Agencias.- William Brown aún no ha puesto un pie en un aula durante su primer año de secundaria, ya que ha debido permanecer en su hogar, como muchos estudiantes, por la pandemia.
Días antes de Navidad, dio un paso que podría ayudarlo a él y a otros jóvenes a regresar a la escuela. Con el estímulo de sus padres, el joven de 15 años se inscribió para un ensayo de Pfizer en adolescentes.
“Echo de menos ver a todos mis amigos y estar en persona hablando con mis maestros”, dijo Brown por teléfono desde Raleigh, Carolina del Norte. “Con suerte, si hago esto, las personas de mi edad podrán volver a la escuela”.
En Estados Unidos, se han administrado más de 14 millones de vacunas contra el COVID-19 desde mediados de diciembre, principalmente a trabajadores de la salud, ancianos y personas de alto riesgo. Para derrotar la pandemia y reactivar completamente la economía, los niños también tendrán que vacunarse, dicen los expertos.
Carga sobre los padres
Con ese fin, los ensayos para garantizar que las vacunas sean seguras para los jóvenes están comenzando de forma seria. Pfizer & BioNTech y Moderna comenzaron a reclutar participantes a finales del año pasado y podrían tener datos de los estudios para el verano. La Universidad de Oxford, que desarrolló una vacuna con AstraZeneca, planea realizar las pruebas iniciales en personas de 12 a 18 años el próximo mes.
“Si quieres tener esto bajo control, debes vacunar a los niños”, dijo Paul Stoffels, director científico de Johnson & Johnson. Estima que J&J comenzará los ensayos en niños de cuatro a seis semanas después de recibir los resultados de sus estudios en adultos, que se esperan para principios de febrero.
Los Gobiernos de todo el mundo han cerrado repetidamente las escuelas y las guarderías para ayudar a frenar el virus, lo que se traduce en una carga para los padres que trabajan y la economía. Si bien los jóvenes generalmente no sufren de COVID grave, inmunizarlos podría reducir la propagación a las personas con mayor riesgo.
“La razón principal para vacunar a los niños, dado que se ven relativamente poco afectados, sería tratar de tener un impacto en la transmisión del virus”, dijo Andrew Pollard, investigador principal de los ensayos de Oxford, en una entrevista.
En busca de voluntarios
El ensayo entre adolescentes de la vacuna de Pfizer, creada con su socio alemán BioNTech, completó la fase de inscripción, con la participación de 2 mil voluntarios de entre 12 y 15 años, según John Vanchiere, investigador principal del sitio de prueba en Louisiana State University Health Shreveport. Un portavoz de Pfizer declinó confirmar que la inscripción se había completado y dijo que la compañía compartirá los datos a su debido tiempo.
Moderna administró sus primeras dosis a jóvenes voluntarios en diciembre y planea tener datos iniciales de su ensayo de 3 mil personas de entre 12 y 18 años a tiempo para su posible aprobación antes del año escolar 2021. Pero la compañía ha tenido dificultades con el reclutamiento, dijo Moncef Slaoui, principal asesor científico de Operación Warp Speed de Estados Unidos, cuyo objetivo es acelerar el desarrollo y la distribución de vacunas.
“Ha sido un verdadero desafío”, dijo Slaoui en una sesión informativa. Después de cuatro semanas, Moderna y sus socios de los Institutos Nacionales de Salud habían “reclutado solo a unos 800 voluntarios para el ensayo”, dijo.
Un portavoz de Moderna, con sede en Cambridge, Massachusetts, dijo que la inscripción fue menor durante la temporada navideña, pero la compañía espera un repunte y está camino a proporcionar datos para mediados de año.
Los niños mayores de 12 años recibirán la misma dosis que los adultos en los ensayos de Pfizer, Moderna y Oxford. En una pandemia, es mejor evitar las formulaciones de dosis múltiples a menos que haya una diferencia en la tolerabilidad, dijo Pollard de Oxford. Sin embargo, eso puede cambiar a medida que las compañías farmacéuticas se dirigen a los niños más pequeños.
La razón principal de vacunar contra el COVID-19 a los niños es lograr inmunidad colectiva, según Beate Kampmann, directora del centro de vacunas de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres. Eso es poco probable que se logre si más de una cuarta parte de la global población no está protegida.
“Los niños son parte de la cadena de transmisión, por lo que eventualmente, si queremos llegar a la etapa de inmunidad de rebaño, deben incluirse en los cronogramas de vacunación”, dijo Kampmann.
¿De vuelta a la normalidad?
Dado que otros coronavirus no inducen protección de por vida, ya sea de forma natural o mediante vacunas, es poco probable que las vacunas contra el COVID-19 lo hagan, advirtió Pollard. Pero podrían prevenir enfermedades graves, y vacunar a los niños podría ser importante para ese esfuerzo.
Para los estudiantes, así como para los padres abrumados por la pandemia, una vacuna para los niños podría significar un regreso a la normalidad.
“Este año ha sido el más extraño que hayamos experimentado”, dijo Lisa Brown, la madre de William. “Es importante que este grupo etario se vacune para poder regresar a la escuela y que las cosas vuelvan a la normalidad”.