-Reforma electoral polariza a los distintos grupos políticos
-La 4T va por el control total del INE y el Tribunal Electoral
-“Corcholata” aprovecha a la perfección las reformas de AMLO
H. Matamoros, Tam.-Como suele suceder en este tipo de temas, la reforma electoral propuesta por el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR ha polarizado la opinión pública.
En efecto, por un lado, los contrarios que opinan que se trata de una estrategia del gobierno de la Cuarta Transformación para controlar el Instituto Nacional Electoral (INE) y, por el otro, quienes están a favor de lo que consideran una iniciativa justa y democrática que, entre otros puntos relevantes, contempla que los consejeros electorales sean designados por el voto popular.
La reducción de 11 a 7 consejeros del INE, la elección popular, la eliminación de las diputaciones plurinominales, la reducción del gasto público a partidos políticos y que los magistrados del Tribunal Electoral sean designados mediante el voto popular, sería la médula espinal de la iniciativa de ley enviada por el jefe del Ejecutivo federal a la Cámara de Diputados.
Al margen de a quién le asista la razón en la dualidad de criterios, la realidad es que los consejeros del INE sirven a los intereses de los partidos o grupos que los propusieron y se consideran inamovibles por la condición autónoma del Instituto con estafeta de organismo ciudadano.
Justo ahí es donde se origina la duda acerca de la honestidad y honorabilidad de los integrantes del órgano electoral encargado de organizar, vigilar y calificar los procesos eleccionarios para designar por la vía del voto a los representantes populares.
El argumento principal de la iniciativa presidencial para promover la reforma electoral se sustenta en el hecho de que el gobierno de la Cuarta Transformación no pretende desaparecer el Instituto Nacional Electoral ni tampoco suprimir el Registro Federal de Electores o apropiarse del padrón. El objetivo es eliminar los Organismos Públicos Locales Electorales para que sea el INE el único ente encargado de regular los procesos eleccionarios en todos los niveles y, obviamente, desaparecer esos organismos estatales.
El proyecto pretende crear una autoridad única a nivel nacional, desapareciendo las estructuras dobles que representan los institutos electorales en cada estado, cuyos consejeros le deben el cargo al partido político que los propuso y no a los ciudadanos.
El bloque opositor a la 4T observa con recelo la iniciativa de reforma electoral que de aprobarse en ambas cámaras del Congreso de la Unión y en al menos 17 congresos locales, prácticamente el “nuevo INE” estaría bajo el control morenista, al igual que el Tribunal Electoral.
Y, efectivamente, si la elección de consejeros electorales y magistrados se da por la vía democrática del voto popular, muy seguramente las propuestas guindas obtendrían el apoyo y confianza de los ciudadanos que poseen una credencial de elector.
Por lo pronto, quiérase o no, el secretario de Gobernación ADÁN AUGUSTO LÓPEZ le ha puesto “sabor al caldo” al afirmar que antes de que termine el año saldrá avante la iniciativa del presidente LÓPEZ OBRADOR con el respaldo de la bancada legislativa morenista y aliados, y, además, con el apoyo de un grupo de trabajo integrado por legisladores del PRI y de algunos del Partido Acción Nacional.
Como era de esperarse, la reacción albiazul no se hizo esperar en boca del coordinador panista en la Cámara de Diputados, JORGE ROMERO, al solicitar al ministro del Interior que no ponga el desorden, subrayando que el grupo parlamentario del PAN votará en contra de todo lo que vulnere a las autoridades electorales.
De pasar la reforma-como seguramente ocurrirá-la oposición difícilmente podrá convencer al electorado de la supuesta o real inconveniencia de la misma ni tampoco estará en condiciones de trabajar en favor de las diputaciones plurinominales. Menos aún, generar el convencimiento necesario para que los votantes sufraguen en contra de restringir el presupuesto a los partidos políticos.
Marrullería, estrategia o planeación lo único cierto es que el huésped del Palacio Nacional es una “chucha cuerera” para sacar adelante sus proyectos de reformas que requieren de mayoría calificada. Cambios a leyes secundarias con solo mayoría simple, es el as bajo la manga del presidente LÓPEZ OBRADOR que bien aplicó en lo que respecta a la reforma eléctrica.
DESDE EL BALCÓN:
I.-Así como el secretario de Gobernación ADÁN AUGUSTO LÓPEZ aprovechó a la perfección el recorrido y labor de convencimiento en todos los congresos locales para aprobar la permanencia hasta 2028 de las Fuerzas Armadas en labor de seguridad pública, muy seguramente realizará un segundo placeo para lograr el aval de al menos 17 legislaturas requeridas para la reforma a la Constitución en materia electoral.
Quien se encarga de la política interna en el gobierno de la 4T, es una “corcholata” muy beneficiada con las iniciativas de ley del jefe del Ejecutivo federal.
Y hasta la próxima.
mariodiaz27@prodigy.net.mx