Deja atrás Slim cancelación del aeropuerto para ayudar a construir el Tren Maya

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Agencias.- Un total de 235 kilómetros de ferrocarril ha vuelto a unir al presidente de México y al hombre más rico del país.

El proyecto que hará que el multimillonario Carlos Slim y el presidente Andrés Manuel López Obrador se asocien es el segundo tramo del controvertido Tren Maya en la región sureste del país, luego de que dos de las compañías de Slim se adjudicaran un contrato por 18 mil 500 millones de pesos (774 millones de dólares).

El tren marca la primera gran inversión de Slim en un proyecto gubernamental durante este Gobierno después de que la cancelación de la construcción del aeropuerto en Texcoco y demandas por un ducto no terminado desgastaran la relación entre él y López Obrador. Las obras del contrato ferroviario comenzarán esta semana.

“El ‘Ingeniero’ piensa que desarrollar el sureste es de suma importancia”, dijo el portavoz de la familia Slim, Arturo Elías Ayub, refiriéndose a su suegro. “Invertir en infraestructura es esencial para impulsar esta área rezagada. Los márgenes en este tipo de proyectos son siempre pequeños, pero es importante hacerlos”.

La oficina de la Presidencia no respondió a una solicitud de comentarios.

El Tren Maya

La sección del tren que están construyendo las empresas de Slim, Operadora Cicsa y Fomento de Construcciones y Contratas, va desde la localidad de Escárcega hasta Calkiní, en el estado de Campeche. Son 235 kilómetros de un antiguo ferrocarril que deben reacondicionarse para que cuenten con material rodante moderno.

El Tren Maya, un importante proyecto para López Obrador, ya que está intentado impulsar el crecimiento en una parte menos desarrollada de México, ha sido controvertido desde el principio.

Algunas semanas antes de asumir el cargo, a fines de 2018, realizó una consulta para decidir si seguía adelante con el proyecto. Si bien 89.9 por ciento de quienes votaron dijo que sí, solo 1 por ciento de la población de México participó en los comicios.

En tanto, en una consulta realizada en diciembre del año pasado, un total de 93 mil 142 indígenas mexicanos en los estados de Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán votaron por el ‘sí’ durante la consulta sobre la construcción del Tren Maya, lo que representa un 92.3 por ciento de los votantes.

La ruta por donde pasa el tren alberga muchos grupos indígenas que temen que el proyecto sirva para atraer turistas pero que haga poco por ellos. Sus líderes dicen que la ley exige que tal emprendimiento debe incluir un referéndum específico para grupos indígenas.

La línea ferroviaria completa se extenderá por mil 460 kilómetros, atravesará cinco estados mexicanos y podría transportar a más de 8 mil pasajeros por día, además de carga. Pasará por algunos de los destinos turísticos más populares del país, como Cancún y Tulum. Chiapas, uno de los estados que atravesará el tren, tiene la mayor proporción de personas que viven en extrema pobreza en todo México, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

El impacto medioambiental

Los ambientalistas están preocupados por el impacto que tendrá un proyecto de este tamaño en el frágil ecosistema. La ruta es el hogar de aproximadamente entre 800 a mil 200 jaguares, una especie ya en peligro de extinción, según Panthera, organización sin fines de lucro con sede en Nueva York.

El tren también incluirá una parada cerca de la Reserva de la Biosfera de Calakmul, una de las áreas protegidas más grandes de México, lo que haría necesario la construcción de hoteles, restaurantes y otros alojamientos para una gran afluencia de visitantes.

Los expertos también temen que no sea rentable, pero López Obrador argumenta que el tren es un proyecto “social” destinado a impulsar la economía de la península de Yucatán, creando empleos e infraestructura que reducirán la emigración.

Las compañías de Slim comenzarán a trabajar esta semana.

El otrora hombre más rico del mundo, Slim ahora figura en el lugar número 20 del índice de multimillonarios de Bloomberg, con una fortuna de 44 mil 400 millones de dólares. Con todo, es por lejos la persona más adinerada de México. La mayor parte de su dinero proviene de las telecomunicaciones, pero su imperio también abarca los sectores de construcción, banca y minería.