Por Dr. Guillermo J.R. Garduño Valero
Investigador UAM Iztapalapa
Recuerdo hace ya algunos años que leyendo el evangelio de Lucas 12 (18–20) donde se habla de un hombre que habiendo logrando una excelente cosecha, se dijo para si: “tengo la vida resuelta, pues al vender mis granos obtendré de ellos tales ganancias que me permitirán vivir con holgura los años que me quedan, pero la voluntad de Dios fue inapelable y le respondió: “insensato esta misma noche morirás”.
En efecto, ¿que hace que la insensatez humana rete al destino y trace planes más alla de su gestión, e incluso de su vida? El asunto es más ridículo si no piensa que detrás de él hay una larga fila de espera que rodea al pretendido inmortal y que buscan sucederlo ¿Cómo es posible que alguien no pueda percibir lo más elemental? que como maldición todo aquel que ha pretendido reelegirse casi de inmediato ha sido obligado a la renuncia.
Recordemos tan solo a Porfirio Díaz reelecto en 1910 y teniendo que renunciar e ir al exilio tan solo unos meses después en mayo de1911.
Esa pretensión fue también la de Obregón en 1928 cuando mandó asesinar a sus rivales y se presentó a las urnas obteniendo por primera y única vez en la historia de México el 100% de los votos, en ese momento sintiéndose dueño de todos los hilos del poder fue al festejo en la bombilla de San Ángel donde sería asesinado por un complot que le dio 13 heridas mortales de necesidad y que por supuesto Toral no podía haberle disparado, pues él lo hizo solo una vez.
A Calles le costo caro abrir la boca de más y Lázaro Cárdenas lo mandó al exilio junto a sus principales colaboradores, liquidando el Maximito. Don Manuel Ávila Camacho no pudo contener a su hermano Maximino en su loca carrera por la presidencia y con lágrimas en los ojos al ver que lo habían envenenado se acerco a su cadáver y le susurro al oído “hermano, te lo dije la presidencia no puede ser heredada a la familia”.
Con menor dramatismo fue el caso de Miguel Alemán quien primero ascendió a sus “incondicionales” en las fuerzas armadas y creo tantos generales como le fue posible, pero sin mando de tropa, sino para volverlos burócratas. Después promovió a su primo Fernando Casas Alemán y por último pretendió la reelección, por lo que Cárdenas y Ávila Camacho se reunieron en el rancho la Herradura y Don Manuel ante la indignación de Lázaro le dijo: “déjame este asunto en mis manos” y le habló al periódico Últimas Noticias de Excélsior quienes le enviaron un reportero y le dijo: “pregunte lo que quiera” y el reportero le dijo: sí estaba de acuerdo con la reelección y Don Manuel con toda calma respondió: “sí, pero con mi Gral. Lázaro Cárdenas como candidato”, después sin decir palabra el PRI eligiria a Don Adolfo Ruíz Cortines quién sería la tumba del alemanismo, pese que al dividirse la familia revolucionaria no se pudo parar la candidatura del Gral. Miguel Henríquez Guzmán que antes había alentado Cárdenas.
Qué decir de Echeverría quién imaginó que su amigo de adolescencia José López Portillo sería su continuador y fue su némesis. Como debe haber sido el caso de Carlos Salinas de Gortari, quien preparó a Luis Donaldo Colosio y a Manuel Camacho Solís, probó sus lealtades, los hizo competir entre ellos y al decidirse por Luis Donaldo estallaron las pasiones pues en protesta renunció Camacho Solís y después seria mandado a Relaciones Exteriores para finalmente renunciar al cargo hasta el día en que surgió el EZLN donde Camacho jugaría un papel protagónico que oscureció la campaña de Colosio. Por último en los idus de marzo en secreto Colosio y Camacho se reunieron en la casa de Luis Martínez delegado de Azcapotzalco y al enterarse Salinas ya no hubo duda, había que entregar a sus enemigos a Luis Donaldo y curiosamente las balas que lo mataron terminarían aniquilando a Manuel cuando Diana Laura se negó a exonerar a Salinas y a Camacho Solís. Pero el ganador fue el obscuro burócrata de Zedillo.
¿En dónde queda la soberbia humana de la perpetuidad en posiciones de poder: Francisco Franco dictó su testamento con la frase “todo queda atado y nada suelto” y dejó a Juan Carlos restableciendo el trono, al más indigno como encargado del gobierno y al servil que pronto se rebeló y cayó en el oportunismo más bajo como Fraga Iribarne que crearía el Partido Popular para ocultar su pasado. Finalmente, su cuerpo enterrado en el Valle de los Caídos hoy ha sido sacado para apestar en otro lado y destruir la vergüenza que representa esa edificación.
Hoy, ¿Qué queda de las dictaduras populistas de Cuba, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela? sólo miseria, promesas traicionadas, una burocracia y ejército servil; profesionales con expectativas para el exterior. Millones de migrantes forzados y un endiosamiento de figuras mediocres y siniestras en el poder. Pero, lo más importante es la quiebra de sus ideologías, expectativas y valores.
Pero quizá la pregunta real es lo que todos temen preguntar: ¿qué ha pasado con el modelo político que dominó a México durante los últimos 100 años? y la respuesta es que murió sin ser percibido en su deceso. Desde entonces figuras ridículas quisieran dominarlo, rescatar de la nada un presidencialismo vano; mientras intentan los del pasado reciente volver como si nada hubiera ocurrido y en medio de todo un pueblo cuya indiferencia esta derivada de sus necesidades insatisfechas y de la inseguridad en que vive.
Dónde la vida social se ha extinguido; la actividad económica está paralizada; la política es un juego de marionetas manejadas por chapulines bribones y el ejército un mero ejecutor de caprichos de su comandante supremo.
En estas elecciones donde no faltan los candidatos que son violadores, pederastas, rateros, artistas de carpa, cómicos de la legua y deportistas veteranos que alimentan las columnas de periodistas tabernarios que se proclaman como hienas hambrientas al culto sagrado de la patria como decía don Francisco Bulnes. ¿A quién podemos elegir? Cuando las fuerzas morales del Estado están quebradas y el triunfo electoral dependerá tan solo de las masas famélicas para quién el clientelismo es su única alternativa, para caer en la única opción que nos preparan que es el abstencionismo que al final conduce a una sobre representación de quién se postule como ganador.
《Pero la mayor tragedia que rodea a un sistema muerto es la existencia de un poder ejecutivo lleno de pánico por la posibilidad inminente de perder su mayoría parlamentaria; de enfrentar cargos por actos irresponsables, de rendir cuentas y sobre todo de perder la incondicionalidad de sus colaboradores cuando ya se inició la lucha por la sucesión que ya no podrá detener. Mientras tanto su justicia apesta y se niega a ser enterrada bajo el argumento de prorrogar al infinito su mandato en lo que algún día se llamó Suprema Corte de Justicia; a un arbitro que preside el Tribunal Federal Electoral que emite resoluciones al márgen de sus órganos colegiados; a una Judicatura vergonzante, cómplice y hambrienta para continuar con sus canonjías y descuidando todos estos órganos su verdadera función y misión. A lo que se agrega la parodia de un sistema parlamentario marrullero e incondicional sometido a los caprichos y ocurrencias que les dicten en el momento》
En definitiva como decía Shakespeare: “Este mar y cielo tan turbio solo se puede barrer con una gran tempestad”
(25 de abril del 2021)