Por Mario Díaz
LA revocación de mandato que en realidad se trata de una ratificación con tintes electoreros, mantiene en cerrada pugna al gobierno de la Cuarta Transformación y al Instituto Nacional Electoral (INE) derivado de la relativa lejana fecha para el relevo del presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR.
Es claro que la 4T pretende debilitar al organismo autónomo que tiene bajo su responsabilidad la organización y certificación de los procesos eleccionarios en nuestro país. El mandatario nacional considera que el INE está al servicio del neoliberalismo y no en favor de la democracia.
Por lo pronto, el recorte presupuestal colocó en esquinas encontradas al Poder Ejecutivo Federal y al Instituto Nacional Electoral, lo que, al margen de pesos y centavos, es una evidencia clara de la postura del régimen lopezobradorista con respecto a la institución que encabeza LORENZO CÓRDOVA.
A pesar que en un principio el INE manifestó que el recorte presupuestal le impediría llevar a cabo la revocación de mandato en abril próximo, posteriormente su titular se retractó y ser comprometió a realizar ese ejercicio cívico constitucional.
Con el apoyo de la mayoría morenista en el Cámara Baja del Congreso de la Unión, el huésped del Palacio Nacional logró, primero, reducirle el millonario presupuesto y, segundo, obligarlo a organizar el proceso que preguntará a los electores si desean retirar del cargo al Presidente de la República o bien si prefieren que continúe al frente de la responsabilidad que se le confirió.
Al respecto, cabe señalar que no es necesario esperar al primer domingo de abril de 2022 para conocer el resultado de la decisión de los ciudadanos que poseen una credencial de elector. Sin duda, AMLO incrementará su capital político que habrá de influir en la renovación de las seis gubernaturas que estarán en juego el año próximo y las dos de 2023, como paso previo a la elección presidencial de 2024.
Reconózcase o no, lo cierto es que el señuelo en el primer ejercicio de revocación de mandato representa el camuflaje ideal para envolver el verdadero objetivo del presidente LÓPEZ OBRADOR: que el pueblo lo ratifique en el poder gubernamental en acto semejante a la reelección.
Obviamente, como se trata de un mandato constitucional, los siguientes presidentes de México estarán sujetos al escrutinio popular, lo cual, por supuesto, genera las condiciones necesarias para retirarle la confianza a un gobernante.
El tema ha provocado una serie de reacciones en pro y en contra y, además, la posibilidad de que se reduzca el período de mandato constitucional y se legisle la reelección por una sola ocasión. Algo así como sucede en el sistema de gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica.
No es faltar a la objetividad precisar que el Instituto Nacional Electoral (INE) que funge como tal desde 1996 y que sustituyó al Instituto Federal Electoral (IFE), prácticamente no las tiene todas consigo en la Cuarta Transformación.
El recorte presupuestal por casi 6 mil millones de pesos, sin duda, afectará económicamente a los consejeros y desde luego a la logística de los procesos electorales. Además, los probables escenarios del proceso de revocación de mandato le son adversos desde cualquier ángulo.
Los Poderes Ejecutivo y Legislativo se le irían como jauría si se niega a la realización bajo el argumento de falta de presupuesto; si por ahorrar decide instalar menos urnas en detrimento de la captación de votos; y si fracasa el ejercicio cívico por la razón que fuere, se le responsabilizará por la ausencia en las urnas.
Como dicen en el rancho: para donde se mueva, el toro embestirá al INE.
Ni hablar.
DESDE EL BALCÓN:
I.-Desde la perspectiva que se observe, no tiene justificación alguna que personal y unidades de tránsito local mantengan vigilancia en la entrada a la playa Bagdad para impedir que los visitantes al balneario introduzcan bebidas embriagantes o asadores.
De acuerdo al dicho de un agente vial, el operativo está orientado a que los visitantes compren cerveza y alimentos en los establecimientos para “fortalecer la economía en esa comunidad”.
Inicialmente la prohibición tuvo origen en acciones para contrarrestar la propagación del coronavirus; pero ahora con semáforo epidemiológico en verde no se justifica la prohibición y menos con personal que se supone debe regular el tráfico vehicular citadino.
Vale la pena precisar que los agentes asignados al departamento de Tránsito Local están bajo el mando de la secretaría estatal de Seguridad Pública.
¿Cómo la ve?
Y hasta la próxima.
mariodiaz27@prodigy.net.mx