Agencias.- Con la absolución en su segundo “impeachment”, el expresidente estadounidense Donald Trump ha demostrado que mantiene las riendas del Partido Republicano gracias a su enorme popularidad entre los votantes, quienes ya están haciendo pagar un alto precio a los conservadores que quisieron declararle culpable.
Uno de los siete republicanos que apoyó la propuesta de los demócratas para condenar a Trump por el asalto al Capitolio es Bill Cassidy, senador de Luisiana y que anoche fue “censurado” por el Partido Republicano de su estado, en lo que se considera uno de los mayores castigos que puede aplicar una formación local.
No obstante, en una entrevista ayer en la cadena ABC, Cassidy se mostró confiado en que el tiempo hará entender su decisión a los vecinos de Luisiana y consideró que la formación debe abandonar el culto a la personalidad de Trump para volver a sus valores tradicionales. “El Partido Republicano es mucho más que una persona. El Partido Republicano son ideas. Fuimos el partido que se fundó para acabar con la esclavitud, fuimos el partido que preservó la Unión, fuimos el partido que aprobó la primera ley de derechos civiles, fuimos el partido que puso fin a la Guerra Fría”, reivindicó.
Con esas palabras, Cassidy retrató la guerra que se libra dentro del Partido Republicano para definir su identidad, ahora que Trump ya no es presidente.
Parte de los republicanos quieren que el trumpismo siga atado al partido que lo acogió en 2016 con la llegada de Trump; pero, otros, como Cassidy, temen que esa ala más radical les haga perder votos en el centro y apuestan por volver a los valores tradicionales de la formación.
‘Democracia frágil’
El presidente de EU, Joe Biden, reconoció que la absolución de Trump en el juicio político en su contra demuestra que la “democracia es frágil”. Solo usando la verdad, argumentó Biden, EU será capaz de acabar con la “guerra no civil” entre demócratas y republicanos.