Agencias.- Hoy en día México “es la casa de todos aquellos que luchan por la liberación de nuestros pueblos”, aseveró el ex presidente boliviano Evo Morales Ayma.
Agradecido con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador por “salvarme la vida”, el líder boliviano está de regreso en territorio mexicano, casi dos años después de haber recibido asilo y protección tras el golpe de Estado en Bolivia que lo obligó a dimitir de la presidencia.
“México es nuestra casa, ha sido mi casa. Saludo al presidente López Obrador, al gobierno y al pueblo de México. No era para congraciarme con el presidente y su pueblo cuando dije que me salvó la vida. De verdad, México y otros países me la salvaron. México no sólo será mi casa, es la casa de todos los que luchan por la liberación de nuestros pueblos”.
El líder del Movimiento al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP) participó este jueves en la apertura de los trabajos del 25 Seminario Internacional “Los partidos y una nueva sociedad”, organizado por el Partido del Trabajo (PT) y que se realiza en la Ciudad de México.
El ex mandatario boliviano, una de las figuras más relevantes de la izquierda de América Latina, subrayó que actos como éste son de vital importancia para el intercambio de experiencias en la lucha contra el imperialismo y de gestión política; al igual que para compartir las batallas políticas para lo que llamó la liberación de los pueblos.
Resaltó que no basta con ser pluralista y humanista, sino que es igual de importante asumirse como anti-imperialista. Y conminó a no renunciar a la lucha en favor de la gente más humilde.
Tras la crisis sanitaria por el Covid-19, dijo, la posición de los defensores del neoliberalismo se ha transformado. “Antes de la pandemia, los neoliberales planteaban: ‘mercado, mercado, mercado’. Ahora, durante la pandemia dicen: ‘Estado, Estado, Estado’. Es chistoso, pero es otro debate importante”.
A partir de su experiencia como mandatario boliviano, detectó que se puede entender que hay dos opciones: que los recursos naturales sean controlados por los pueblos, a través de la administración del Estado; o en su defecto sean de las trasnacionales que actúan “bajo el saqueo” del capitalismo.
Hemos visto “cómo los servicios básicos podían ser un negocio privado, cómo podían estar en manos de las trasnacionales, como el agua, la luz, la telecomunicación, la educación (…) Venimos, vengo de esa lucha de los movimientos sociales, y entender a veces la situación política es muy difícil, pero (debemos) entender que la política es una ciencia de servicio, esfuerzo y sacrificio por la gente más humilde. Hay que hacer política para la liberación.”
Sin embargo, también fue crítico con muchos de los sectores de izquierda de la región. “Pero también veo que algunos andan más enamorados de la plata que por la patria. Aquí tenemos la obligación de enamorarnos por la patria y no por la plata. (Algunos) andan más enamorados por la publicidad que por la honestidad. Hay que superar este problema que tenemos.
“En Sudamérica gana algún partido socialista, gobierna, y no cambia nada, sigue todo privatizado. ¿Cómo es eso? Comparaba esos partidos socialistas que ahora están en gobiernos y se convierte el país como Estados Unidos, de republicanos y demócratas. Estos eventos son para plantearnos la verdadera liberación no sólo de América”.
Abundó en la experiencia sufrida en su país tras el golpe de Estado en octubre de 2019 y la posición tomada por la administración mexicana, que incluyó otorgar protección tanto a Morales Ayma como a una veintena de funcionarios de su gobierno.
“Saludo al hermano presidente de México. Saben que el plan del imperio y la derecha boliviana era que el MAS-IPSP no vuelva al gobierno ni Evo a Bolivia. (Pero) ahora, el MAS-IPSP con el hermano Lucho (Luis Arce) como presidente en el gobierno (electo el año pasado), Evo está con vida en Bolivia gracias al pueblo mexicano. Es una lucha conjunta de varios presidentes, de movimientos sociales de toda América y de muchas partes del mundo”.
Expresó su respeto y admiración a los pueblos de Cuba y Venezuela, “que enfrentan ese criminal, unilateral e inmoral bloqueo económico. Estados Unidos sólo impone sanciones económicas, organiza golpes de Estado, y promueve el racismo y fascismo en todo el mundo”.
Remarcó que cuando asumió la presidencia en Bolivia, en 2006, muchos líderes sociales de su país le advirtieron cuidarse de la embajada estadounidense. Y tras eso, asegura, desde esa sede diplomática se financió a sus opositores y se organizaron varios intentos de golpe de Estado.
“¿Cuál era nuestro pecado? Después de que llegamos al gobierno, por una soberanía e independencia de Estado y por la dignidad del pueblo boliviano, cerramos la base militar de Estados Unidos en Chimoré, expulsamos a la DEA y a USAID; y cuando el embajador de Estados Unidos (Philip Goldberg) estaba promoviendo el golpe de Estado, en 2008,también lo expulsamos para garantizar la dignidad del pueblo boliviano”.