«REACTIVACIÓN INERCIAL DE LA ECONOMÍA Y EL COMERCIO»

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Dr. Jorge A. Lera Mejía

Motivado por el reconocido ‘efecto inercial’ o ‘efecto rebote’ que en la teoría económica se acostumbra dentro de la teoría de los ‘ciclos económicos’, a saber… después de un efecto recesivo, viene un movimiento inercial de recuperación de parte de la pérdida del Producto Interno Bruto (PIB).

De tal manera, ahora, la reactivación y reapertura del sistema productivo mexicano, debe contar con una estrategia de reconstrucción industrial y de fortalecimiento del mercado interno para revertir la inercia de la tendencia negativa generada por la recesión de los años 2019 (interna) y del 2020 (empeorada por el Covid-19). Ambos efectos dieron como resultado una caída acumulada del 8.5% del PIB en 2019 a diciembre del 2020.

Vale recordar, que hasta los primeros dos meses del 2021 la caída del PIB se mantuvo constante, y esta se detuvo posteriormente ante la apertura de las actividades productivas esenciales y no esenciales después de aminorar los efectos negativos de la pandemia afectada por las fiestas decembrinas del año 2020.

Recordemos que el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) acumuló 22 meses de tasas negativas entre los años 2019 y 2020.

Por ello, a partir del segundo trimestre de este año, el PIB creció 1.5% real trimestral respecto al primer trimestee del 2021 y 19.6% real anual respecto al segundo trimestre del 2020. A esto se le reconoce como el ‘efecto inercial o efecto rebote’.

Ahora, esta ‘reactivación inercial’ se refleja también en la evolución del comercio exterior mexicano.

En julio del 2021, las exportaciones mexicanas de mercancías crecieron en 15.2%, registrando 40 mil 887 millones de dólares, con lo que alcanzaron un récord para un mes de julio, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) divulgados el fin de semana.

Con cifras desestacionalizadas, el indicador creció 1.5% mensual a 41 mil 733 millones de dólares y alcanzó un nivel récord para cualquier mes.

Paralelamente, las importaciones mexicanas de mercancías tuvieron un avance mucho mayor que el de las exportaciones, al registrar un 50.6%, alcanzando 44 mil 950 millones de dólares, con lo que se registró por ello un nivel récord de ‘déficit comercial’ para un mes de julio.

Por lo anterior, al considerar las cifras originales, el déficit de la balanza comercial quedó en 4 mil 063 millones de dólares, producto del mayor dinamismo del lado importador contra el exportador. Se trata del mayor saldo negativo desde enero del 2019 y el mayor para un mes de julio en casi tres décadas.

En la actual coyuntura el déficit, puede tener dos lecturas:

  1. A) Una negativa donde el dinamismo exportador es minimizado por el.propio dinamismo importador, reconociendo una clara dependencia de nuestra economía de bienes e insumos de importación que no logramos producir internamente en México.
  2. B) Una lectura positiva, al contrario, tiene si el déficit se interpreta como un mayor dinamismo importador, que es consistente con una mayor demanda doméstica luego de que esta había mandado señales de debilitamiento en la parte final del segundo trimestre del 2021.

Un punto medular, es reconocer que dentro de las exportaciones rescatadas, sobresalen las de otros productos industriales y los productos agropecuarios, a diferencia de la caída de las exportaciones automotrices mexicanas, que han sido afectadas por la escasez mundial de ‘semiconductores’ que ha afectado al sector automotriz mundial.

Las ventas no petroleras –que representan casi 95% del total– crecieron 1.3% mensual, siendo las manufactureras las mejor comportadas (+1.9% mensual), con un sobresaliente desempeño de las no automotrices (+4.2%), que permitió compensar la caída de 3% de las automotrices, que continúa padeciendo la escasez global de semiconductores.

Así vale reconocer que una vez que se normalicen las condiciones, el potencial de crecimiento puede ser más amplio, si se logra destrabar esa crisis mundial de escasez de semiconductores. Esperamos que agosto de este año brinde señales de estabilización en este rubro, lo que de suceder contribuiría a acercar a la balanza a un saldo más neutral de cara a la parte final del año.

Al contrario, en lo referente a las importaciones hasta julio, por tipo de bien, las compras de bienes de capital crecieron 5.8%, las de bienes intermedios, 5.5% y las de bienes de consumo, 0.3 por ciento.

 

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