Por: Lic. Ma. Bárbara Lera Castellanos*
En un día tan relevante como fue el pasado 8 de marzo del 2023, Día Internacional de la Mujer, es de suma importancia resaltar temas como el mundo digital y la educación financiera inclusiva; en aras de buscar fomentar el desarrollo de la mujer mexicana en el hogar, trabajo y en la vida diaria buscando su crecimiento y empoderamiento.
Este año se explotarán los efectos de la brecha digital de género en el crecimiento de las desigualdades sociales y económicas, es importante resaltar, cómo a todos nos tomó por sorpresa la pandemia y no estábamos preparados con las herramientas mínimas para hacerle frente.
Al incorporar a los grupos tradicionalmente marginados de mujeres, las tecnologías y el acceso a la información -TIC’s, podremos darles soluciones para un mejor potencial, en temas desde cómo sacar un presupuesto familiar, incentivar el ahorro y en general, llevar un mejor uso de las finanzas personales, dando la solución en alguna situación complicada como un accidente, invalidez y/o enfermedad, poder salir adelante sin el apoyo de un tercero.
Desafortunadamente en nuestra Sociedad seguimos enfrentando discriminación y las mujeres somos muy vulnerables, los roles de género tienen implicaciones básicas que a su vez influyen en la misma inclusión financiera o en la falta de la misma.
La propuesta concreta es fomentar el acceso equitativo a través de acceso a la información, acercar a las mujeres a los cursos hechos para ellas en lugares reconocidos como INMUJERES, llevarlas de la mano desde cómo realizar un estudio de mercado, cómo ser sujetas de crédito, tener los seguros que protejan su patrimonio y en su momento puedan ellas ser candidatas para abrir un negocio, su propio emprendimiento.
Ya sea que trabajen en el hogar, en un empleo formal o informal, la inclusión financiera proporciona las herramientas para poder generar ingresos, gestionar los riesgos y tomar mejores decisiones financieras para participar de forma activa en la economía familiar.
En el caso concreto de la responsabilidad de la mujer, es bien sabido que es muy cumplidora en el pago de sus obligaciones o al obtener un crédito, esto de acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) donde menciona que en el año 2021 el 62% de las mujeres (27.4 millones) de 18 a 70 años de edad, tienen al menos una cuenta de crédito, ahorro o tarjeta de crédito, seguro de ahorro o para el retiro, previendo la seguridad de su familia.
Lo preocupante es que esta cifra también indica que el hombre generalmente tiene más facilidad a tener acceso a estos recursos, posiblemente se debe a los requisitos tan complicados que para las mujeres muchas veces es más difícil, como es la parte de los ingresos fijos o la existencia de un historial crediticio.
En conclusión, si se abre más la perspectiva de dar más oportunidades a las mujeres en la inclusión financiera, y con ello, apoyar a las mujeres en incursionar en el mundo del emprendedurismo, con el hecho de darles mayor acceso a la gama completa de servicios financieros basados en necesidades, como es el ahorro, crédito, seguro, pagos, etc., y la educación financiera que lo acompaña, las mujeres tendrán una mayor oportunidad de empoderamiento social y económico.
Sea que trabajen en el hogar o fuera de él, que trabajen en un empleo formal o por cuenta propia, la «inclusión financiera» proporciona a las mujeres las herramientas para acumular activos, generar ingresos, gestionar riesgos financieros y participar plenamente en la economía.
*Lic. Ma. Bárbara Lera Castellanos
Lic. En Comercio y Relaciones Internacionales por la ULSA Victoria. Diplomada en Banca y Finanzas.
Columnista invitada