El rebautizo municipal

-Pretenden cambiar de nombre al municipio Díaz Ordaz, Tamaulipas -Nuestra ciudad no debe llevar el nombre de un asesino: Alcaldesa -Reflectores políticos es lo que busca la primera edil morenista

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Por Mario Díaz

A JUZGAR por la propuesta que presentará al Congreso Local la alcaldesa electa del municipio Díaz Ordaz ubicado en la frontera norte de Tamaulipas, NATALY GARCÍA DÍAZ, tal parece que lo que realmente persigue es ganar reflectores para futuros proyectos políticos.

La edil que entrará en funciones a partir del primero de octubre pretende cambiar la identidad de su comunidad “porque no puede tener el nombre de un asesino”, refiriéndose al ex mandatario nacional GUSTAVO DÍAZ ORDAZ.

GARCÍA DÍAZ, de extracción morenista, proyecta llevar la “cuarta transformación” al municipio de Díaz Ordaz, ciudad que, de acuerdo a su opinión, ha sido abandonada por los pasados gobiernos municipales. La alcaldesa confía que su iniciativa gozará del respaldo de la LXV Legislatura Tamaulipeca de mayoría simple con los diputados de Morena y del Partido del Trabajo. 

Emulando al presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR que pretende formar parte de la historia luego de la Independencia, la Reforma y la Revolución, la próxima presidente de la ciudad Díaz Ordaz tiene contemplado ganar un espacio en el historial político tamaulipeco devolviendo la identidad de “San Miguel de Camargo” que tenía, hasta 1968, el municipio número 43 del estado libre y soberano de Tamaulipas.

Al margen de lo que determine el Poder Legislativo local, lo cierto es que tal iniciativa no se compara con los graves problemas urbanos y de seguridad que padece ese municipio fronterizo con los Estados Unidos de Norteamérica.

Además, los yerros y aciertos del mandatario nacional en el sexenio de la edición de la XIX Olimpiada, el campeonato mundial de fútbol México 1970 y la represión militar contra estudiantes que provocó la matanza de Tlatelolco en la Plaza de las Tres Culturas en la capital del país, ya fueron juzgados por la historia.

Rebautizar municipios tan solo para generar reflectores políticos no necesariamente representa el mejor método para ganar espacios en el escenario ideológico-partidista, bien sea en el ámbito local, estatal o nacional.

Sería de mayor beneficio que NATALY GARCÍA DÍAZ encabezara un movimiento para devolver la tranquilidad no tal solo al municipio que gobernará sino a todos los que se localizan sobre la llamada carretera ribereña o frontera chica que corre paralela al río Bravo, límite natural entre Tamaulipas y Texas. De Reynosa a Nuevo Laredo, pasando por Camargo, Díaz Ordaz, Mier y Miguel Alemán, es una zona dominada por los distintos grupos delictivos que disputan ese territorio muy propicio para el trasiego de drogas.

Obviamente, no se trata de un problema que pueda o deba ser resuelto por una instancia de gobierno municipal; se requiere del apoyo estatal y, por supuesto, del gobierno federal. La tranquilidad y seguridad traerían a la par las ventajas que representan el turismo nacional e internacional.

Gran parte de la historia de México se ha escrito con sangre desde la colonización, la independencia, la revolución, la reforma y la época contemporánea. Tampoco se trata de justificar la represión militar que sufrieron los estudiantes el 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas, movimiento estudiantil que supuesta o realmente amagaba la inauguración de la edición XIX de la Olimpíada el 12 de octubre de ese mismo año.

Luego entonces, es más que evidente que el rebautizo del municipio de Díaz Ordaz no es la prioridad que requiere esa comunidad del norte de Tamaulipas.

DESDE EL BALCÓN:

I.-La falta de oficio político del secretario de Educación, Cultura y Deporte de H. Matamoros, Tamaulipas, ALEJANDRO VILLAFAÑEZ, provocó enojoso incidente entre el alcalde MARIO ALBERTO LÓPEZ HERNÁNDEZ y un grupo de maestras y profesores con responsabilidad de dirección y supervisión escolar.

El motivo del mal momento fue la desaparición de la Ruta Escolar que traslada a casi dos mil alumnos que viven en colonias de la periferia a instalaciones educativas ubicadas en el centro de la ciudad.

VILLAFAÑEZ no tuvo la sensibilidad de dialogar con los docentes que conocen perfectamente la problemática por lo que no hubo intercambio de argumentos a favor o en contra.

Manotazo en la mesa y palabras malsonantes se escucharon en la oficina más importante del Palacio Municipal, actitud que no habla bien de ningún gobernante, máxime que la comisión magisterial la integraban maestras supervisoras mayores de 50 años de edad.

La “mecha corta” no es una virtud ni tampoco refleja madurez personal y política.

Ni hablar.

Y hasta la próxima.

mariodiaz27@prodigy.net.mx