Hugo Reyna / Corresponsal
Con los dias al verlo echado en una banca de la Plaza “Treviño Zapata”, usuarios y comerciantes lo llamaron “Solovino”, al parecer el mote le agrado y cuando escucha su nombre menea la cola en señal de aprobación y ánimo.
Todas las tardes se le puede observar echado en una de las bancas que suelen utilizar personas, ya incluso algunos no la utilizan, en espera que llegue el lomito y la ocupe, como es su costumbre diariamente.
Acompaña a una pareja de comerciantes que venden dulces y juguetes, los espera en lo que realizan sus actividades comerciales.
El can tiene y ha demostrado una inclinación por los niños que acuden a este espacio de recreación familiar en la colonia Longoria, pues juega con ellos y los sigue.
Después de jugar con los menores, retorna a su banca a seguir observando el paso de las personas que acuden a practicar deporte, caminar o degustar alguno de los muchos alimentos que se venden.
Al caer la noche, sus presuntos propietarios emprenden la retira y “Solovino”, abandona su cómodo asiento, para seguir y regresar mañana en esta su rutina, que lo ha hecho popular en la barriada.