De acuerdo a lo publicado recientemente por Silvia Rodríguez en el Diario Milenio el pasado 27 de diciembre, en la nota denominada «Rebrote de covid-19 tira expectativas económicas para México en 2021», se estima que los ‘Organismos internacionales prevén un crecimiento de entre 0.6 y 3.8 por ciento para México durante el próximo año 2021’.
Para ello, se tomaron en cuenta datos duros publicados por instituciones como el FMI, CEPAL, OCDE y el Banco de México.
De inicio, se cita que […] para el Fondo Monetario Internacional (FMI), en 2021 la economía mexicana registrará un crecimiento de 3.5 por ciento, después de una caída de 9.2 por ciento en 2020, pero advirtien que la incertidumbre acerca de la evolución de la pandemia es una de las principales fuentes de riesgo […].
Aquí, mi propia opinión obliga a afirmar que, en caso de darse la recuperación optimistamente estimada para México del 3.5 por ciento en 2021, se requerirían al menos tres años con ese ritmo de crecimiento sostenido, para que al final de ese periodo, recuperar al menos la economía como estaba al arranque de este sexenio.
Significa que al final del periodo completo de todo el sexenio, del 2018 al 2024, estaríamos como estábamos en el arranque del año 2019. En palabras sencillas y llanas, quiere decir que esta administración federal resultará en un ‘sexenio perdido’ en términos económicos.
En su mismo informe sobre América Latina y el Caribe […] el FMI destaca que las grandes economías de la región (Brasil, Chile, México, Perú) tienen algunas de las cifras más altas de muertes per cápita en el mundo y es probable que los informes oficiales subestimen la cuenta.
Por tanto, la recuperación gradual de la actividad económica prevista en su escenario base podría verse alterada por nuevos brotes de la enfermedad que provocarán un endurecimiento de las medidas de contención, aunque los avances en los tratamientos y el pronto desarrollo de una vacuna pueden mejorar las perspectivas en un escenario favorable […]
Por otra parte […] la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) indica que tras la fuerte caída en 2020, de 9.2 por ciento, prevé que el producto interno bruto (PIB) crezca 3.6 por ciento en 2021, aclarando que estas proyecciones asumen la aparición de nuevos brotes localizados del virus durante 2021, lo que exigirá el mantenimiento de algunas medidas de contención, que afectarán especialmente los servicios que requieran interacciones sociales […]
Ahora bien, el Banco de México, una institución mexicana seria y respetable en sus estimaciones, basada por las opiniones de expertos que el propio Banco indaga y toma en cuenta dentro de su Consejo de Administración, publica lo siguiente:
[…] El Banco de México estima, en un escenario central, que el crecimiento del PIB en 2021 será de 3.3 por ciento, pero en un rango inferior, de apenas 0.6 por ciento, y alertó que los principales riesgos para el crecimiento de la economía nacional se relacionan con que se prolonguen las medidas de distanciamiento social o se retomen medidas más estrictas.
El Banco de México agregó que episodios adicionales de volatilidad en los mercados financieros internacionales, medidas de apoyo a nivel nacional o internacional insuficientes, secuelas causadas por la pandemia sobre la economía más permanentes, reducciones en la calificación de la deuda soberana y la de Petróleos Mexicanos (Pemex) y un entorno de incertidumbre interna que ha afectado a la inversión, también son factores de riesgo […]
Finalmente, […] la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estimó que el Producto Interno Bruto (PIB) de México en 2020 tendrá una contracción de 9 por ciento, pero una recuperación de 3.8 por ciento en 2021.
Explican que para el año 2021 se espera una tasa de crecimiento del PIB positiva que refleje fundamentalmente un rebote estadístico, pero la recuperación del nivel del PIB pre crisis será lenta y se alcanzará hacia el año 2024 […].
Aquí, la opinión de la Cepal coincide con mis estimaciones de inicio, donde en un escenario optimista, esperando que dadas las condiciones de un crecimiento sostenido y no amenazado por otras crisis como las sufridas recientemente en la economía mexicana y mundial, México requerirá al menos tres o cuatro años para recuperar o regresar a los indicadores macro y micro económicos de principios del año 2019.
SITUACIÓN DEL EMPLEO FORMAL:
El empleo formal registrado por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), perdió 277 mil empleos en diciembre.
El presidente mexicano, ante este escenario dice que vamos bien. Qué entre enero y marzo recuperaremos 650 mil empleos formales. Piensa que en los peores meses de la crisis o durante la conocida como ‘cuesta de enero’ se recuperaran los empleos.
Ante ello, debemos recordar que el PIB del 2020 cerró con una perdida del 9.2% anual. Los economistas sabemos que existen dos grandes ramas: la macroeconomía y la microeconomía.
Por el lado de la macroeconomía, es muy fácil o arriesgado culpar a las empresas que usan la figura de subcontratación laboral conocida como el ‘outsourcing’ para justificar el mal manejo de las variables económicas, no se puede hoy acusar por este hecho, ante esta crisis económica, la peor registrada desde los tiempos de la ‘gran depresión’ de 1929.
Los datos duros, no nos dejan mentir, podemos interpretar los llamados ‘otros datos’.
Para poder cerrar este diálogo de expectativas económicas para el 2021, la economía mexicana y las variables duras. Se vendrá una cascada de cierre de Mipymes, un incremento de fuentes de empleos informales y empresas que cerraron ahora se verán forzadas a dedicarse a la economía informal, las que no pagan impuestos.
Macroeconómicamente se seguirán registrando ‘fugas de capitales’ tanto nacionales como de empresas extranjeras, se presentará un desplazamiento de pagos de impuestos y rompimientos de las llamadas ‘cadenas de suministros’.
El Banco de México, orientado por las estrictas medidas del manejo de su política monetaria, en caso de no verse afectado por la llamada ‘Ley Monreal’ que busca obligar al banco central a adquirir todas las divisas internacionales que sean manejadas por bancos y operadores de divisas, siendo respetada la autonomía del banco, las variables económicas monetarias podrán sortear el tipo de cambio y la tasa de interés sostenible, como hasta ahora.
Finalmente, los invito a estudiar el ‘proceso histórico’ que siguió el gobierno de Hugo Chávez, luego Nicolás Maduro, para saber cómo estamos siguiendo una especie de ‘misma ruta’ sin retorno.
El resultado final, en 18 años de chavismo, es ‘pasar de una de las tres economías más sólidas de Latinoamérica, a ser uno de los países más endeudados y quebrados de la región’.
Los aumentos de salarios mínimos venezolanos, dados por decreto presidencial, hoy representan uno de los salarios con menor poder adquisitivo.
Significa, que la economía real no debe ir en contra de la economía del mercado en un mundo que se rige por esas señales.
En resumen, si se presume llevar un modelo económico en favor de los más pobres, golpeando los bolsillos ‘no de los más ricos’, si no los presupuestos de las pequeñas y medianas empresas mexicanas. Estas hoy están en punto de quiebre y sin retorno a la normalidad anterior.
Un modelo económico así, es volver al pasado, a la economía basada en dos empresas monopólicas de estado, Pemex y CFE, las cuales se encuentran deterioradas y sin mínimo mantenimiento, y endeudadas y manejadas por una burocracia politizada.
México regresó en solo dos años, a la peor época económica de los años 70, en el viejo modelo económico de empresas estatales dominantes y golpeando a las empresas privadas acusando a todas de corruptas y conservadoras, generalizando y denostando.
Estos, entre otros más serán los retos a los que la economía mexicana se estará enfrentando en los siguientes meses por venir…