Por Carlos López Arriaga
Cd. Victoria, Tam.- En aquel lejano 1986, el candidato en campaña a la gubernatura AMÉRICO VILLARREAL GUERRA tenía enfrente un hándicap difícil.
La fuerza de un gremio petrolero encabezado por JOAQUÍN HERNÁNDEZ GALICIA que se había definido temprano por dos gallos en pos del máximo cargo tamaulipeco.
El carismático exalcalde de Reynosa, MANUEL GARZA GONZÁLEZ y el entonces Secretario General de Gobierno JOAQUÍN CONTRERAS CANTÚ.
Muy cercano GARZA GONZÁLEZ al líder petrolero, los ligaba una amistad franca, pero sin sometimiento. De tú a tú. Ello, a diferencia de CONTRERAS CANTÚ, rendido ante el cacique sureño como si fuera su empleado.
Más todavía, buena parte del gobierno manotuista aceitó (junto con el STPRM) cargadas en favor de uno o del otro, madruguetes y hasta pitonisos de la prensa que vaticinaban (según sus gustos) el inminente destape de MANUEL o JOAQUÍN, con lujo de día, hora y lugar.
En el marco del quinto informe gubernamental, en los pasillos del Teatro Juárez, se escuchaba vociferar a los guardaespaldas de “La Quina” aquello de que “todos los Joaquines son buenos”, en referencia al líder sindical y su tocayo CONTRERAS CANTÚ.
Pero también sonaba fuerte MANUEL, un operador político de clase nacional, querido y reconocido como artífice del triunfo de ALFREDO DEL MAZO GONZÁLEZ en la gubernatura de EDOMEX.
La ola mediática en favor de ambos gallos llegó a tal extremo que cuando sobrevino el destape del ingeniero VILLARREAL GUERRA, no pocos politicastros locales de segundo y tercer nivel se encontraban en la capital mexicana picando piedra en las oficinas de GARZA GONZÁLEZ, entonces secretario adjunto del CEN tricolor.
ARRANQUE DIFÍCIL
El equipo de AMÉRICO empezó su campaña a contracorriente de grupos enquistados no solo en el gobierno manotuista y el sindicalismo petrolero, también en la propia UAT, cuyos vastos recursos de prensa se emplearon en favor de la misma corriente política.
Se recuerda entonces la competencia interna por la candidatura del PRI a la alcaldía de Reynosa, donde un quinista de hueso colorado como fue el empresario transportista y exalcalde de allá mismo JOSÉ CRUZ CONTRERAS, pujó fuerte por que la nominación recayera en su esposa, ERNESTINA, “Tinita”, ICAZA.
Ajena ella a las simpatías del ingeniero VILLARREAL GUERRA, quien para entonces sostenía una amistad muy cercana con otro exalcalde del PRI, ERNESTO GOMEZ LIRA, hombre amiguero y de estilo sencillo.
La candidatura tricolor recaería entonces en la señora ICAZA, a quien sobraban recursos y apoyos de todo tipo, incluyendo el de HERNÁNDEZ GALICIA, cuyos batallones petroleros tenían gran peso en Reynosa.
Ocurre lo inesperado. Tras perder la puja interna por el Revolucionario Institucional, GÓMEZ LIRA decide reciclar su capital político en un proyecto opositor, cobijado por el entonces combativo Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), cuyo dirigente era el neolaredense CARLOS ENRIQUE CANTÚ ROSAS, exalcalde y tres veces diputado federal.
CUESTA ABAJO…
El triunfo de GÓMEZ LIRA sobre TINITA ICAZA fue un cubetazo de agua fría para la corriente política del profundo sur que lo apoyó, para el manotuismo y un sector importante de la Universidad Autónoma de Tamaulipas.
El entrante gobernador VILLARREAL GUERRA también ganó pues sabía que podía contar con un interlocutor confiable en la presidencia municipal de Reynosa.
Mejor aún, GÓMEZ LIRA venció a las mismas fuerzas que un año después, en 1987, perderían el hándicap presidencial con la derrota del entonces secretario de Energía, Minas e Industria Paraestatal, ALFREDO DEL MAZO, tras el destape en favor de CARLOS SALINAS DE GORTARI.
La historia posterior cuenta que SALINAS dejaría caer toda su furia sobre el quinismo, un 10 de enero de 1989, sumándose así un tercer fracaso de tan poderoso grupo que ya no tendría cabida dentro del PRI y terminaría abonando las filas del entonces naciente PRD en el plano meramente local.
PRENSA REGIA
La canija doble moral. Ocurre cualquier día, mire usted. El criminal (secuestrador, asaltante, robacoches, malandro) es nacido, opera y vive en Nuevo León pero tiene un antecedente o amigo en Tamaulipas.
Luego, entonces, el encabezado de la nota, el pie de foto y hasta la llamada en primera resaltan la palabra Tamaulipas.
Se desata la balacera en algún rincón del vecino estado. La autoridad llega tarde (como suele) tan solo a contar las víctimas, muertos y heridos. Todos de Monterrey o localidades cercanas, pero entre el puñado de vehículos, uno trae placas tamaulipecas.
Luego, entonces, la conductora de la TV regia vomita de entrada el nombre de Tamaulipas.
Acaso por ello, hace un par de semanas, cuando se informó sobre la decena de cadáveres encontrados en el municipio de Pesquería, el autor de esta columna buscó de inmediato la ubicación en el mapa, para saber qué tan lejos estaría este poblado de los límites con Tamaulipas.
Resulta que Pesquería queda al centro de la geografía neoleonesa, limita al norte con Marín y Doctor González; al sur con Cadereyta, Juárez y Apodaca; al este con Los Ramones y al oeste también con Apodaca.
Pero las notas del día informaron del evento con este añadido: “por la carretera a Miguel Alemán, Tamaulipas”.
Simulación, falsedad, hipocresía, doble moral, vaya usted a saber, pero el sesgo de los medios regios se repite (para mal) desde hace años.
BUZÓN: lopezarriagamx@gmail.com