácticamente juzgó a su exhomólogo, pasando por alto que se encuentra en juicio y, por lo tanto, bajo la presunción de culpabilidad. Una vez que el Juez dicte sentencia, GARCÍA LUNA será culpable o inocente.

Mientras eso sucede, la incertidumbre permea entre los excolaboradores más cercanos al exsecretario de Seguridad Pública Federal y, por supuesto, entre los propios mandatarios nacionales a quienes les aceptó esa gran responsabilidad.

Asimismo, desde su encierro en una cárcel norteamericana, GENARO GARCÍA LUNA analiza y evalúa todas las cartas que tiene en sus manos para, al menos, lograr una sentencia menor que le permita recuperar su libertad a mediano plazo.

DESDE EL BALCÓN:

¡Por fin! ¡Vaya! ¡Eureka! ¡Albricias! Más vale tarde que nunca.

Lo anterior cabe a la perfección en lo anotado durante el informe anualizado 2019 de TEODORO RENTERÍA ARRÓYAVE sobre los asesinatos de periodistas en México.

En el primer subtítulo indica: “En el 2019 y en lo que va del régimen de Andrés Manuel López Obrador, se cometieron 16 asesinatos presuntamente atentatorios de las libertades de prensa y expresión…..”.

Por fin, la lucidez ganó una batalla (más no la guerra) a la senectud y se utilizó el término PRESUNTAMENTE (así, en masyúsculas) que es lo correcto periodística y jurídicamente.

No se debe asociar de inmediato el homicidio de un periodista con un atentado a las libertades primarias, aunque, eso sí, se debe exigir a la autoridad competente que se incluya en las líneas de investigación la actividad periodística de la víctima, ante la PRESUNCIÓN de que el atentado esté relacionado con el ejercicio de la profesión.

Así de simple y de sencillo.

Aunque, como dicen en el rancho, “cuando la mula es terca…”

Y hasta la próxima.
mariodiaz27@prodigy.net.mx