Agencias.- Una investigación encontró que el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, acosó sexualmente a 11 mujeres dentro y fuera del gobierno estatal, y actuó para tomar represalias contra una de sus acusadoras, anunció el martes la fiscal general estatal, lo que dio pie a llamados para que el mandatario renuncie o sea destituido.
El presidente Joe Biden figura entre quienes consideran que Cuomo debería renunciar, en lo que constituye una destacada condena proveniente de quien fuera un aliado cercano. “Creo que debería renunciar”, declaró Biden a la prensa.
El gobernador se mantuvo desafiante y afirmó en respuesta a la investigación que “los hechos son muy distintos a lo que se describe” y que “jamás toqué a nadie inapropiadamente ni hice insinuaciones sexuales inapropiadas”.
En la investigación de casi cinco meses, encabezada por dos abogados externos, se concluyó que 11 mujeres que dijeron que Cuomo las había tocado inapropiadamente o que había hecho comentarios sobre su apariencia o sobre sus vidas privadas, estaban diciendo la verdad.
Entre quienes acusan a Cuomo hay una colaboradora que señaló que éste le tocó el pecho en la mansión del gobernador, así como una policía estatal asignada a la seguridad del mandatario estatal quien señaló que funcionario pasó su mano sobre su vientre y espalda.
Anne Clark, que encabezó la pesquisa con el exfiscal federal Joon Kim, dijo que las acusaciones fueron corroboradas en diversas medidas, incluyendo mediante testigos y mensajes de texto contemporáneos.
“Estas entrevistas y elementos de prueba revelaron un panorama muy preocupante pero claro: el gobernador Cuomo acosó sexualmente a exempleadas y empleadas estatales infringiendo las leyes federales y estatales”, dijo el martes la fiscal general de Nueva York, Letitia James, en conferencia de prensa.
Muchas de las mujeres manifestaron haber temido represalias si denunciaban la conducta del gobernador, dijeron los investigadores. En al menos una ocasión, el personal de Cuomo adoptó medidas “que tenían el propósito de desacreditar y desprestigiar” a una acusadora: Lindsey Boylan, la primera exempleada que lo acusó públicamente de acoso, de acuerdo con la pesquisa. Las acciones contra ella incluyeron filtrar expedientes personales confidenciales y elaborar una carta en la que se cuestionaba su credibilidad.