¿Y el asesinato apá?

-Interesa más la política que el homicidio del empresario Carmona -También pasa a segundo término la corrupción en las aduanas fronterizas -El negocio del momento: la importación del 60% de la gasolina que se consume en el país

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Por Mario Díaz

EL asesinato del empresario reynonsense SERGIO CARMONA ANGULO ha recrudecido la pugna política en Tamaulipas entre los dos partidos con mayor simpatía ciudadana: Morena y el PAN.

En efecto, luego de que un par de balas le quitaran la existencia en el interior de una barbería ubicada en la ciudad de San Pedro Garza García, Nuevo León, el homicidio como tal prácticamente pasó a segundo término para dar paso a los dimes y diretes derivados del supuesto o real financiamiento a candidatos morenistas y apoyo vehicular blindado a funcionarios guindas.

Aunque, a decir verdad, no tan solo se tensó la rivalidad entre ambos institutos políticos; el homicidio en territorio regio también ha generado fuego amigo entre los propios aspirantes a la candidatura de Morena al relevo del gobernador FRANCISCO JAVIER GARCÍA CABEZA DE VACA.

Obviamente, quienes se disputan la estafeta guinda a la gubernatura tamaulipeca niegan los cargos y, por supuesto, no aceptan estar coludidos en financiamiento externo ni tampoco utilizar camionetas blindadas y de reciente modelo, como también aseguran alcaldes y diputados federales de extracción morenista.

Al respecto, el grupo parlamentario de Acción Nacional en la 65 Legislatura de la Cámara de Diputados fijó su postura y exige que la Fiscalía General de la República (FGR) investigue la presunta red de corrupción de hidrocarburos y el posible financiamiento ilegal en Tamaulipas. Extrañamente, la mayoría parlamentaria en el palacio legislativo de San Lázaro no ha emitido comunicado alguno con relación al caso.

Por lo pronto, el fuego amigo y enemigo ha alcanzado a los punteros del Movimiento de Regeneración Nacional en la competencia interna por el estandarte guinda en la esquina noreste del país: AMÉRICO VILLARREAL ANAYA y RODOLFO GONZÁLEZ VALDERRAMA.

Tal parece que, a juzgar por el escenario actual derivado del homicidio del empresario de ciudad Reynosa, tanto el homicidio como la probable corrupción en la aduana fronteriza no son prioridad en la indagatoria y que todo se concentra en el ámbito político.

Nada se ha informado oficialmente con respecto a la identidad de los autores materiales e intelectuales del ataque armado. Tampoco la Dirección General de Aduanas ha fijado su postura respecto a los señalamientos de corrupción para la internación ilegal de hidrocarburos.

Además, para efectos legales desde el punto de vista jurídico, SERGIO CARMONA ANGULO era un próspero inversionista con empresas debidamente establecidas con actividades diversas y entre ellas la importación de combustibles al territorio nacional. Es decir, ni existe investigación alguna relacionada con “huachicoleo” ni tampoco ningún juez lo ha sentenciado por tal o cual delito.

En consecuencia, desde esa óptica, CARMONA ANGULO estaría “invirtiendo” en ese gran negocio llamado “política a la mexicana” que el gobierno de la Cuarta Transformación pretende aniquilar, aunque, al menos hasta el momento, sin aparente éxito en la encomienda.

No es descubrir el hilo negro o el agua tibia señalar que, desde siempre, los dueños de los capitales en México invierten en las campañas políticas a fin de obtener beneficios en la asignación de obra pública o proveedurías. Ni el PRI ni el PAN ni Morena escapan a los tentáculos del pulpo, que luego exige la retribución pactada.

Sin que se pretenda hacer apología de lo ilegal, lo cierto es que el préstamo de vehículos o la inversión de algunos millones de pesos en campañas políticas por parte de CARMONA ANGULO es peccata minuta, comparado con otros tiburones millonarios que también ven como rico filón la inversión en la “política a la mexicana”.

Sería más interesante conocer quién o quiénes permiten el contrabando documentado pero ilegal del 60% de la gasolina que se consume en el país y que proviene de las refinerías texanas. Lo mismo en carros-tanque que, en ferrocarril, el carburante es internado al país con documentación que indica desechos de combustibles, por ejemplo, para evitar el pago del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios; o bien, con un solo pedimento, realizar varias importaciones, contando, en ambos casos, con la complicidad de los funcionarios aduaneros, sin importar que en la Secretaría de la Defensa Nacional recaiga esa responsabilidad.

Hace un par de años, por el puente internacional conocido como Los Tomates, la Policía Estatal “por instrucciones superiores” se encargaba de supervisar que todos los carros-tanque que se internaban a territorio nacional cumplieran con el pago de la cuota de 500 dólares por unidad.

Así que, ¿para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo?

 

DESDE EL BALCÓN:

I.-Durante la primera alternancia política en México, los “hijos de la realeza”, los hermanos BRIBIESCA, hicieron “su agosto” con el control total del Infonavit, institución que permitió la construcción de “palomares” convertidas en casas-habitación, dejándoles millonarias ganancias.

La pregunta es ¿durante la segunda alternancia partidista ocurrirá lo mismo en el millonario negocio que significa el control aduanero?

Y hasta la próxima.

mariodiaz27@prodigy.net.mx