Por Ramón Durón Ruíz (†)
La sabia frase dice: “El dinero hace hombres ricos, el conocimiento hombres sabios… la humildad hace hombres grandes”
Los abuelos, son hombres grandes porque en ellos se compendia la humildad, la sabiduría y la riqueza, que los lleva a disfrutar más el ser que el tener, en ellos se resume la rica tradición oral de nuestros pueblos; en fin escuela de natural erudición, saben que la vida es un espacio tan breve como corto y que los años pasan de prisa, por eso trasmiten a las nuevas generaciones, la rica herencia de la tradición oral.
Una de las manifestaciones de la tradición oral, se expresa a través de los remedios caseros, que como medicina natural alternativa, se han ido transmitiendo de generación en generación, remedios que nacidos en el tiempo sirven para curar distintos padecimientos y malestares.
Desde tiempos antiguos en los que escaseaba el médico y medicamentos, los remedios se convirtieron en una opción viable y práctica, simplemente porque es la naturaleza al servicio del hombre.
En algunos lugares, los remedios populares, han logrado trascender los entretelones del tiempo por su eficiencia y en la actualidad por los altos costos de la medicina, incluso alguno de ellos se han convertido científicamente en medicinas de patente, debido a su eficiencia.
El viejo Filósofo cree que la identidad del ser humano, no se da por el lugar de nacimiento, sino por la íntima necesidad de integrarse y comprender el lugar en el que se habita, la capacidad de redescubrir el espacio y con él, la cultura con sus tradiciones orales, llenas de mitos, ritos, remedios caseros, con los que se cura el mal de ojo, el empacho, el espanto, el estreñimiento, el dolor de oído, de cabeza, la inflamación de la próstata, etc.
“Para la Organización Mundial de la Salud, la COVID-19 es una enfermedad infecciosa causada por un nuevo virus que no se había detectado en humanos, se caracteriza por síntomas leves, como, secreciones nasales, dolor de garganta, tos y fiebre. La enfermedad puede ser más grave en algunas personas y provocar neumonía o dificultades respiratorias.
Los únicos accesos de entrada al virus son por contacto directo (1 metro o 3 pies) con una persona infectada cuando tose o estornuda, o por contacto con sus gotículas respiratorias (saliva o secreciones nasales). Es casi imposible no contagiarse, a pesar de todas las precauciones. El contacto con el virus no es tanto el problema, como su proliferación.
Mientras estés sano y no muestre aún ningún síntoma de la COVID-19, a fin de prevenir la proliferación, agravamiento de los síntomas y desarrollo de una enfermedad respiratoria sigue estos simples pasos, que puedes poner en práctica ahora.
1.- Lavar las manos con agua y jabón o utilizar antibacteriales a base de alcohol.
2.- Cubre nariz y boca con pañuelos desechables o con el ángulo interno del codo cuando vayas a toser o estornudar.
3.- Evita el contacto cercano con quien esté resfriado o con síntomas similares a la gripe.
4.- Cocina bien tus alimentos (sobretodo carne y huevos).
5.- Evita el contacto sin protección con animales (de granja o salvajes).
De acuerdo con los consejos de la Organización Mundial de la Salud las personas que solo sufran síntomas leves de la enfermedad –fiebre y fatiga moderada–, recomienda permanecer en autoaislamiento y evitar ir a un centro médico para evitar la propagación del coronavirus. Sólo en caso de que los síntomas se agraven se debe ir a un hospital para recibir atención médica.”
A propósito de atención médica, una joven mujer llega al consultorio y le dice al médico principiante:
— ¡Doctor! Quiero que me cheque, me parece que estoy embarazada.
El joven galeno la revisa, y le responde:
— No señora, ¡¡Lo que usted tiene son gases!!
La señora se va y vuelve a la semana, y el médico la revisa y le vuelve a decir:
— Usted no está embarazada… ¡Lo que tiene son gases!
A los dos años, el médico se topa en la calle con la señora, la ve con gemelos y le pregunta:
— ¡Señora! ¿Cómo le va, son suyos esos niñitos?
— Sí, pero para usted deben ser dos gases… ¡¡DISFRAZADOS DE NIÑOS!!
Fuente: Organización Mundial de la Salud