Por Mario Díaz
H. Matamoros, Tamaulipas.- Como si la falta de medicamentos, doctores especialistas, citas a largo plazo, mal trato del personal administrativo y las pugnas internas por el control de los hospitales no fueran suficiente viacrucis para los derechohabientes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), los aspirantes a pensiones también deben lidiar con la burocracia del sector salud.
En efecto, las Jefaturas de Servicios de Salud en el Trabajo, Prestaciones Económicas y Sociales (Medicina del Trabajo) también constituyen un lastre para el buen nombre del IMSS y, por supuesto, serio obstáculo para el proyecto del presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR en su intento de igualar a Dinamarca en lo que a los servicios de salud en el trabajo se refiere.
La burocracia y protocolos actuales que regulan esa actividad, prácticamente se convierten en un calvario para los derechohabientes que sufren enfermedades o accidentes en sus respectivos trabajos y que ya no están en condiciones de continuar en la actividad laboral.
La norma vigente indica que después de 100 días continuos de incapacidad, el derechohabiente afectado tiene derecho a solicitar la Pensión Temporal o General, de acuerdo a las circunstancias físicas que le impidan desarrollar un trabajo.
Justo ahí es donde inicia el viacrucis derivado de la apatía, negligencia, falta de humanismo y protocolos extremos de parte de quienes tienen a su cargo la aplicación de la Medicina del Trabajo en el Instituto Mexicano del Seguro Social.
Generalmente, los titulares de esa importante área autorizan pensiones temporales a sabiendas de que el derechohabiente enfermo o accidentado ya no podrá reintegrase a la actividad laboral bien sea por cáncer terminal o amputación de algún brazo o pierna, por citar un par de ejemplos.
Cabe señalar que la pensión temporal no le permite al interesado solicitar la devolución de su fondo de retiro (Afore) ni cuotas no utilizadas del Infonavit para hacer frente a la contingencia que representa el motivo de la pensión y la urgencia de recursos económicos.
Recientemente, en el Hospital General de Zona No. 13 en H. Matamoros, Tamaulipas, una mujer diagnosticada con cáncer terminal falleció y no logró obtener su pensión general, luego de más de 150 días continuos de incapacidad, porque, de acuerdo a la encargada de la Medicina del Trabajo, doctora IRMA EDITH SALGADO HERNÁNDEZ, consideró que la paciente “podría superar la enfermedad e integrarse a su actividad laboral”.
Otro caso concreto lo ilustra el lamentable accidente automovilístico que sufrió un obrero de maquiladora en este puerto fronterizo, quien fuera atropellado por un vehículo de fuerza motriz que lo arrastró por varios metros en la cinta asfáltica.
La víctima perdió un ojo, la nariz, la mitad de su cara y sufrió daños severos en uno de sus brazos que le impiden la movilidad la cien por ciento. Además, el cirujano plástico que lo atendió reportó la colocación de una placa metálica para reconstruir parte del rostro, misma que solo existió en la requisición porque nunca fue implantada en el paciente.
Como es evidente, tanto la mujer con cáncer terminal como el obrero accidentado son casos concretos de pacientes que nunca podrían haber regresado a sus respectivos centros de trabajo.
Sin embargo, la subdirectora del HGZ No. 13, doctora MARÍA DE LOS ÁNGELES HERNÁNDEZ GARCÍA, a quien conocen en el IMSS como la “doctora de hierro”, no autorizó las respectivas pensiones bajo el argumento de que tendría que agotarse el protocolo para establecer a plenitud si los pacientes estarían o no en condiciones de recuperar la salud.
Al respecto, vale la pena subrayar que no se necesitan más de tres dedos de frente para entender que resulta prácticamente imposible que la mujer fallecida en el IMSS de Matamoros hubiera logrado vencer su grave estado de salud.
Del mismo modo, resulta incongruente tan solo pensar que el organismo del obrero accidentado esté en condiciones de regenerar y recuperar la pérdida de un ojo, regenerar la mitad de su cara y revertir los daños sufridos en una de sus extremidades superiores.
¡Ah, pero es el protocolo!
¿Qué dirá al respecto ZOÉ ROBLEDO, director general del IMSS y aspirante a la gubernatura de Chiapas?
Ni hablar.
DESDE EL BALCÓN:
I.-Como si todo lo anterior no fuera más que suficiente, habría que agregar una “raya más al tigre” con el caso del médico acusado de delitos sexuales, ADRIÁN ORDUÑO YAÑEZ, quien fuera despedido como director administrativo del Hospital de Cardiología Siglo XXI del IMSS.
Así las cosas y……ni hablar.
II.-Noticia lamentable, sin duda, es el fallecimiento del reconocido periodista capitalino RICARDO ROCHA. Apenas el pasado jueves, en Roma, Italia, fue tema de conversación con la periodista VALENTINA ALAZRAKY, experta en temas relacionados con la cobertura informativa en El Vaticano, recordando y reconociendo el profesionalismo de RICARDO, sus visitas de fin de año en H. Matamoros y las reuniones con Comunicadores Unidos A.C. de Tamaulipas.
Descanse en paz el aguerrido comunicador.
Y hasta la próxima.
mariodiaz27@prodigy.net.mx