más alto desde abril de 2019, inyecta de recursos las finanzas públicas del país pero, en contraparte, tiene un impacto directo en el precio de la gasolina, hasta ahora contenido con un subsidio a uno de los impuestos que pagan los consumidores.
Para las finanzas públicas un mayor ingreso en dólares se traduce en más pesos para financiar el gasto. Por cada dólar que aumenta el precio del petróleo, el gobierno recibe ingresos adicionales por 14 mil millones de pesos, de acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Esta semana, el barril (159 litros) de la mezcla mexicana se negoció en 62 dólares, 20 dólares más que la referencia empleada para elaborar el presupuesto de este año.
Sin embargo, los consumidores enfrentan mayores precios de la gasolina. Esto es así porque el país importa la mayor parte del combustible que consume y su precio se fija a partir de tres variables, de acuerdo con Hacienda: el precio internacional del petróleo, el tipo de cambio (dado que es comprada en el exterior) y los costos de traslado de los centros de producción a los puntos de consumo, más el margen de ganancia de los participantes en la industria.
Especialistas del sector energético descartaron que en este 2021 se vaya a presentar un gasolinazo. Las autoridades de la Secretaría de Hacienda aportarán mayores estímulos para mantener el precio de la gasolina Magna en 20.50 pesos y la Premium y el diésel en 21.50 pesos por litro en promedio, respectivamente. “Los mayores recursos del exterior permitirán compensar los estímulos”, consideraron los expertos.
México importa alrededor de 7 barriles de gasolinas de cada 10 que se consumen en el país, debido a la insuficiencia de capacidad de refinación.
Los Criterios Generales de Política Económica para 2021 de la SHCP establecen que cada dólar que suba el precio del petróleo representa ingresos adicionales por 14 mil millones de pesos, equivalente a 0.06 por ciento del producto interno bruto.
La explicación es que el aumento en el precio del crudo incrementa los ingresos por exportaciones por arriba del incremento de los gastos por la importación de hidrocarburos para Pemex.
Además, una depreciación del peso frente al dólar aumenta los ingresos debido a que una proporción elevada de los mismos está asociada a las exportaciones de crudo. Los cálculos oficiales apuntan a que una depreciación de 10 centavos representan 3 mil 81 millones de pesos adicionales.
Al 5 de marzo, el precio promedio ponderado de la mezcla mexicana de exportación se fijó en 64.40 dólares por barril. Desde el inicio del año y hasta el viernes el precio promedio es de 55.06 dólares por barril.
Efectos sobre la inflación
Esta alza en el precio del petróleo, variable sobre la cual no tiene control el gobierno, propició que desde el cierre de 2020 al 5 de marzo de 2021, la gasolina Magna, la de mayor uso en el país, registra una alza acumulada de 10.22 por ciento, al pasar de 18.17 pesos a 20.24 por ciento, de acuerdo con los precios promedios diarios reportados por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
El alza en los combustibles como gasolinas, diésel y gas llevaron a la inflación en febrero a un aumento de 0.63 por ciento, la más alta desde 2000 para un mes similar, indican informes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). A tasa anual, el aumento en la inflación fue de 3.76 por ciento, empujada por el alza en los energéticos.
Para atemperar los efectos inflacionarios, el gobierno está optando en este año por otorgar subsidio o estímulo fiscal en el impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) que es cargado a los consumidores en el precio de las gasolinas, en contraste con 2020, año en el que hasta febrero se entregaron estímulos debido a que posteriormente el precio del crudo descendió a niveles históricos.
El efecto de aplicar estímulos fiscales a los precios de las gasolinas será una reducción en la recaudación del IEPS, explicó el especialista Ramses Pech.
Cifras de la SHCP señalan que en 2020 se obtuvieron 299 mil 597 por concepto de IEPS de gasolinas y diésel.