Personaje envuelto en el misterio, sus días finales no podrían ser la excepción. Escribí en redes este fin de semana que en un ambiente controlado como fue la cumbre del #TLCAN, la opinión pública difícilmente habría notado la ausencia del fiscal ALEJANDRO GERZT MANERO.
Y añadí que supimos del caso porque el canciller MARCELO EBRARD lo reveló dándole un formato de disculpa con aparente dedicatoria hacia las delegaciones de Canadá y Estados Unidos, cuando comentó que el fiscal mexicano andaba muy ocupado, no supo a tiempo que venía su colega norteamericano y, por ello, dijo, “no le pudimos avisar con suficiente antelación”.
Aunque, vistas las cosas en su contexto, por supuesto que los funcionarios extranjeros presentes en la cumbre ya tendrían que estar enterados.
La ambulancia aérea que días atrás aterrizó en Baltimore, Maryland, jamás pasó desapercibida para las autoridades migratorias y los servicios de inteligencia en ambos países vecinos.
Muy bien, si ellos ya lo sabían, ¿a quién iba dirigido entonces el mensaje de EBRARD? Todo indica que a los medios mexicanos. Parece un pitazo deliberado, les regaló la noticia.
La alerta cumplió de inmediato su propósito: activar entre los reporteros la cacería de respuestas que inexorablemente fructificó.
Es así como asoman las primeras explicaciones. Un comentario de DARIO CELIS en EL FINANCIERO reveló que el fiscal mexicano fue internado de urgencia en un hospital de Baltimore (luego supimos que el JOHN HOPKINS) para una cirugía de columna.
El propio CELIS aportaría un dato todavía más grave. Que GERZT MANERO estaba luchando contra un cáncer de páncreas. Operación compleja en un estado de salud de por sí delicado que encendió la alerta roja a lo largo y ancho de las redes.
MUERTO Y RESUCITADO
El pájaro de #Twitter agitó intensamente sus alas el sábado y domingo, entre la crueldad de los memes, el alud de teorías conspirativas y versiones sin confirmar que hablaban ya del deceso, inminente o consumado.
Más impactante todavía fue la pifia del portal enciclopédico WIKIPEDIA. Las dos versiones (inglés y español) que el autor de esta columna consultó el sábado por la noche tenían por muerto al fiscal.
No eran rumores ni fakes. Así lo daban por sentado, aunque al día siguiente enmendaron el error, modificaron textos y lo volvieron a dar por vivo.
En español, primero actualizaron el primer párrafo de su biografía, del que cito la parte medular donde dice que “fue un jurista, académico y funcionario mexicano. Se desempeñó como Fiscal General de la República desde el 18 de enero de 2019 hasta su fallecimiento el 21 de enero de 2023.”
Al amanecer del domingo, en el mismo espacio y dirección (https://tinyl.io/7jMA), corrigieron el entuerto, reponiendo lo siguiente: “es un jurista, académico y funcionario mexicano. Se desempeña como fiscal general de la República desde el 18 de enero de 2019.”
La versión en inglés hizo lo mismo. Con diferencia de horas, hubo dos interpretaciones en la misma ficha y enlace (https://tinyl.io/7jME).
El sábado incluían entre paréntesis sus fechas de nacimiento y presunto deceso: “(31 October 1939 – 21 January 2023)”, para añadir: “was a Mexican lawyer and Attorney General of México.”
Pero el domingo corrigieron, eliminando el día de la supuesta defunción, para citar únicamente el de nacimiento y añadir: “is a Mexican lawyer and Attorney General of México.”
No fue invento de las redes. Así apareció en el referido espacio de consulta, primero dándolo por muerto y luego corrigiendo el dato, en ambos idiomas.
Esto intensificó la borrasca entre la opinión pública y también la especulación con nombres de sus probables sucesores como ARTURO ZALDIVAR y SANTIAGO NIETO, entre otros.
Por eso este domingo imperaba la confusión sobre el tema, alimentando toda suerte de fantasías mediáticas, como el decir que el gobierno estaba ocultando la noticia fatal.
Se recordaban también las palabras del presidente LÓPEZ OBRADOR en la mañanera del viernes, cuando dijo que GERTZ: “está muy bien, está haciendo su trabajo, pues como todos, necesitamos a veces de alguna reparación.”
Lo cual trajo a la memoria que el propio AMLO declaró lo mismo cuando se supo que el gobernador poblano MIGUEL BARBOSA estaba internado en un hospital capitalino. Solo que al día siguiente murió.
Todo ello, en este reino de lo instantáneo donde la verosimilitud resta espacios a la veracidad. Donde las nociones dominantes tienen vida de mariposa y caducan en horas, cuando una afirmación contraria las niega con el mismo ímpetu viral. Empieza la semana, con desenlace abierto sobre el tema.
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