«SEQUÍA DEL NORTE, DEJA SIN AGUA A CIUDADES Y CAMPO»

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Dr. Jorge A. Lera Mejía

En la actualidad la sequía es uno de los problemas que más daños está provocando en la sociedad mexicana, principalmente en el noreste y noroeste del país, donde históricamente se presenta dicho fenómeno meteorológico.

La sequía es un fenómeno natural cuya característica principal es la ausencia o la disminución de precipitaciones pluviales durante un periodo que se estima lluvioso, y esta mengua en la cantidad de agua existente y disponible para el abasto humano desencadena una serie de dificultades derivadas de la escasez del líquido que finalmente crea conflictos y desastres sociales.

En nuestro país estos fenómenos ocurren en promedio «cada 20 años», y cuando se presentan provocan un desbalance hídrico en el ciclo del agua, pues la disponibilidad del recurso es insuficiente para satisfacer las necesidades de los seres vivos. Una sequía puede durar en promedio de uno a tres años, y termina cuando las lluvias regresan y se recupera el índice normal de precipitación y se restablece el funcionamiento de los cuerpos de agua.

La sequía se clasifica principalmente en tres tipos: meteorológica, agrícola e hidrológica.

Estas distintas tipologías de sequía «identifican el principio, el final y el grado de severidad de la misma».

Todos los tipos de sequía tienen origen en la misma causa: la falta de lluvias.

Esta ocasión, en el norte se vive una de las peores temporadas de estiaje. Las presas de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, registran niveles promedios menores al 20% de su capacidad, los pozos y mantos freáticos están en su límite de capacidad.

Más grave aún, según datos del Sistema Nacional de Información del Agua, las represas de Cerro Prieto y La Boca en Nuevo León, dos de las más importantes del Estado, cuentan con tan solo el 2% y el 8% de su capacidad respectivamente.

Por ello, es grave la situación tanto para el agua de consumo humano y rural.

El problema está muy focalizado en los estados del norte, por ello ha existido mayor entrada de radiación directa, en comparación con el promedio de 1981 a 2010 en Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, parte de Chihuahua, Sinaloa, un poco de Sonora, San Luis Potosí, Durango y Zacatecas