Por Guillermo Gutiérrez González
Llegó la hora de elegir a la persona que llevará las riendas de nuestro vapuleado Tamaulipas con la votación del próximo domingo 5 de junio, en este estado que ha aguantado de todo, con gobernantes de capricho y de consuelo, hasta aquellos que con el poder se sintieron todo poderosos y hoy pagan con cárcel sus ominosos sexenios.
Cuando un gobernante llega al poder es envuelto con la magia de un supuesto reinado, producto del halago constante de súbditos, que lo único que buscan son intereses personales que los lleven a escalar por mejores posiciones tanto económicas como de clase social, como si fueran títulos de grandeza nobiliaria.
Tamaulipas tiene memoria, quien no recuerda a Emilio Martínez Manaoutou,, aquel personaje que fue envuelto por el embrujo del máximo poder de este país y que al verse desplazado se conformó con ser gobernador pero sin pasión, ni ganas.
Y así vino Manuel Cavazos Lerma, con ideas majestuosas como el canal inter costero que uniría a Tamaulipas con todo lo navegable de Estados Unidos y Canadá, proyecto que con su solo impacto ambiental costó millonadas y jamás siquiera inició.
Qué decir de Tomas Yarrington Ruvalcaba, un hombre sin duda inteligente, pero con un trastorno de grandeza como la del pequeño Napoleón que con solo estirar una mano daba órdenes al por mayor con su dedo índice, sin freno, sin temor o piedad, llevándose al olvido, al exilio o a una celda a quien se le opusiera.
Otra época fue la del “corazón de Tamaulipas” con Eugenio Hernández Flores y su reducido séquito, que absorbieron cual juego de “turista” la obra pública de toda la entidad, con ideas esplendorosas para explotar, para sí, predios de playas y otros paraísos.
Y ahí están los Cabeza de Vaca, que desplazaron a los del centro, para darle rienda suelta a los de Reynosa y, a foráneos, que vinieron a las tierras tamaulipecas como si se tratara de la conquista de México Tenochtitlan.
Quien ve el cambio en la 4 T y cree en “ysq”, ya tiene candidato; quien crea que mejoró la seguridad y el empleo del estado también lo tiene y, unos pocos una nueva propuesta. Es la hora de elegir meditando el voto, con la inteligencia en la decisión y no por la dadiva o por falsas promesas.
vientosdelsur@infinitummail.com
