Por Carlos López Arriaga
Cd. Victoria, Tam.- La postulación del exgobernador CABEZA DE VACA y su próxima recuperación del fuero legislativo representan el fracaso rotundo de la estrategia gradualista que en los últimos 15 meses eligió transitar, coexistir, cohabitar con el antiguo régimen. Cogobernar.
Dormir con el enemigo. Y no cualquier enemigo, un adversario feroz, con hambre de poder y planes de venganza contra quienes derrotaron a su partido en 2022.
Rival inescrupuloso, que juega sucio, golpea a mansalva y ataca sin demora, demostrando a cada paso una capacidad superior de respuesta, rápida, eficaz, siempre a botepronto, ante las timoratas y titubeantes acciones de la justicia.
Agilidad contra languidez. Lances de audacia frente a la postura comodina de quienes esperan que las calabazas se acomoden solas. Ese inexplicable ánimo de postergar una y otra vez las decisiones firmes que el caso exigiría. El malsano hábito de posponer, aplazar, procrastinar.
-“Yo tengo dos enemigos”, cantó alguna vez FACUNDO CABRAL, “pues dos puntas tiene el mal, el hombre que pisa a otro y el que se deja pisar.”
LOS DEL CENTRO
La derrota es, en principio, para el ámbito federal. La sospechosa ineficacia de personajes como ALEJANDRO GERTZ, SANTIAGO NIETO y PABLO GÓMEZ, entre otros.
Oiga usted, en esa decena de acusaciones graves que con cajas y más cajas de expedientes daban sustento al desafuero, al final mutilaron brutalmente el proceso para dejarlo en un pinchurriento cargo por omisión fiscal en la venta de un condominio.
Cabe preguntar en dónde se atoró todo lo demás. Quién o quiénes purgaron dichos expedientes hasta quedar tan solo la imputación más débil, la más endeble, fácil de rebatir. Valioso favor que (en definitiva) no pudo ser gratuito.
Quedó al final una caricatura de acusación, susceptible de ser frenada por esa cauda de amparos que vinieron después. Resulta que el texano carga en su bolsillo más jueces que pelos un gato.
En términos de ALEJANDRO ROJAS DÍAZ DURÁN: “lo que no suena lógico, suena metálico”. Y esto aplica a los responsables de la maniobra fallida: GERTZ, NIETO, GÓMEZ. Sin olvidar al exconsejero SCHERER, cegado también a punta de cañonazos.
Inmunidad es impunidad, el ansiado fuero. Mire usted, por pluri se llega en automático, sin hacer campaña. Baste colocar al susodicho al frente de la lista y lo demás se mueve solito.
ESTRATEGIA FALLIDA
-“Shoot’em twice”, aconsejaba CHARLES BRONSON en alguna de sus películas, para referirse a la necesidad de asegurar siempre la victoria cuando se lucha contra enemigos tenaces. Útil consigna.
Ataca y vuelve a atacar. No descanses hasta asegurar resultados irreversibles, pues te puede salir muy caro permitir que el enemigo se levante. Lo que no mata, fortalece; lo que no infecta, vacuna.
Por ende, no te equivoques, se trata de un auténtico lobo y si le concedes el más leve respiro te arrolla, te pasa por encima, te traga.
Y no necesitamos leer a MAQUIAVELO, ni a SUN-TZU, ni a LAMPEDUSA. Esto viene pasando desde que el mundo es mundo. Episodios análogos pueden localizarse en cualquier etapa de la historia.
Cuando luchas con depredadores debes asumir que ellos jamás agradecerán tu clemencia. Tampoco la verán como un acto de bondad o misericordia. Por el contrario, dirán que es debilidad y responderán con una risotada burlona. Ante la carne blanda, hundirán su garra más profundo.
Ciertamente, el veredicto inicial es el correcto. Nunca por venganza, siempre por justicia. Solo que la justicia (para merecer ese nombre) debe aplicarse con el rigor necesario. Calculada siempre por la gravedad de la falta. Máxime cuando las faltas son tan graves y numerosas.
El señor de la trinchera contraria no es un rival del montón. Es un peleador callejero, bravucón, rudo, marrullero que a cada paso responde con dentelladas, golpe por golpe. Se crece al castigo y suele doblar la apuesta.
CARA INDULGENCIA
Por ello, bajo ninguna circunstancia cabe el perdón, ni la política del borrón y cuenta nueva. No puedes darte el lujo de titubear ante un depredador consumado, dispuesto a recuperar el territorio perdido en las urnas.
Una pena, que no lo hayan querido ver. Los viejos ejércitos tenían torres de vigilancia para mirar hacia el horizonte y detectar a tiempo las acometidas del enemigo. Hoy los medios cumplen esa función.
Aunque ello exige quitarse la venda de los ojos. Ver más allá de la burbuja, atender a las voces incómodas que, de manera temprana, alertaron del peligro.
Ni modo, quienes tienen mando prefirieron reposar en la felicidad del instante, la dicha del tiempo presente. ¿Resultado?, el aparatoso naufragio del gradualismo. En casos así, quienes dulzonamente aconsejaron actuar con clemencia debieran ser vistos hoy como traidores. Caballos de Troya, acaso.
Cabe por ello un reajuste drástico entre los operadores que le apostaron todo a la divina providencia y boicotearon la acción directa, no sabemos con qué motivos. Ganancias inconfesables, acaso.
Pero, bueno, se sufre pero se aprende. La gobernanza exige una revisión a fondo, es tiempo de autocrítica, sincera, puntual, vigorosa, sin contemplaciones. Un radical corte de caja en base a resultados.
En aras de la supervivencia y ante el peligro real de males peores, lo que no funciona tiene que irse. Se ocupa una limpia a fondo. Más vale tarde que nunca, es hora de que GULLIVER asuma su verdadera grandeza y corte esos amarres que lo tienen postrado en las playas de Lilliput.
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