Mujeres embarazadas y niños deshidratados entre los migrantes varados en Reynosa

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Lunis tiene más de ocho meses de embarazo y junto con su hijo Jean decidió quedarse en Reynosa en espera desde ahí poder ingresar a los Estados Unidos. El abultado vientre, dolores en la espalda y las ampollas en los pies del niño le impiden seguir caminando hacia Acuña, Coahuila, en donde se encuentran concentrados la mayoría de los migrantes haitianos.

Lunis Piaget es otra de las tantas 23 mujeres haitianas que se encuentran embarazadas próximas a dar luz y que por su condición fueron admitidas en el albergue “Senda de Vida”, también hay 19 niños quienes por la caminata por las altas temperaturas bajo el intenso sol sufrieron deshidratación y 70 adultos mayores quienes se encuentran agotados y con llagas en los pies.

Sonríe, muestra su dentadura blanca. “Tal vez mi hija no nazca en los Estados Unidos, pero tal vez aquí en Reynosa, y entonces será mexicano. Ya estamos cerca de los Estados Unidos. Ya fui a la orilla del río y vi ondear la bandera de Estados Unidos del otro lado, nos falta poco para cruzar”.

No pierde la esperanza acaricia su redondo vientre y cuenta: “Dicen que sigue los más difícil. Yo creo que lo más difícil ya lo pasamos estamos cerca del río, en el camino sufrimos mucho, padecimos de todo no solo el calor, sol, también la lluvia, sed, hambre, cansancio, detenciones, insultos, extorsiones y otras cosas. Así que lo que queda son pocos metros en comparación con lo que hemos caminado viajado”.

Mientras que en el albergue “Senda de Vida” hay 110 haitianos, en el campamento de plaza de La República hay otros 150 que se suman a los cientos de migrantes salvadoreños, hondureños, brasileños, guatemaltecos y otras nacionales que ahí se encuentran varados.

Egua Durand, tiene 34 años de edad y dos hijos  quienes con su esposa también han decidido quedarse para gestionar la obtención de una visa humanitaria. “Ya todos estamos cansados, pero nos anima el poder estar aquí en la frontera, ver que al otro lado del río están los Estados Unidos”.

“Estamos sin documentos, sin actas, sin pasaportes. Cuando nos detuvo la Guardia Nacional perdí la mochila en la que traíamos los documentos personales míos, esposa e hijos. Me la quito un oficial y ya no la volví a encontrar”, mencionó.

En tanto a la mitad del puente internacional Reynosa-Hidalgo oficiales del Servicio de Aduanas y Protección Fronterizas han colocado más vallas y redoblado la vigilancia ya que en otras ocasiones los migrantes intentan entrar corriendo en desbanda de modo no poder ser detenidos o que algunos tengan la suerte de cruzar.

Durand añade que saben de la necesidad de estar tranquilos no provocar desorden para que les permitan acercarse a la línea fronteriza para hacer su petición de visa humanitaria.

Su hijo Matías come una flauta de tortilla de harina con machacado y huevo. Sonríe. Nunca habíamos comido esto es sabroso, comenta su padre.

Egua trabaja en la construcción en Haiti y esta saliendo a buscar empleo de albañil. “Se nos esta agotando el dinero ya cada vez es más difícil el alimentarnos. Buenas personas nos dan comida pero sabemos que necesitamos dinero para cuando crucemos a Estados Unidos”.

Insiste en que el como otros haitianos no vienen a provocar desorden, a crear problemas solo van de paso a Estados Unidos en busca de trabajo.

Todos los días grupos de asociaciones religiosas van a la plaza de La República a repartir agua, café, pan, comida, ropa. También cruzan personas de iglesias en MacAllen quienes también les llevan comida, tenis, casas de campaña para que puedan estar un poco mejor.

Héctor Silva Luna, coordinador del albergue “Senda de Vida”, mencionó: “Ya no tenemos capacidad para recibir a más migrantes. Todos los días llegan de 40 a 50 migrantes quieren refugio pero ya no hay espacio, ni alimentos suficientes para dar a más personas”. 

Hay haitianos los cuales se juntan y tienen un poco dinero con el cual buscan rentar una habitación de hotel para que las mujeres y niños puedan estar mejor, no sufrir las inclemencias del tiempo y poder asearse.

Pero en los hoteles les niegan el hospedaje al no presentar pasaporte, el permiso del Instituto Nacional de Migración para estar en México.

Alberto Ortega, presidente de la Asociación de Hoteles, explicó que al no tener documentos los migrantes no les pueden dar el servicio de hospedaje pues pueden incurrir el delito de tráfico de personas.

“Nosotros si queremos rentar una habitación, por humanidad bajamos la tarifa pero también sabemos que si se da el servicio de hospedaje se incurre en un delito de tráfico de personas y nos pueden cerrar el negocio”, comentó.

Es la misma situación con el servicio de transporte de pasajeros en el cual las líneas de autobuses les niegan la venta del boleto pues se puede incurrir en un delito.

Algunos migrantes haitianos se han comenzado a desplazarse hacia Monterrey para concentrarse ahí y luego trasladarse a Acuña en donde se encuentra el mayor número de estos a fin de llamar la atención de la autoridad estadounidense y recibir atención. ´

Por su parte, Maki Esther Ortiz Domínguez, presidenta municipal de Reynosa, demandó al Gobierno Federal y la Cámara de Diputados incluyan dentro del presupuesto para el próximo año recursos para atender a los migrantes, ya que ni el Gobierno del Estado, ni las Alcaldías tienen presupuesto para ello.

Los Ayuntamientos de Matamoros, Reynosa y Nuevo Laredo gastan cada uno de ellos un millón de pesos mensualmente en estar atendiendo a los migrantes, con lo cual suman más de 12 millones de pesos anuales y se dejan de atender otras necesidades

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