Instagram puede perjudicar seriamente su salud

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¿Quién regula las redes sociales más allá de las propias redes? El asunto está fuera de toda agenda política.

EL PAIS.- Con más de mil millones de usuarios en todo el mundo, Instagram es la red que más ha crecido en los últimos años, es la preferida de las marcas y es, además, un arma de construcción masiva de identidad íntima y social. Así que en 2020 sumará usuarios e ingresos hasta que, como siempre, estalle la burbuja… O no. Pero las consecuencias (hoy desconocidas) ya serán inevitables, como nos pasó con Facebook y su manipulación democrática en las últimas elecciones a la presidencia americana, por ejemplo.

Mientras tanto, en España sumamos ya 15 millones de instagramers y aunque la mayoría son jóvenes, pues es la red preferida de los adolescentes, ya hay 3,2 millones mayores de 45 años y es el segmento que más se espera ver crecer en el próximo año. Las empresas están, las marcas están, los jóvenes están y los mayores están llegando. Yo también estoy. Y usted que está leyendo ahora seguro que ya tiene un perfil o lo tendrá pronto, por mucho que desconozca, como todos, las posibles consecuencias sobre su salud o su persona.

En este sentido, el tema de los medicamentos es solo la punta del iceberg dado que la tecnología está entrando en nuestras vidas sin ningún ensayo previo sobre las consecuencias que puede tener sobre nosotros, nuestro sistema cognitivo, nuestros cuerpos, nuestra privacidad o nuestra identidad. Con esto no quiero decir que debamos oponernos a la tecnología. Al contrario, considero un verdadero privilegio vivir en la era digital. Estoy segura de que las cosas no solo serán distintas sino mejores gracias a Internet y entiendo que el negacionismo tecnológico debería estar más que superado a estas alturas. Lo que no comprendo es la falta de análisis, de información y de protección sobre los usuarios digitales, muy especialmente sobre los niños, pues los nativos digitales son auténticas cobayas de nuestra cultura. Y cuanto más pobres, más cobayas, como siempre. Los hijos de Bill Gates se educan con juguetes de madera. Pero el 21% de los jóvenes españoles de entre 10 y 25 años sufre trastornos del comportamiento por culpa de la tecnología, según una encuesta del último Plan Nacional sobre Drogas.

Por su parte, Instagram crecerá aún más en 2020 y cada día más personas se darán de alta sin suficiente información, control o protección. Por ejemplo, muchos padres no saben que Instagram exige aceptar en sus bases legales una edad mínima de 14 años para hacer uso de esta red cuando permiten que sus hijos mientan sobre su identidad al crear su perfil. Igual que desconocen las consecuencias de este desliz. La publicidad invade esta red sin dejar rastro, pues los influencers no indican cuando prescriben un producto pagados por una marca o cuando lo hacen de forma orgánica. Pocos menores reciben educación digital para enfrentarse al bullying y la presión social que pueden recibir desde esta red, que es hoy su favorita. E igualmente, la mayoría desconoce las consecuencias legales que pueden tener algunos de sus comportamientos digitales, como compartir fotografías de amigas y amigos desnudos o suyas propias (los famosos “nudes”) que comparten con feliz despreocupación a través de la mensajería directa de Instagram. La lista podría seguir casi infinitamente. para que sobrellevemos su gestión.

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