«PERSISTEN BRECHAS SALARIALES ENTRE HOMBRES Y MUJERES»

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Dr. Jorge A. Lera Mejía

El pasado 23 de septiembre, cita Fernanda García un artículo llamado «Los Roles de género en la brecha salarial en México» que:

Los roles de género en la brecha salarial

[…] El sábado pasado se conmemoró el Día Internacional de la Igualdad Salarial por segundo año consecutivo. La Asamblea General de las Naciones Unidas instauró este día con el fin de alcanzar el quinto objetivo de desarrollo sostenible: lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y niñas para el año 2030.

El derecho a recibir el mismo salario por un trabajo con el mismo valor es parte del camino que hay que recorrer para lograrlo.

En México, el reto está en entender por qué la brecha salarial permanece, y por qué cerrarla va más allá de legislar.

En el país, 45 de cada 100 mujeres de 15 años o más son económicamente activas, mientras que 78 de cada 100 hombres lo son. Eso quiere decir que en 2019 la tasa de participación laboral de los hombres fue 1.7 veces mayor que la de las mujeres. A pesar de los esfuerzos por incluir a más mujeres al mercado laboral, nuestro país ocupa el lugar 38 de 43 en este indicador dentro del Índice de Competitividad Internacional 2021 (ICI) publicado recientemente por el IMCO.

La brecha salarial de género es una de las explicaciones de la subrepresentación de mujeres en el mercado laboral. En México esta brecha es de 13%, es decir, por cada 100 pesos que recibe un hombre en promedio por su trabajo al mes, una mujer recibe 87.

Una de las principales causas  de la brecha salarial reside en los roles de género tradicionales: las mujeres invierten 2.6 veces más tiempo que los hombres en tareas de cuidado no remuneradas. A falta de tiempo y opciones de empleo formal flexible, la mayoría de las mujeres buscan trabajar bajo contratos de medio tiempo, por honorarios, o busca autoemplearse o emprender, lo cual castiga sus ingresos significativamente.

Así, puede observarse que las mujeres componen la mayor parte de la economía informal, 55% de ellas está empleada en la informalidad en comparación con 50% de hombres. Esto, además de perjudicar sus ingresos, implica que no tienen acceso a protección social ni a servicios de salud.

Las familias tienden a sacrificar el salario más bajo para atender roles de cuidado y tareas del hogar, que por lo general resulta ser el de la mujer. Al querer reintegrarse a la economía remunerada, generalmente después de la maternidad, e incluso en el sector formal, las mujeres enfrentan una penalización en el sueldo debido a su ausencia en el ámbito profesional. Aquí, la brecha salarial se convierte en una barrera para que más mujeres entren, se desarrollen, y permanezcan dentro del mercado laboral […] Fin de cita.

Viene al tema lo anterior, el hecho que el día de ayer recibí la versión revisada por la Secretaría de Publicaciones de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, de nuestro nuevo libro en coordinación «Desigualdad académica, equidad y precarización de género: Casos de México, España y Cuba», donde uno de los temas que son abordados en el libro, aborda precisamente a esa «brecha salarial que en México, se viene manteniendo por décadas, y no obstante los ajustes legales, estas persisten.

Parte de la Introducción del libro en prensa, comenta que:

… Desde la óptica de la desigualdades sociales y educativas que afectan tanto a la mujer como a los jóvenes.

Entre los trabajos invitados, se repasan algunas políticas públicas de distintos gobiernos de México, España y Cuba, que muestran cierta debilidad de las instituciones, tornándose favorables para reproducir y facilitar la desigualdad de género, vinculada, al mismo tiempo a diversos contextos de pobreza y desigualdad social.

En los contenidos, se expresan temas sobre precariedad de las mujeres y los jóvenes, violencia y abusos hacia la mujer, feminicidios, desigualdad de ingresos y responsabilidades asimétricas entre hombres y mujeres, entre otros aspectos de interés, que permiten ver las formas en las que se reproducen y amplían las desigualdades en las sociedades modernas, a pesar de la institucionalización de los diferentes programas de asistencia social.

En esta obra, participaron en primer lugar, tres integrantes activos del Cuerpo Académico Consolidado  (UAT-CA-177) “Bienestar Económico y Social” -CABiES, de las Facultades de Derecho y Ciencias Sociales de Tampico y de la Unidad Académica Multidisciplinaria Ciencias, Educación y Humanidades de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), que cuenta entre sus líneas de investigación, estudios sobre grupos vulnerables, desarrollo económico y desigualdad social y educativa.

Se invitaron a otros cuerpos académicos de investigación de la UAT: Cuerpo Académico en Formación (UAT-CA-135) “Evaluación Educativa”, que tiene entre sus líneas de investigación, realizar diagnósticos, evaluación y gestión estratégica, y hacer evaluación de procesos y programas educativos; el Cuerpo Académico Consolidado (UAT-CA-013) “Política, Administración y Gestión Educativa”, con la línea de investigación para, aplicar trabajos sobre Política, planeación y gestión de la educación superior, así como Educación superior y trabajo.

Finalmente, colaboró una integrante del Cuerpo Académico Consolidado (UAT-CA-73) “Migración, Desarrollo y Derechos Humanos”, formando parte de la línea de investigación de los Derechos humanos aplicados al tema de desigualdad de género.

Con este nuevo libro de la serie desigualdad social y educativa, los investigadores integrados en los distintos cuerpos académicos de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, nos sentimos agradecidos y comprometidos en seguir la pista de este tema insuficientemente estudiado. Asimismo, reconocemos a las y los colegas de otras instituciones universitarias de España y Cuba, que nos acompañaron en este reto.

Podemos concluir sobre este lamentable tema de la brecha salarial, que México tiene aún muchos retos que enfrentar para buscar disminuir y aplanar esas abismales diferencias entre el trato y medición de ingresos, responsabilidades y valoración del trabajo de la mujer.

Las disparidades de género, no solo se muestran en ingresos y salarios hombres mujeres, más aún invaden secciones de misoginia y maltratos familiares e incluso, los temas inacabados judiciales, como los feminicidios y abusos de las parejas.

Por todo ello los invitamos a seguir leyendo y actualizando sobre estos temas, no solo cuando se celebren las fechas de las desigualdades, si no en forma permanente en nuestro país…

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