Agencias.- A medida de que avanzan los días desde que se presentó la iniciativa de reforma eléctrica de Andrés Manuel López Obrador, también pareciera que se acelera la salida de Manuel Bartlett de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
De acuerdo con el periodista Mario Maldonado en su columna de El Universal, el tema de fondo no es solo la contrarreforma a la industria eléctrica, sino la presencia en la CFE del expriista “que se ha convertido en una moneda de cambio” para asegurar las modificaciones constitucionales que se requieren para la cambiar al sector.
Y es que -aseguró-, el protagonismo que el presidente le otorgó a la secretaria de Energía, Rocío Nahle, durante la conferencia de prensa del pasado lunes, “es una primera señal de que el actual director de la CFE es una pieza prescindible en el proyecto, sin importar que gran parte del modelo eléctrico que se propone es de su inspiración y autoría, y sin reparar también en que, para el propio presidente, Bartlett es uno de los perfiles más aptos técnica e ideológicamente para presidir la nueva empresa eléctrica estatal”.
“Quienes lo conocen aseguran que el suceso lastimó severamente su orgullo, y que incluso mermó su voluntad para impulsar una iniciativa cuya operación y resultados podrían no estar más bajo su responsabilidad”, apuntó Maldonado.
Y es que en la Cámara de Diputados y en el Senado ha corrido fuerte la versión de la salida de Manuel Bartlett de la CFE para ser reemplazado por un priista: Alejandro Murat, quien se ha vuelto muy cercano al gobierno de la 4T y al propio Andrés Manuel López Obrador.
“Se sopesa entre los legisladores tricolores que, si el objetivo es crear un monstruo de empresa, lo más conveniente es que no se encuentre bajo el mando de un funcionario con tendencias de dictador y, además, con un muy grueso historial de señalamientos en materia de corrupción”, resaltó el columnista.
Pero de acuerdo con el periodista, también han “desaparecido” algunos expedientes de algunos priistas en la FGR y en la UIF.
“El acuerdo, a punto de concretarse por intervención directa del exgobernador de Oaxaca, José Murat Casab, podría echar por tierra los planes del Grupo Tabasco para llevar también a la dirección de la CFE al gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón; ésta más bien como estrategia para desactivar un conflicto en el convulsionado estado del sureste, o por lo menos para alejar de esas problemáticas al cuñado del actual secretario de Gobernación, Adán Augusto López”, resaltó.
“Principalmente se cancela con estas negociaciones la posibilidad de que Bartlett materialice el objetivo que se trazó en los años 60, cuando fue becado para especializarse en Derecho Público en la Universidad de Estrasburgo y se enamoró del modelo eléctrico francés: dirigir una poderosa empresa estatal, idéntica a la entonces Electricidad de Francia o EDF que resultó de un proceso de nacionalización de diversas generadoras privadas”.
Mario Maldonado finalizó su columna destacando que el monopolio del EDF fue en el que Bartlett se inspiró para presentar el proyecto a López Obrador. Sin embargo -resaltó- se trata de un modelo que “era funcional hace más de medio siglo, cuando la demanda de energía era 70% menor”, pero además, la empresa estatal francesa terminó privatizándose en 2004.