Por Marco A. Vázquez
Hace muchos años un empresario de esta capital, de Ciudad Victoria, fue y se compró un auto del año, uno de sus acompañantes, gerente de una de sus tiendas, se sorprendió cuando observó que el coche no costaba más de 200 mil pesos y lo estaba solicitando a crédito.
-¿No le parece molesto estar pagando por dos años un carro que podemos adquirir al contado?, le preguntó a su jefe quien con una risa burlona le respondió, “Nomás los pobres compran al contado, mira, te voy a explicar, si pago al contado me voy a descapitalizar y no tendré para ninguna emergencia o para alguna oportunidad que se me presente en cambio a crédito voy a pagar 200 mil pesos en dos años, cien mil pesos por año, si dividiera el total serían poquito más de ocho mil pesos por mes y no me deshago de mi dinero, es más, en todo caso invierto los 200 mil pesos y chingo a mi madre si no me gano unos 10 mil pesos mensuales con un negocio que tengo en mente”.
La anécdota viene a colación porque la mentalidad del empresario le hace falta a muchos que se dedican a la política, también la necesitan quienes ven como una desgracia que el gobierno de Tamaulipas haya solicitado un crédito de cuatro mil 600 millones de pesos para la contingencia del coronavirus con el argumento de que el gobierno federal no se ha endeudado para nada y que lo mismo se debería hacer aquí, trabajar con lo que se tiene o, de plano, no hacer nada en materia de economía y desarrollo como se pretende operar por el gobierno de Morena.
Mire, si un crédito deja ganancias la verdad no tiene nada de malo su adquisición, el solicitar esos recursos le permitirá al gobierno estatal evitar muertes que se esté en posibilidades de hacerlo, también tener equipo médico y, sobre todo, ayudar a la gente que se quede sin empleos y precisar acciones de rescate a la pequeña y mediana empresa que, de otra manera, se pueden hundir al tener cerrados sus negocios o producir muy poco por la baja demanda de la gente.
Aunque no lo crea, hay personas que están perdiendo su trabajo, quizá en forma indebida o porque las empresas no pudieron sostenerse, no lo sé pero el caso es que a ellos también hay que ayudar.
Ahora bien, lo que hace el gobierno federal de no endeudarse por la contingencia es bueno, ellos tienen otra forma de obtener recursos como es vía impuestos, cobro de servicios, multas, sanciones, etc y bien invertidos se puede hacer mucho pero no son las mismas condiciones de los Estados, es más, y para dar un ejemplo, mucha de la recaudación en Tamaulipas se va al gobierno federal y luego solo se regresan unos pocos centavos por cada peso que ingresa.
Todavía existe otra cosa que deben analizar los miembros del gabinete, los asesores y el propio presidente Andrés Manuel, los pronósticos de una recesión mundial son cada vez más insistentes y para el país no es diferente el futuro, el Banco Mundial, por ejemplo, ayer ofreció cifras que son para espantar a cualquier en ese rubro, dicen que la economía de México va a decrecer, va a caer, un 6 por ciento lo que en términos más o menos llanos significa millones de personas que perderán el trabajo, miles de empresas en quiebra, habrá inflación y hasta un administración pública con problemas para atender las necesidades de la su pueblo.
Vaya, quizá no sea bueno estar pagando los efectos del coronavirus en “efectivo” como lo hace actualmente el gobierno federal que le invierte con el dinero que está recuperando de impuestos y no lo es porque ni siquiera se sabe cuándo terminará la contingencia ni el costo de la misma ante el paro de labores de gran parte de la planta productiva, es decir, llegará el momento en que todo truene porque nadie, o muy pocos, pagarán impuestos al no producir o no tener ganancias.
Dirá usted que el gobierno del Estado de Tamaulipas nos endeudará por 18 o 20 años y que los recursos vamos a pagarlos todos, pues quizá sí, digo, ojalá y todos salgamos vivos con las medidas que se tomen.
Otra de las constantes quejas de los enemigos del gobierno de Tamaulipas va en el sentido de que no se sabe cómo se pretende invertir el recurso, la verdad es que la Senadora de Morena dio la solución al respecto, ella dijo que estarán al pendiente de lo que se haga con ese dinero y, se supone, que la vigilancia de quienes son mayoría en el Congreso de la Unión y tiene la Auditoria Superior de la federación en sus manos, pues debería ser suficiente para confiar más en que se pueden hacer bien las cosas, digo, a menos que ellos no sepan cómo se audita un recurso.
Con todo esto, hay que regresar a la anécdota del inicio, las administraciones públicas, sobre todo los políticos y los que hacen politiquería, deben entender que no todas las deudas son malas, que hay algunas que dejan ganancias y que quizá ya sea tiempo de que el gobierno federal vaya pensando que va a hacer para que se active de inmediato antes de que México se convierta en un desgarriate que ya no tenga solución, no vayan a pretender trabajar cuando ya no sea posible recuperar empresas ni empleos.
En síntesis, hay que dejar atrás la mentalidad de pobres que hemos tenido para pasar a la acción que nos permita a todos salir de esta contingencia lo menos dañados posible, hay que trabajar en la confianza del mundo, hay que mantenernos vivos y, luego de ello, recuperarnos de la mejor forma posible.
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