Por Guillermo Gutiérrez González
Este domingo 10 de abril se llevó a cabo la polémica consulta popular promovida desde el mismo gobierno federal para la revocación de mandato, donde el presidente de la Republica asegura la permanencia en el cargo hasta septiembre del 2024. La verdad nadie tenía duda de que esto fuera a suceder, pero AMLO utilizó este novedoso ejercicio de democracia participativa para dar una muestra de su fuerza política, lo hizo polarizando la opinión pública nacional, obligando al INE a gastar más de mil 500 millones de pesos y haciendo uso indiscriminado del aparato gubernamental, de los diputados, senadores, gobernadores y alcaldes de Morena y hasta de la guarda nacional.
Es cierto los 17,5 millones de votos obtenidos en esta jornada son más del doble de la pasada consulta sobre el juicio de los expresidentes de la republica realizada en agosto del 2021, pero menos de los 20 millones de votos logrados por Morena y sus aliados en 2021 ni son los 30 millones con los que obtuvo la presidencia de México en 2018.
Además, Morena con este resultado del casi 18 por ciento de participación no llega al umbral del 40 por ciento requerido para hacer vinculante esta consulta. Sin embargo AMLO y sus seguidores lo ven como un triunfo histórico y aprovechan para descalificar a sus adversarios y volver a cargar culpas al INE por la supuesta mala organización de la jornada electoral. Esta es una lectura sesgada y aun de que no representa un fracaso rotundo para Morena, no corresponde tampoco el tono festivo que quieren imprimir a este hecho.
El INE cumplió de manera profesional e impecable con su cometido, logró convocar a la ciudadanía para hacerse cargo de las casillas y hacer una jornada de gran calibre y alcance. Si hubiera un ganador de este ejercicio seria sin duda, la autoridad electoral. Hay mucho que aprender y hacer en estos nuevos modelos democráticos.
Pero ahora, el gobierno federal tendrá que buscar nuevos distractores para tratar de ocultar los temas de la economía, la inflación, la violencia, la salud, el abastecimiento de medicamentos y de la corrupción. La consulta no podrá ocultar esto por mucho tiempo. La terca y visible realidad nacional no sabe de trampas electorales.
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