Dr. Jorge A. Lera Mejía
Esta semana, el miércoles el gobierno de Estados Unidos (EEUU) solicitó consultas sobre la solución de disputas con México en virtud del acuerdo de libre comercio (T-MEC) sobre lo que considera políticas energéticas discriminatorias.
Ayer jueves, el gobierno del Canadá, se sumó a las mismas demandas, poniendo en entredicho, la actitud irreverente del gobierno mexicano, al responder al ritmo musical del matamorense «chico che».
El ministerio de Canadá de Comercio Internacional, Promoción de Exportaciones, Pequeñas Empresas dijo a Reuters precisó que lanzará sus propias consultas pero está de acuerdo con Estados Unidos de que los cambios en política energética van en contra del T-MEC.
Desde el mismo miércoles, la Secretaría de Economía informó el inicio de Consultas por parte de EEUU, constituyendo la etapa no contenciosa del mecanismo general de solución de controversias que prevé el T-MEC, teniendo un periodo de 75 días para solucionar la controversia.
En caso de no llegar a un acuerdo mutuamente satisfactorio sobre la correcta aplicación e interpretación de estas disposiciones, EEUU podrá solicitar el establecimiento de un panel para que decida sobre este asunto, toda vez que la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica prioriza a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y a Petróleos Mexicanos (Pemex) sobre competidores privados, violaría el tratado.
AMENAZAS:
Estas controversias ya se veían venir, después que por más de 13 meses, visitaron diferentes autoridades norteamericanas al gobierno de México, sin lograr ningún acuerdo conciliatorio.
Así desfilaron desde Kamala Harris, vicepresidenta; John Kerry, asesor de temas energéticos; José W. Fernández; entre otros.
Lo más lamentable del caso, es que se cierne una amenaza latente, que en caso de no prosperar la defensa del gobierno mexicano, se podrían establecer aranceles contra las exportaciones de productos sensibles mexicanos, en la medida del impacto negativo que EEUU y Canadá consideren en las controversias.
Este impacto, se podría presentar a fines del año 2023, siendo afectados en firma directa, no el gobierno mexicano, si no las empresas exportadoras de los sectores agropecuarios, automotrices, servicios, turismo, entre otros.
El nuevo proceso que iniciaron los gobiernos estadounidense y canadiense, para obligar a México a que cumpla con el T-MEC en materia energética, seguramente si se reflejará en “uy, qué miedo”, ya que quienes pagarán los platos rotos serán las empresas exportadoras que nada tienen que ver con el conflicto.
El panel estaría deliberando entre abril y mayo del 2023, si el fallo es a favor de EEUU y Canadá, México estaría obligado a cambiar su legislación en 45 días. Si no lo hace, EEUU y Canadá estarían en posibilidades de imponer aranceles a las exportaciones mexicanas.
Aguacates, tomates, berrys, fresas, hortalizas, autos y piezas automotrices, entre muchos productos más se verán impactadas, de ser este el caso….