Agencias.- Los titanes más adinerados de Silicon Valley han tratado de conquistar la industria de los videojuegos, un mercado de 150 mil millones de dólares, y hasta ahora han fracasado. El otoño pasado, Google presentó Stadia, un servicio de streaming de juegos que, afirmó, aniquilará las consolas. Apple, por otra parte, ha intentado construir un “Netflix para juegos de iPhone” con su servicio de suscripción Arcade por un costo de cinco dólares al mes, sin el éxito pronosticado.
Amazon.com también ha estado invirtiendo en los videojuegos durante más de seis años, solo para ver cómo fracasan sus ofertas iniciales para PC y consolas.
La historia del videojuego de 2020 será muy parecida a la de las últimas dos décadas: Redmond versus Tokio, el eterno duelo del Xbox de Microsoft y el PlayStation de Sony.
Este otoño, todo apunta a que las próximas iteraciones de sus plataformas serán exitosas. El adelanto que ofreció Sony del próximo PlayStation 5 ya tiene 28 millones de vistas en YouTube; un avance de Halo Infinite de Microsoft, que se lanzará junto con el nuevo Xbox Series X, tiene 100 mil ‘me gusta’ en Twitter.
Generalmente, las consolas se lanzan cada seis o siete años. Sony fue el gran ganador la última vez, vendió más de 110 millones de PlayStation 4 desde su debut en 2013. A 400 dólares la unidad, era 100 dólares más barata que el Xbox One, lo que le dio un empujón que Microsoft no pudo igualar, ni siquiera después de poner el precio al nivel del PS4 en 2014. La brecha creció tanto que a fines de 2015 Microsoft dijo que dejaría de divulgar las ventas de Xbox, y señaló a los inversionistas que se enfocaría mejor en los usuarios mensuales y en el famoso ‘engagement’. (En 2016, un ejecutivo de Electronic Arts declaró que Sony había vendido 36 millones de PS4, mientras que el Xbox One rondaba los 19 millones, una disparidad que ha crecido con el tiempo).
Hoy, Microsoft tiene la oportunidad de invertir el guión. El Xbox Series X tendrá una unidad de procesamiento de gráficos más potente que el PlayStation 5. El concepto que usan las compañías de videojuegos es ‘teraflops’, una forma de medir el rendimiento de la computadora: la consola Series X tendrá 12 teraflops, frente a los 10.28 del PS5. Microsoft también ha pasado los últimos dos años adquiriendo desarrolladores de videojuegos para competir con Sony.
Ninguna ha revelado precios, pero a Doug Clinton, socio gerente de la firma de capital de riesgo Loup Ventures LLC, no le extrañaría que Microsoft fijara un precio menor al del PS5: “Perdieron en los últimos dos ciclos y no generan ganancias de la consola. Quien gana al principio generalmente crece con el tiempo, gracias al efecto de red”.
Clinton espera que cada uno venda entre 3 y 4 millones de unidades para fin de año, en línea con las cifras de la generación anterior. Sony es más optimista, ha duplicado la producción del PS5 a 10 millones de unidades para fines de año debido a un aumento en la demanda a causa del COVID-19. La mayoría de los grandes lanzamientos de terceros editores, incluidos los de este otoño Assassin ‘s Creed: Valhalla y Marvel ‘s Avengers, estarán disponibles en ambos sistemas. Pero hay algunas diferencias estratégicas clave.
El plan de Sony: grandes exclusivas
La mayoría de los videojuegos debutan en tantas plataformas como sea posible con el fin de llegar a la audiencia más amplia. Call of Duty sale cada otoño en PlayStation, Xbox y PC, lo que lo impulsa a romper los récords de ventas anuales. El último juego, Call of Duty: Modern Warfare, captó arriba de mil millones de dólares en sus primeros dos meses, según la empresa matriz Activision Blizzard.
Sin embargo, Sony tradicionalmente ha pagado a los desarrolladores internos y externos con el fin de que los juegos sean exclusivos de PlayStation, una estrategia que limita su audiencia, pero obliga a los jugadores a adoptar su hardware. Eso le funcionó de maravilla con el PS4, porque títulos aclamados por la crítica, como el juego de rol Horizon Zero Dawn y el juego de acción God of War, vendieron arriba de 10 millones de copias cada uno.
Y Sony parece estar aplicando el mismo enfoque para el PS5. Durante un evento digital en junio, presentó una secuela de Horizon Zero Dawn y una nueva versión del clásico de PS3 Demon ‘s Souls, por mencionar algunos. La compañía japonesa ha dado a entender que esos títulos serán exclusivos del PS5, orillando a los más fanáticos a comprar una nueva consola con el fin de jugarlos.
El diseño, de aspecto alienígena, también contrasta con la básica caja negra de Microsoft. Incluirá un potente procesador para mundos más grandes y hermosos y estará disponible con o sin lector de discos, lo que refleja el rápido crecimiento de las opciones digitales (Sony dijo en 2019 que más del 50 por ciento de sus clientes adquirían juegos digitalmente).
El PS5 también tendrá una unidad SSD, una actualización de los discos duros tradicionales que permite que los datos se carguen más rápidamente.
El plan de Microsoft: Xbox en todas partes
A diferencia del PS5, el Xbox Series X no tendrá exclusivas. Microsoft ha adoptado el enfoque opuesto y pone sus juegos en donde la gente prefiera jugar. Sea of Thieves, Gears of War 5 y otros títulos han estado disponibles tanto en el Xbox como en las PC. Y Cuphead, que ha vendido 5 millones de copias en dos años, fue lanzado en Nintendo Switch e incluso en los autos Tesla.
El gran título del Series X de este otoño será Halo Infinity, que es la última entrega de la saga multijugador que ha vendido arriba de 65 millones de copias. Pero también podrás jugarlo en PC e incluso en el antiguo Xbox One, si aún lo tienes. También se espera que Microsoft anuncie una versión de menor potencia, la consola Series S, para quienes tengan un presupuesto más limitado, pero quieran acceder a los juegos.
La compañía parece reconocer la ventaja de Sony en la esfera de las consolas y, en respuesta, ha redoblado los servicios. “El negocio no es cuántas consolas vendes, el negocio está en cuántas personas están jugando lo que compran y cómo juegan”, dijo Spege Phil Spencer, vicepresidente ejecutivo de Xbox, el año pasado al sitio The Verge.
Muchas compañías se han propuesto desarrollar el “Netflix de los videojuegos”, pero ya existe algo parecido: el Xbox Game Pass, un servicio impulsado por Microsoft que, por 139 pesos al mes, ofrece más de 300 juegos, incluidos Forza, NBA 2K20 y Lego Star Wars. Microsoft también suele poner en el servicio sus propios juegos, como Minecraft Dungeons, de forma inmediata, lo que evita que los suscriptores compren títulos de mil 500 pesos o más.
Al parecer, Game Pass es una de las mayores fortalezas con las que cuenta Xbox. Simplemente en abril pasado, la compañía anunció que el servicio había sobrepasado los 10 millones de suscriptores.