Jubilados y pensionados del ISSSTE denunciaron la venta de medicamentos que deberían de ser gratuitos para los derechohabientes; sin embargo, deben dar una gratificación de hasta de mil pesos a los empleados de farmacia porque les entreguen la medicina que necesitan.
Pero no es este el único problema que se tiene en la Clínica de Medicina Familiar (CMF) del ISSSTE en Ciudad Victoria, en la cual se han documentado una serie de irregularidades que incluyen la violencia de género en el ámbito laboral, una sobrecargada nómina “de aviadores”, y hasta presunto robos de medicamentos.
Arturo Gutiérrez García, representante de los jubilados y pensionados del ISSSTE, señaló que hay también abuso de poder y hasta la comercialización de medicamentos.
Mencionó que diversos compañeros les han revelado que han tenido que dar gratificaciones a personal de farmacia con el propósito de que cuando lleguen los medicamentos les parten las medicinas que necesitan. “Han llegado a dar propinas de hasta mil pesos”, aseguró.
Además de que en todas las clínicas del Instituto en Tamaulipas existe un grave desabasto de medicinas para atender enfermedades crónicas degenerativas.
Derechohabientes de Tampico, Matamoros, Reynosa, el Mante vienen a la Clínica del Instituto en Ciudad Victoria en busca de las medicinas, pero les dicen que ya se agotaron o bien que fueron enviadas a las clínicas en aquellas localidades y es allá en donde se las deben de entregar.
A todo esto se añade el conflicto entre los trabajadores pues hay un grupo que señala al secretario general de la Sección XXXIII del Sindicato Nacional de Trabajadores del ISSSTE, Eduardo Hernández Ortiz, de incompetencia y falta de interés para resolver los problemas.
Los jubilados y pensionados inconformes insistieron en que es injusto el trato que reciben tras el tiempo de servicio prestado, por lo cual continuarán protestando en demanda de atención a sus peticiones.
Por otra parte, en la Clínica Familiar del ISSSTE existen denuncias como la existencia de médicos “aviadores”, entre otros, como Humberto Bermúdez, a cargo de la Unidad Periférica de Hidalgo, que se encontraba laborando en el mismo horario asignado en el Centro de Salud de El Barretal, por lo cual cobra doble.
Otro caso similar es del médico Jorge Tello a cargo de la Unidad Periférica de Jiménez, cuya responsabilidad desatendía por laborar en el Centro de Salud de Hidalgo.
Entre otras irregularidades, detectaron recetas médicas en donde se prescribía a los pacientes medicamentos y dosis inusuales, que ante la sospecha de que pudieran conllevar a alguna irregularidad se denunció ante la delegación y subdelegación Médica, así como el órgano de control que jamás actuaron.
Un ejemplo de ello es la prescripción de un antibiótico de alto espectro y uso hospitalario Imipinem de 1 gramo con aplicación intravenosa del que se le recetó a una paciente de consulta externa 30 cajas.
Como parte de estos y otros conflictos motivaron a la subdirectora Médica de la clínica, la doctora Daisy Arias a presentar su renuncia, luego de ser objeto de una campaña de difamaciones y desprestigio que configuran la violencia de género en su contra.
Insistió en que no hay garantías para seguir laborando en lo que llamó un ambiente hostil, por lo cual decidió renunciar a su cargo.
Pero no es este el único problema que se tiene en la Clínica de Medicina Familiar (CMF) del ISSSTE en Ciudad Victoria, en la cual se han documentado una serie de irregularidades que incluyen la violencia de género en el ámbito laboral, una sobrecargada nómina “de aviadores”, y hasta presunto robos de medicamentos.
Arturo Gutiérrez García, representante de los jubilados y pensionados del ISSSTE, señaló que hay también abuso de poder y hasta la comercialización de medicamentos.
Mencionó que diversos compañeros les han revelado que han tenido que dar gratificaciones a personal de farmacia con el propósito de que cuando lleguen los medicamentos les parten las medicinas que necesitan. “Han llegado a dar propinas de hasta mil pesos”, aseguró.
Además de que en todas las clínicas del Instituto en Tamaulipas existe un grave desabasto de medicinas para atender enfermedades crónicas degenerativas.
Derechohabientes de Tampico, Matamoros, Reynosa, el Mante vienen a la Clínica del Instituto en Ciudad Victoria en busca de las medicinas, pero les dicen que ya se agotaron o bien que fueron enviadas a las clínicas en aquellas localidades y es allá en donde se las deben de entregar.
A todo esto se añade el conflicto entre los trabajadores pues hay un grupo que señala al secretario general de la Sección XXXIII del Sindicato Nacional de Trabajadores del ISSSTE, Eduardo Hernández Ortiz, de incompetencia y falta de interés para resolver los problemas.
Los jubilados y pensionados inconformes insistieron en que es injusto el trato que reciben tras el tiempo de servicio prestado, por lo cual continuarán protestando en demanda de atención a sus peticiones.
Por otra parte, en la Clínica Familiar del ISSSTE existen denuncias como la existencia de médicos “aviadores”, entre otros, como Humberto Bermúdez, a cargo de la Unidad Periférica de Hidalgo, que se encontraba laborando en el mismo horario asignado en el Centro de Salud de El Barretal, por lo cual cobra doble.
Otro caso similar es del médico Jorge Tello a cargo de la Unidad Periférica de Jiménez, cuya responsabilidad desatendía por laborar en el Centro de Salud de Hidalgo.
Entre otras irregularidades, detectaron recetas médicas en donde se prescribía a los pacientes medicamentos y dosis inusuales, que ante la sospecha de que pudieran conllevar a alguna irregularidad se denunció ante la delegación y subdelegación Médica, así como el órgano de control que jamás actuaron.
Un ejemplo de ello es la prescripción de un antibiótico de alto espectro y uso hospitalario Imipinem de 1 gramo con aplicación intravenosa del que se le recetó a una paciente de consulta externa 30 cajas.
Como parte de estos y otros conflictos motivaron a la subdirectora Médica de la clínica, la doctora Daisy Arias a presentar su renuncia, luego de ser objeto de una campaña de difamaciones y desprestigio que configuran la violencia de género en su contra.
Insistió en que no hay garantías para seguir laborando en lo que llamó un ambiente hostil, por lo cual decidió renunciar a su cargo.
