- “Hay que construir colectivamente nuevas condiciones de convivencia que, sin menoscabo de la producción, propicien el bienestar de la sociedad y la valoración de la salud individual y colectiva…”: Dr. Luis Humberto Garza.
El encierro provocado por la pandemia de coronavirus ha afectado a las comunidades y a las familias mexicanas donde se han multiplicado problemas sociales como ansiedad, depresión, miedo y violencia intrafamiliar, que deberán atenderse por parte de las instituciones a nivel federal y estatal una vez que pase la contingencia para, entre todos, construir la nueva normalidad.
Así lo destacó en entrevista Luis Humberto Garza Vázquez, licenciado en Sociología, maestro en Tanatología y Doctor en Educación, quien señaló que la contingencia sanitaria ha sido una gran experiencia para todos.
El profesor e investigador de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) explicó que la resiliencia es la capacidad que tenemos los seres humanos para superar las crisis y seguir creciendo a pesar de las vicisitudes y se manifiesta a nivel personal, familiar y social-
Agregó que la resiliencia se puede abordar desde la medicina, psiquiatría, psicología, sociología, tanatología y otras disciplinas.
Mencionó que el estudio de la resiliencia se está incorporando a los modelos educativos a nivel mundial, nacional y regional a propuesta de la Organización de las Naciones Unidas, y señaló que en la región ha sido la UAT donde se han realizado estudios sobre el tema de 2003 hasta la actualidad.
El profesor Garza Vázquez, cuya tesis doctoral es un tratado sobre resiliencia, destacó la importancia de que una vez enfrentada esta contingencia sanitaria y ya que pase la crisis, se hace necesario diseñar estrategias de intervención sustentadas en la resiliencia a nivel familiar, escolar, comunitaria y organizacional.
Recomendó comenzar a trabajar desde ahora en un programa pertinente para regresar a la nueva normalidad, tras agregar que tiene que trabajarse con equipos multidisciplinarios.
“Porque después de la epidemia ya nada será igual y hay que construir colectivamente nuevas condiciones de convivencia que, sin menoscabo de la producción, propicien el bienestar de la sociedad, la mayor valoración de la salud individual y colectiva como aspecto indispensable para una vida útil y feliz”, concluyó.