Por José Luis Castillo
Con la llegada de la 4T, y en su mayoría distinguidos cuadros del Partido Revolucionario Institucional, renace la esperanza para que a Tamaulipas le vaya mejor, se reactive la economía, se de paso al empleo, a las inversiones, la obra y sobre todo en buen trato y servicio a la ciudadanía a través de las instituciones, atrás quedó una administración vengativa, de miedo, de represión y plagada de corrupción.
De entrada, se respiran aires de libertad, se terminó la pesadilla, y ahora sólo basta esperar la actuación de las autoridades y los nuevos protagonistas de la 4T, para que se proceda en consecuencia, contra de quien o quienes saquearon el erario estatal y quienes se hicieron ricos al amparo del poder, afortunadamente el pueblo pone y el pueblo quita.
Hay quienes hacen fiesta porque gracias a Dios, ya no escucharan al nefasto maestro de ceremonias que en, bodas bautizos, primeras comuniones y todo evento del ex gobernador, tomaba el micrófono para a su estilo imponer su ley, más aún para llenar de adulaciones a quien ostentaba el poder, el mismo personaje que siempre pedía tres sillas, para él, para su mariconera y para el mandadero del área de giras del gobernador.
Hay quien aplaude, el termino del contrato para los fuereños, del estado de Nuevo León que llegaron a Tamaulipas a hacerse ricos, el animador y el carga maletas que aquí se llenaron las bolsas se dinero en el área de giras en donde ahora están pegados y escondidos porque quieren continuar gastándose el dinero de los tamaulipecos, ya le daré nombres.
Lo cierto es que con la llegada de Américo Villarreal Anaya, al gobierno estatal se reactiva la esperanza de devolverle a Ciudad Victoria, lo que le corresponde, de entregarle el respaldo y el respeto que se merece la capital del estado y sus habitantes, no más agravios, no más desprecios.
La primera semana de actividades del gobierno de la 4T da inicio este lunes, para empezar, Américo Villarreal Anaya, ratificó en su discurso que con la llegada del gobernó de la transformación comienza una nueva etapa de esperanza para lograr mayor bienestar y prosperidad para los tamaulipecos.
Como lo dijo Américo, este triunfo es del pueblo de Tamaulipas, y sí, es de Tamaulipas y los tamaulipecos, esos mismos ciudadanos que se sentían agraviados y decepcionados del gobierno de los vientos de cambio.
Villarreal Anaya, reiteró una y otra vez, su convicción de que es posible gobernar mejor y gobernar para ayudar y servir a los demás, resaltando sus ideales que son muy claros, no mentir, no robar, y no traicionar al pueblo, y ojalá que así sea.
El Gobernador de Tamaulipas, habla de un gobierno cercano a la gente que escuche y comprenda las necesidades para dar respuestas eficaces a los problemas de la gente, lo cual deberán practicar también sus colaboradores, de quien la sociedad espera mucho.
Importante el anuncio que hace el gobernador del estado en el sentido de acabar con los moches y las empresas fachada, tema recurrente en la administración que acaba de terminar y donde se habla de integrar averiguaciones en la Fiscalía General de la República.
“Ejerceré un gobierno honesto con una nueva ética”, y los que es mejor el mandatario estatal asegura que no endeudará al estado además de desterrar la corrupción.
Ofrece de entrada un gobierno honesto y refiere que se acabó el moche en obras y contactos, el arrendamiento innecesario de equipos y de servicios y los negocios privados al amparo del poder público, ojalá que así sea.
Por lo pronto, se respira un aire de tranquilidad y lo que quieren los tamaulipecos es entrarle con todo a recuperar lo perdido y sobre todo que inicie un gobierno, humano, sensible y cercano a la gente de todos y para todos, veremos.