Tamaulipas… ¿carta de cambio?

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-Se duda del “zapato” y de solo perder en Aguascalientes
-Hipotéticamente a la 4T le interesa más el estado de México en 2023
-¿Aceptará AMLO perder políticamente ante Cabeza de Vaca?

LA efervescencia política generada por el actual proceso electoral para la renovación de seis gubernaturas provoca, a su vez, distintas lecturas en contexto que abren escenarios nada alejado de la realidad política que vive el país.

En efecto, al término de las precampañas de quienes aspiran a la candidatura para la competencia constitucional, obviamente, las condiciones no son ni pueden ser las mismas como al inicio del proselitismo interno de las militancias.

Por tal motivo, las expectativas podrían ser distintas en Aguascalientes, Durango, Quintana Roo, Tamaulipas, Oaxaca e Hidalgo, entidades federativas en donde el Instituto Nacional Electoral (INE) convoca a las urnas el domingo 5 de junio.

En consecuencia, quizás el “zapato” de la alianza Juntos Hacemos Historia que integran Morena-PT-PVEM ya no esté tan seguro; que el partido en el poder pierda en Aguascalientes, como en su momento lo anunció el dirigente nacional del PAN; o bien, que el match electoral divida honores al grado de que entre las “cartas de cambio” se ubique a Tamaulipas.

Hipotéticamente, el supuesto o real avance de la coalición PAN-PRI-PRD en la esquina noreste del país obligaría a la 4T ceder esa entidad federativa en negociación cupular que conlleve a que el estado de México se integre al régimen de la Cuarta Transformación en la elección pactada para 2023 y, además, los votos legislativos necesarios para la aprobación de la reforma eléctrica.

El bajo porcentaje en Tamaulipas en cuanto a la generación de votos se presta para la negociación cupular entre el gobierno federal y los partidos, a la hora del reparto del pastel político en el Cuerno de la Abundancia.

Por supuesto, nada que no haya ocurrido antes y se haya manifestado en la geografía política del territorio azteca y sus 32 estados.

Tan simple como recordar que hace cinco años se registró la primera alternancia política en Tamaulipas, merced de una negociación entre la cúpula panista y el entonces presidente de México ENRIQUE PEÑA NIETO, lo que, a su vez, llevó al Poder Ejecutivo estatal al ahora gobernador FRANCISCO JAVIER GARCÍA CABEZA DE VACA.

Desde esa perspectiva, la movilización en favor de quien encabeza la alianza Vamos por Tamaulipas, soportada con recursos públicos, pudiera influir en la expectativa inicial morenista que contemplaba el “zapato político” (ganar las seis gubernaturas) o aceptar la derrota solo en Aguascalientes.

Para AMLO-Morena resulta mucho más productivo la negociación en entidades consideradas como “carta de cambio”, a cambio de la “joya de la corona” que significa el gobierno del estado de México y todo lo que representa política y electoralmente.

Sin embargo, tomando en cuenta la personalidad belicista y en ocasiones vengativa del presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, no es del todo convincente que acepte una derrota política a manos del mandatario tamaulipeco, a pesar del desafuero de la Cámara de Diputados y la orden de aprehensión en su contra que ha evadido por la inmunidad procesal otorgada por la LXIV Legislatura local.

Con todo y que en política debe prevalecer la negociación, una derrota electoral en Tamaulipas significaría simple y llanamente un estrepitoso fracaso del gobierno de la Cuarta Transformación frente al gobierno de los Vientos del Cambio.

No tendría por qué resultar temerario o aventurado señalar que, una vez que el calendario del INE dé luz verde para el proselitismo de los candidatos, los reflectores mediáticos como consecuencia de las “guerras sucias” se manifiesten en las seis entidades federativas que estarán en competencia electoral.

Al margen del sustento de acusaciones jurídicas, lo cierto es que gobernador de Tamaulipas podría ser el más perjudicado, bien sea por el recrudecimiento de señalamientos tendenciosos o bien por el soporte de un expediente en manos de la Fiscalía General de la República.

Por lo pronto, en atención a la ley electoral, precandidatos, partidos y gobernantes habrán de respetar la veda electoral en el ejercicio cívico convocado por el INE, relacionado con la revocación de mandato.

Vale la pena precisar que los términos de la veda electoral no provienen de la iniciativa del Instituto Nacional Electoral sino de un mandato constitucional, avalado por el Poder Legislativo.

DESDE EL BALCÓN:
I.-Bien sea por excesos derivados del ejercicio periodístico o bien por excesos del abuso del poder, lo cierto es que, por esa razón, el gobierno Federal y el gobierno municipal de H. Matamoros, Tamaulipas, están ocupando generosos espacios mediáticos. En ambos casos, temas familiares y pesos y centavos son el común denominador.
Por obvias razones, la vox populi se manifiesta en favor y en contra del tema que asocia y coloca en posiciones encontradas al poder gubernamental y el periodismo.

Y hasta la próxima.
mariodiaz27@prodigy.net.mx