LA EGOLATRIA DE LOS GOBERNANTES

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“¿Qué necesidad hay de que cada tres años las administraciones municipales tengan que cambiar el logotipo de camiones, patrullas, oficinas, papelería, entre muchas otras cosas?, ¿porque no dejan simplemente el escudo de la ciudad, del estado o del país?

Cada uno de los nuevos gobernantes, llámese la ciudad como se llame, o la entidad federativa, o los propios gobiernos federales, jamás habrían de romper los malditos egos que los orillan a cambiar de tajo las huellas del pasado para estampar las suyas propias, aun a sabiendas de que el que los supla hará lo mismo; tratar de borrar sus vestigios.

Siempre decimos que las comparaciones son malas, pero en el país del norte, los EE. UU., solo tienen sus escudos, sus banderas y sus logos institucionales; es más, las inauguraciones de obras no son motivo para que acuda el gobernador o el presidente del país a cortar listones. Si acaso el Mayor o Alcalde acude con unos cuantos concejales a atestiguar la puesta en marcha de tal o cual construcción, siempre y cuando su envergadura así lo amerite.

Acá en México se tiene la desfachatez de no abrir una carretera, un puente, o un hospital hasta que la agenda del gobernador o del presidente se lo permita, esto aun cuando ya todo está listo para su funcionamiento, pero pueden pasar semanas y hasta meses y nadie puede hacer uso de nada hasta que el vanidoso se tome la foto y el video para los medios y ahora para las redes digitales y peor aún, en el presente se inaugura una refinería y un aeropuerto sin que en la primera haya producción de petróleo y sus derivados y en el segundo sin la operación de vuelos continuos.

Entre logos, colores y agenda, el costo crece, pero todo sea por la vanidad del gobernante, esa egolatría que envuelve a los que creen que su poder les da el derecho de hacer y deshacer, aun sin el permiso de cabildos, congresos o de los supuestos poderes independientes.
A inicios de semana se hizo tendencia un video de la destrucción de un logotipo del anterior gobierno de Tamaulipas, con un mecate y una camioneta derribaron la marca de metal. Lo más seguro es que fue orden de un descerebrado con iniciativa.

Borrar el pasado tan abruptamente solo es sinónimo de inseguridad y denotan traumas del presente.
Si van a cambiar de logos y colores háganlo con propiedad y con planeación y no como pandilleros rijosos que guardan odios y rencores que solo enturbian la propuesta de conciliación que hizo el gobernador de Tamaulipas ante los 43 alcaldes de la entidad.
Son tiempos para crecer y unirse, no para fomentar lo que ya se hace en la nación; localmente las divisiones y polarizaciones solo estorban.

vientosdelsur@infinitummail.com

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