Dr. Jorge A. Lera Mejía
En Tamaulipas, pese a ser un Estado progresista, con instalación de más de 350 maquiladoras industriales, agricultura, ganadería y pesca, comercio nacional e Internacional, modernos servicios, así como 25 plantas petroquímicas en la región conurbada, cerca de 35 municipios de los 43 existentes de la entidad, dependen prácticamente del envío de Remesas desde Estados Unidos a familiares que viven en la entidad.
Lo mismo sucede hoy día, con más de 25 de los 32 estados de la República. Siendo los más dependientes, Michoacán, Guanajuato, Hidalgo, Puebla, Zacatecas, Veracruz, entre otros más.
Incluso, ya se dio la primicia que estados otrora pujantes en el desarrollo industrial y comercial, como Nuevo León, desde hace 3 años ya registra recepción de Remesas superiores a mil millones de dólares al año. Siendo Tamaulipas el segundo lugar de los estados norestenses, con poco más de 900 millones y Coahuila con arriba de 700, al cierre del año 2020.
Incluso, a pesar que Nuevo León es una de las potencias económicas e industriales a nivel nacional, fue el mayor receptor de Remesas en el noreste del país durante el reciente periodo de enero a junio del 2021, con 597.4 millones de dólares, lo que significó un aumento de 24.48% con relación al mismo periodo del 2020, según datos del Banco de México (Banxico).
Le siguió Tamaulipas con 529.8 millones de dólares, registrando un incremento de 19.32% en dicho periodo, Coahuila se ubica en el tercer lugar con 412 millones, 19.83% más que en el primer semestre del 2020, de acuerdo con Banxico.
Lo anterior significa que, cada vez hay una mayor dependencia de los ingresos familiares indirectos a través de las Remesas, debido a que representan un motor de generación laboral externo.
Esto está probando que la crisis económica, política y sanitaria del Covid-19, está golpeando muy fuerte a los estados rurales, pero también a los propios estados desarrollados e industrializados.
Los estados del noreste no están dentro de los primeros lugares de recepción de Remesas a nivel nacional; Nuevo León ocupa el lugar 15 de los 32 estados con 2.5% del total recibido de enero a junio del 2021, Tamaulipas está en el sitio 17 con 2.2% y Coahuila está en la posición 19 con 1.7% del total. Sin embargo, en el 2020 las cifras anuales de Remesas recibidas en los estados del noreste fueron superiores a las del 2019, de acuerdo con cifras de Banxico.
Nuevo León recibió oficialmente 1,024.3 millones de dólares en el 2020, es decir, tuvo un incremento de 6.67% con respecto al 2019; Tamaulipas alcanzó 944.5 millones de dólares, lo que representó un alza de 8.18%, y Coahuila sumó 711.1 millones de dólares, esto representa un alza de 11.06% con respecto a dicho año.
Al interior de cada entidad, el comportamiento de recepción de Remesas, también se ha diversificado, pasando a depender cada vez más los propios familiares de migrantes de zonas urbanas, rompiendo el estereotipo que solo en las comunidades rurales se dependía de las mismas. Tamaulipas es un buen ejemplo de este nuevo fenómeno.
Significa que en Tamaulipas, en menos de siete años se ha duplicado el envío de dólares del vecino país del norte a nuestra entidad, como resultado de las fallidas políticas de austeridad y mal gobierno, que ha ocasionado un mayor éxodo de tamaulipecos al vecino país del norte, en los primeros tres años del gobierno de la 4T.
Se estima que, a finales de este año 2021, el envío de Remesas de paisanos que realizan alguna actividad productiva en Estados Unidos podría superar la barrera de los mil millones de dólares a Tamaulipas.
Lo anterior, tras el éxodo de tamaulipecos que se siguen yendo al extranjero en la búsqueda de empleo, producto de la política de austeridad, que lejos de impulsar la productividad, ha despojado de apoyos a los prestadores de servicios, comerciantes, industriales, y los propios productores agrícolas y ganaderos en general. Ahora la 4T, privilegia una política asistencialista dirigida a ciudadanos pasivos, olvidando respaldar a los sectores dinámicos de la economía, que son los que reproducen una actividad multiplicadora positiva, en lugar de la pasividad derivada de otorgar becas y subsidios asistencialistas que provocan dependencia y clientelismo político al partido populista del actual gobierno federal.
Esa política está expulsando a más mexicanos, a más tamaulipecos, que son los que ahora están enviando dólares a sus familias para poder sobrevivir, dado que ya no tienen a qué dedicarse, al haberles quitado todo tipo de apoyo a la industria, al campo, a la ganadería, a las madres solteras, a guarderías y otros programas que desaparecieron en estos tres años.
Hasta hace unos diez años, el envío de remesas a Tamaulipas era de 500 millones de dólares, que después subió a 800 y que se estima en este año podría llegar a los mil millones de dólares.
Por consecuencia, el envío de dinero verde es el que ha sostenido a miles de familias en un promedio de 30 a 35 municipios que prácticamente han sobrevivido con ello, al no tener ninguna clase de apoyo para dedicarse a actividades relacionadas con el campo y la ganadería.
Se trata de municipios de la zona rural, considerados como de los más pobres, a los que el Gobierno de la República les retiró apoyos para la producción como la entrega de Diésel, Procampo, Progan, y otros incentivos que les permitía un mejor nivel de vida.
Pero también notamos que municipios urbanos e industriales, como Reynosa, Matamoros, Nuevo Laredo, Victoria y Tampico, han multiplicado la recepción de Remesas dando por resultado un vuelco al mecanismo de recepción y gasto de este instrumento de sobrevivencia para la economía de todo México y de Tamaulipas.
Esto nos permite afirmar que las Remesas son, hoy por hoy, la verdadera Tabla de Salvamento de nuestro atribulado país, por algo el presidente López Obrador repite seguido en las conferencias mañaneras, que los Migrantes mexicanos son nuestros Héroes nacionales.
Por algo, le urge convencer al presidente Joe Biden, para lograr convencer a los integrantes de las dos bancadas del congreso norteamericano, tanto demócratas como republicanos, para que acepten y aprueben su propuesta migratoria, que otorgue la residencia legal a cerca de 11 millones de migrantes indocumentados mexicanos.
Estos 11 millones de migrantes indocumentados, junto a otros 15 millones que ya disponen de residencia para poder trabajar legalmente, significan cerca de la quinta parte de la población residente en México, y son el verdadero motor del desarrollo nacional.
En Estados Unidos residen cerca de 36 millones de habitantes de origen hispano (10.8% de la población estadounidense), siendo el país donde reside la mayor comunidad de hispanohablantes inmigrantes. La comunidad mexicana es la más numerosa de todas las que residen en todo el país y la mayor diáspora mexicana en el mundo.