Cada vez peor…

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Marco A. Vázquez

Y usted, ¿cómo se siente en materia de seguridad?, la pregunta parece necia cuando México tiene las cinco ciudades más violentas del mundo según la organización no gubernamental Seguridad, Justicia y Paz que este primero de junio hizo público el ranking mundial al respecto.

Suena catastrófico, en realidad lo es porque si buscamos las 10 ciudades donde más asesinatos se cometieron por cada 100 mil habitantes, tasa le llaman, México todavía aporta una ciudad más y entre las 50 más peligrosas del mundo puede presumir que ha roto todos los récords en la materia ya que inscribe a 19 de sus ciudades.

Ahora, si usted es tamaulipeco parece ser que las cosas van bien pues Seguridad, Justicia y Paz afirma que nos hemos alejado de los primeros lugares más violentos aunque todavía tenemos dos ciudades que destacan dentro de las 50 que son las más inseguras de mundo, ocupando el lugar 38 está Ciudad Victoria y dos espacios atrás Reynosa, ambas ciudades el año pasado aparecieron dentro de las primera, Victoria incluso fue catalogada como la cuarta ciudad más violenta del mundo.

Lo cierto, con todo y los numeritos, es que los tamaulipecos nos seguimos sintiendo inseguros por la simple y sencilla razón de que la violencia no se ha ido del todo, que todavía escuchamos todos los días de asesinatos, ajustes de cuentas, de balaceras.

Vaya pues, que Ciudad Victoria ha pasado del lugar número cuatro al 38 es un gran avance, se tienen que reconocer los éxitos del gobierno estatal y del gobierno federal al respecto, también que hayan sacado de esa lista de las cincuenta más violentas a Nuevo Laredo, Matamoros y Tampico que en otros años también aparecían en la misma pero la percepción es otra cosa y se basa en lo que la gente siente, ve, o cree.

Aún hay más, el problema es que mientras el país se siga convulsionando no se puede cantar victoria en ningún lado y eso así sucede de acuerdo al boletín oficial de esa organización que detalla que por tercer año consecutivo una ciudad mexicana es la más violenta del mundo y por segundo año consecutivo esa ciudad más violenta del mundo es Tijuana con una tasa de 134.24 homicidios por cada 100 mil habitantes.

Existe un dato todavía más alarmante, como le decía, en 2019 las cinco ciudades más violentas del mundo son mexicanas, apunte a Tijuana, Ciudad Juárez, Uruapan, Irapuato y Ciudad Obregón. De las 10 ciudades más violentas del mundo seis son mexicanas ya que se agrega Acapulco.

Seguridad, Justicia y Paz anota que México es el país con el mayor número de ciudades violentas: 19 de 50, cerca del 40 por ciento de todas superando a Brasil que era el que acaparaba esos lugares.

Los datos por supuesto que se desprenden de estadísticas oficiales, de asesinatos que tiene en sus registros el Secretariado Ejecutivo del Consejo Nacional de Seguridad Pública lo que puede hacernos creer con toda convicción de que son muy conservadoras porque muchos de los asesinatos en México nunca se denuncian ya que simple y sencillamente se desaparece a los muertos.

La organización que denuncia o da a conocer las cifras afirma que “México es el epicentro mundial de la violencia y se lo debe a sus gobernantes. Los gobiernos anteriores al actual, de Andrés Manuel López Obrador, fueron incompetentes en extremo para controlar la violencia, pero al menos parecía que intentaban frenar a los violentos ¿. Pero la política del actual gobierno es mucho peor que las políticas de los gobiernos anteriores y el resultado es el de niveles de violencia sin precedentes. El problema central es que este gobierno al tiempo que trata a los delincuentes como víctimas, es claramente hostil hacia las verdaderas víctimas. Este gobierno se niega a aplicar la fuerza legal contra los criminales y en cambio les ofrece subsidios, como las “becas” del programa “Jóvenes Construyendo el Futuro” que debieran, supuestamente, poner fin a los sicarios al convertirlos en becarios: Por supuesto los sicarios, aunque sean becarios, siguen siendo sicarios”.

Después de la crítica la organización ha dicho que gobiernos que han mostrado mano dura contra la delincuencia han tenido más éxito que el mexicano y expuso de prueba a El Salvador que logró sacar de ese ranking a la única ciudad que tenía dentro del mismo.

Sea como fuere la única realidad es que México se encuentra convulsionado y cada vez peor pero también que Tamaulipas aún no debe festejar por salir de los primeros lugares con más violencia, nada de yupi pensando que todo es bueno ya que aunque se vean resultados que dan gusto todavía no se ha logrado tener éxito, vaya, aún no podemos decir que podemos vivir en paz porque como lo ha dicho el gobernador, Francisco García Cabeza de Vaca, aún falta mucho por hacer y agregar que para asegurar eso no se necesitan estadísticas ni inteligencia, con el puro sentido común basta.

En otras cosas… La Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) a través de la Facultad de Medicina de Tampico, presentó la ponencia “Impacto social generado en la población. Durante y después del confinamiento aplicado como medida de prevención y control del SARS-COV-2 en Brasil, Chile, Ecuador, España y México”.

La charla fue impartida a través de la plataforma Zoom por la Dra. Perla Ríos Villalba, especialista en Salud Pública y Medicina Preventiva, así como Coordinadora de Vigilancia Epidemiológica de Petróleos Mexicanos (PEMEX), como parte de las actividades programadas en la semana de conferencias “COVID-19 y Entidades Cardio-Metabólicas”.

La especialista, quien es egresada de la Facultad de Medicina de Tampico-UAT y Profesora del Instituto Nacional de Salud Pública, compartió en la ponencia los avances de estudios que de manera conjunta realizan universidades de Latinoamérica y Europa y detalló que se hacen encuestas a la población de 5 países para conocer el impacto del confinamiento en rubros como la salud mental, un aspecto que comprobó su aumento en el capítulo de investigación elaborado primeramente en España.

Sostuvo que actualmente se difunde la aplicación de la encuesta en nuestro país, pero el corte más reciente reveló que, quienes tienen más nivel de estudios, son quienes menos se han apegado a las medidas de confinamiento. Siendo la población indígena, la que más se ha resguardado durante la cuarentena.

Subrayó que más del 14% de los encuestados manifestó haber recibido agresiones por tener que trabajar durante la cuarentena (personal de salud). Y el 29% respondió tener alguna enfermedad crónica y que a pesar de tener síntomas, aseguraron no tener diagnóstico de COVID-19. Tema que, dijo, se investigará en otras entregas y refirió que, en otras etapas, se pretende realizar este trabajo más a fondo en coordinación con la UAT y sus expertos en distintas disciplinas.

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