Por Mario Díaz
El relevo de gubernaturas en el estado de México y Coahuila en 2023 y la elección presidencial en 2024 representan serios obstáculos para la Alianza por México que integran el PAN, el PRI y el PRD en la competencia política contra la coalición Morena-PT-PVEM.
En efecto, con viento en popa en favor de la Cuarta Transformación, las principales fuerzas partidistas de la Alianza, PAN y PRI, están enfrentando una serie de presiones al interior que mantienen con alertas encendidas a sus respectivos dirigentes nacionales, ALEJANDRO MORENO CÁRDENAS y MARKO CORTÉS.
Militantes y activistas de la vieja guardia tricolor ya no confían en MORENO CÁRDENAS bajo el argumento de que pretende ser el candidato del PRI a la presidencia de la República sin tener los méritos suficientes. Los pésimos resultados electorales de las últimas contiendas y el embate de la gobernadora de Campeche LAYDA SANSORES con las audio grabaciones y supuesto o real material fotográfico que involucra a diputadas del PRI, son proyectiles que han impactado la línea de flotación de la barca de “Alito”.
Con altas probabilidades de perder los dos últimos bastiones priístas que representan el estado de México y Coahuila, con alianza o sin ella, el futuro político personal y como dirigente nacional del ex invencible no es muy promisorio.
Los dinosaurios tricolores y militantes de cepa están presionando fuerte para que MORENO CÁRDENAS no tenga injerencia en la selección del candidato presidencial en 2024. El cerco contempla el retiro anticipado como presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI o que su liderazgo no se prolongue más allá del mes de agosto de 2023, fecha en que concluye su mandato partidista.
Sin embargo, la verdad monda y lironda es que son mínimas, por no decir que imposible, que el PRI por si solo logre retener las gubernaturas de Edomex y de Coahuila; la alianza con el PAN y el PRD acotará su margen de selección del candidato.
Justo ahí es donde centra su atención el gobierno de la Cuarta Transformación; la diferencia de criterios de la alianza PRI-PAN-PRD muy seguramente la debilitará con fracturas o fisuras de por medio, reforzando la posibilidad de que la ola guinda sume dos entidades federativas en el proceso electoral del año próximo y refuerce su proyecto del continuismo durante el llamado a las urnas en 2024.
Como tercera fuerza electoral y compitiendo en alianza en la elección presidencial, el PRI no está en condiciones de imponer candidato a la sucesión del presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR ni tampoco para llevarse la mayor tajada en el reparto del pastel legislativo que representa la renovación de ambas cámaras del Congreso de la Unión.
Pero a decir verdad y a juzgar por el cónclave panista celebrado en Aguascalientes convocado por el gobernador MARTÍN OROZCO, el dirigente nacional del PAN, MARKO CORTÉS, no tiene frente a sí precisamente un “pedazo de pastel”. CORTÉS, comienza a ser cuestionado y presionado con relación a la necesidad de transformar la imagen del blanquiazul con miras a la cada vez más próxima renovación del poder Ejecutivo federal.
OROZCO, quien no tiene una relación cordial con CORTÉS, reunió a panistas de hueso colorado que consideran que su partido debe seleccionar a candidatos, además de honestos y creíbles, que cuenten con trayectoria intachable. Asimismo, el común denominador de los convocados estriba en la necesidad de cambiar al PAN porque no es el mismo partido que fue hace algunos años.
Acudieron a la convocatoria del gobernador de Aguascalientes, los reconocidos panistas JUAN CARLOS ROMERO HICKS, ADRIANA DÁVILA, CARLOS MEDINA PLASCENCIA, FRANCISCO DOMÍNGUEZ, MIGUEL MÁRQUEZ y FRANCISCO RAMÍREZ ACUÑA.
Justamente, en Aguascalientes, en reunión panista previa a las elecciones de junio pasado, el dirigente nacional del PAN, MARKO CORTÉS, vaticinaba el resultado del proceso: solo en Aguascalientes, ganará el PAN. No andaba tan errado el líder albiazul, tomando en cuenta que en Durango el candidato de la alianza la encabezó un priísta.
Como es evidente, los jerarcas partidistas de la segunda y tercera fuerza política a lo largo y ancho de la república mexicana habrán de enfrentar vientos y tempestades a la hora de los procesos internos para elegir, primero, a los candidatos para competir por las gubernaturas del estado de México y Coahuila y, segundo, a la hora de definir al abanderado presidencial.
DESDE EL BALCÓN:
I.-Tal parece que en “manzanas de la discordia” o en “manzanas podridas” se han convertido tanto el ex candidato presidencial panista RICARDO ANAYA como el gobernador de Tamaulipas, FRANCISCO JAVIER GARCÍA CABEZA DE VACA.
ANAYA, autoexiliado en los Estados Unidos y GARCÍA CABEZA DE VACA con muy baja puntuación en los estertores de su sexenio.
Y hasta la próxima.
mariodiaz27@prodigy.net.mx