La confianza y la venganza

-Liberan a Eugenio Hernández y termina la venganza de Cabeza de Vaca -El “karma” cobró la factura al ex gobernador priísta de Tamaulipas -¿Pasará lo mismo con el panista de los “vientos del cambio?

2540
Tiempo aproximado de lectura: 4 minutos

Por Mario Díaz

H. Matamoros, Tamaulipas.-La liberación del ex gobernador de Tamaulipas, EUGENIO HERNÁNDEZ FLORES, deja en claro un par de lecturas: Una, terminó la venganza del ex mandatario FRANCISCO JAVIER GARCÍA CABEZA DE VACA y, dos, quedó en evidencia la podredumbre en la aplicación de la justicia en este entidad federativa.

Jurídicamente, HERNÁNDEZ FLORES enfrentó cuatro procesos penales por los presuntos delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita y asociación delictuosa. Fue detenido en ciudad Victoria, Tamaulipas en octubre de 2017 e internado en el penal de Tamatán.

Asimismo, quien la madrugada del pasado sábado abandonó el penal de Tenango del Valle en el estado de México, es acusado por el gobierno de los Estados Unidos de los delitos de lavado de dinero, fraude bancario y operar un negocio de navíos, sin licencia, por lo que en marzo de 2018 el gobierno de México concedió su extradición.

Tras sortear los delitos locales, el Juez Primero de Distrito en Tamaulipas, ANTONIO VALERIO PINILLOS, concedió el amparo 788/2018 y liberó a EUGENIO HERNÁNDEZ del juicio de extradición 1/2017, al conceder el cambio de medida cautelar y mostrar una garantía de 5 millones de pesos.

Al margen de juicios, amparos y medidas cautelares, lo cierto es que el ex mandatario estatal tamaulipeco estuvo en prisión cerca de seis años por venganza política de quien encabezó el gobierno de los “vientos del cambio” en la esquina noreste del país, durante la primera alternancia partidista en esta entidad federativa.

GARCÍA CABEZA DE VACA nunca le perdonó al ojiverde que hizo todo lo posible-y no lo logró-por fincarle responsabilidad cuando presidió el ayuntamiento panista en ciudad Reynosa.

Ya con los hilos del poder en sus manos, el ahora “coordinador de seguridad” del Frente Amplio por México ordenó a la fiscalía estatal la fabricación de delitos que permitieran la encarcelación de HERNÁNDEZ FLORES.

La venganza política y la podredumbre en la impartición de justicia se conjugaron y lograron el cometido, aunque, más de cinco años después, un juez federal determinó que los delitos que le imputaron fueron fabricados por el sistema judicial de Tamaulipas con la finalidad de mantenerlo privado de su libertad.

Obviamente, los resolutivos judiciales se configuraron con base en las pruebas de cargo y descargo en los respectivos procesos acusatorios, por lo que no es objetivo afirmar que durante su sexenio el jefe del Ejecutivo no haya cometido algún ilícito asociado con su responsabilidad gubernamental.

Desde otra óptica, vale la pena precisar que EUGENIO HERNÁNDEZ FLORES nunca imaginó que el entonces alcalde reynosense al que no pudo fincarle responsabilidad alguna, se convirtiera en gobernador y lo encarcelara para saciar su sed de venganza. Es decir, no midió bien al enemigo político.

El exceso de confianza derivado de un padrinazgo político tampiqueño muy cercano con el entonces presidente de la república, ENRIQUE PEÑA NIETO, fue otro factor que decidió la suerte del ex gobernador de Tamaulipas, quien fuera detenido en la capital del estado cuando paseaba tranquilamente en su motocicleta.

La liberación de EUGENIO HERNÁNDEZ FLORES, quiérase o no, coloca de nueva cuenta en un escenario negativo a Tamaulipas que evidencia el conflicto de intereses en dos mandatarios de distinto origen partidista.

Tal parece que el “karma” envolvió al priísta HERNÁNDEZ FLORES tras su fallido intento de encarcelar al panista GARCÍA CABEZA DE VACA, cuando el primero era gobernador de Tamaulipas y el segundo, presidente municipal de ciudad Reynosa.

La confianza y la venganza hicieron lo suyo y provocaron una privación de libertad por casi seis años, con todo lo que ello significa.

Actualmente, FRANCISCO JAVIER GARCÍA CABEZA DE VACA tiene una orden de aprehensión por delitos federales, por lo que se mantiene en el autoexilio en los Estados Unidos para evitar que la cumplimente la Fiscalía General de la República.

De no lograr el ansiado fuero constitucional que le brindaría una senaduría plurinominal, GARCÍA CABEZA DE VACA está condenado a no pisar territorio nacional o en su defecto arriesgarse y confiarse en su audacia y espíritu fajador.

El “karma” también sería el fantasma que estaría rondando la humanidad de quien encabezó el corrupto gobierno de los “vientos del cambio” en Tamaulipas.

 

DESDE EL BALCÓN:

I.-Mal y de malas con los gobernadores tamaulipecos de los últimos tiempos.

Primero, TOMÁS YARRINGTON RUVALCABA encarcelado en un penal de alta seguridad en los Estados Unidos; luego, EUGENIO HERNÁNDEZ FLORES, quien pasó casi seis años en prisión; EGIDIO TORRE CANTÚ evadió la acción de la justicia por traicionar al PRI, su partido, y apoyar al panista CABEZA DE VACA; actualmente FRANCISCO JAVIER GARCÍA, es reclamado por la justicia mexicana, pero la evade gracias a su nacionalidad norteamericana.

Por el bien de Tamaulipas y los tamaulipecos es necesario que el gobernador AMÉRICO VILLARREAL ANAYA rompa con esa “maldición” que envuelve a los mandatarios cuerudos.

Y hasta la próxima.

mariodiaz27@prodigy.net.mx