Hoy día, en México y en el mundo entero, se atraviesa una grave crisis recesiva e inflacionaria, motivada por la fracasada guerra de Vladimir Putin contra Ucrania, pero mayormente complicada en México, por la pérdida total de gobernabilidad y gobernanza, de un «antipresidente», que con sus medidas ortodoxas y sus caprichos polarizantes, han complicado aún más el pobre desempeño económico del PIB nacional y puesto a la deriva la sobrevivencia de las pymes y el campo mexicano. Por ende, los bolsillos de los más pobres del país.
Los efectos de la guerra se sienten cada día en el bolsillo. A la crisis de la cadena de suministro y las dificultades de la pandemia ahora se suman una serie de condiciones que impulsan un alza en los precios de alimentos y la escasez de algunos productos básicos.
Una economía de guerra se caracteriza por el hambre, la ausencia y las penurias. Pero también es una llamada a sincerar nuestras necesidades y caprichos.
Si a eso le sumamos la guerra de intolerancia y mentiras, que arrastra a México el desgobierno de AMLO, esta crisis global de guerra amenaza con ser más grave en sus efectos de la economía, la recesión del PIB y la inflación del Índice Nacional de Precios al consumidor de los mexicanos.
México experimentó una contracción del 0.1 % entre los meses de octubre y diciembre de 2021, en comparación con el periodo previo. Con ello se da una acumulación de dos trimestres de caídas, de acuerdo con el propio INEGI.
Entre julio y septiembre, el aparato productivo tuvo un retroceso de 0.4%. El aparato productivo mexicano volvió a entrar en recesión técnica al cierre del cuarto trimestre.
El comportamiento negativo del Producto Interno Bruto en la segunda mitad de 2021 estuvo asociado a la cautela ante la cuarta ola del coronavirus, los efectos de la reforma outsourcing, la alta inflación, la incertidumbre sobre la política económica y las disrupciones en las cadenas de suministro a nivel global.
Por otra parte, los pronósticos de inflación seguirán deteriorándose en los próximos meses, conforme se sigan presentando los efectos de las disrupciones provocadas a nivel global con la invasión a Ucrania, por algo esta semana el presidente mexicano, lanzó su propuesta de Plan Antinflacionario, al viejo estilo de los otrora pactos de solidaridad y apoyo económico, de sus odiados presidentes neoliberales.
Estas variables juntas, nos indican a una economía mexicana en franca etapa de «Estanflación», o sea, con cero crecimiento y presiones inflacionarias…
