Desde hace algunos años, la ley permite la reelección de los diputados locales y federales, los senadores y desde luego, la de los alcaldes y los síndicos y regidores que hayan ganado su elección por mayoría relativa. Es decir, los plurinominales no gozan de ese privilegio de poder repetir en el cargo.
En el caso de los alcaldes la modificación constitucional se realizó en el 2015 y entró en vigor en el 2018, favoreciéndolos a ellos, a síndicos y regidores que hayan sido electos en el 2016, quienes que ya podían contar con la oportunidad de ser reelectos por un periodo más.
El tema es que algunos alcaldes, al ganar su primera elección, se volvieron locos, unos hasta imitadores del mesiánico, con mañaneras a modo y empezaron a correr a todos los amigos y a los grupos que los ayudaron a llegar a la victoria electoral, pensando que ellos ganaron por sí mismos.
Los alcaldes que fracasaron en su intento de reelección cometieron el error de sentirse poderosos y les ganó la soberbia, además de una mala gestión de gobierno. Hoy, parece que varios ediles de Tamaulipas, con posibilidades de ser postulados para un nuevo periodo, no han aprendido esa dura lección.
Dan por hecho que reelegirse es un mero trámite y la gente habrá de votar por ellos en automático. Y no es así; hay ganas de venganza, hay oportunidad de desquitarse y de demostrarles su poca valía.
Esto me recuerda a aquel ser mitológico de nombre Narciso, el que se acercó al arroyo para ver su hermoso rostro reflejado en el agua, enamorándose de sí mismo y que tal fue su ego que finalmente se tiró al agua y murió.
Cada campaña es distinta y tu desempeño será evaluado por la ciudadanía; de igual manera se medirán tus compromisos cumplidos y el grado de desarrollo o mejoramiento de la infraestructura urbana que haya s aportado y en especial, se revisara la calidad de los servicios públicos que hayas ofrecido.
Pero, sobre todo, los electores van a calificar tu empatía con la ciudadanía, tu calidad humana y los resultados de tu equipo de trabajo. La sociedad cada vez está más informada y conoce bien los perfiles de cada funcionario o de cada amigo que invitaste a trabajar a tu administración.
Llego la hora de los desquites.
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