Controversia, cierto deja vu

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Por Carlos López Arriaga

Cd. Victoria, Tam.- Pelear ante la Suprema Corte asuntos de administración doméstica para evadir los muy necesarios mecanismos de control a las COMAPAS, se antoja un capricho que despide un tufo a intransigencia y nos remite al trienio municipal de PANCHO CABEZA en Reynosa (2005-2007).

El mecanismo es igual, también la autoridad federal ante la cual es planteada la inconformidad, así como la testarudez de quienes la promueven.

Con una probable diferencia. En aquel trienio se trataba de un ayuntamiento panista. Ahora, en cambio, la pataleta viene de un gobierno local que llegó bajo la bandera de MORENA.

Y escribo eso de “probable diferencia” por las dudas tan serias que hoy crecen y se agigantan sobre la verdadera militancia del alcalde CARLOS, Makito, PEÑA ORTIZ. El cuestionamiento se hace extensivo a doña MAKI, su mamá.

¿Por qué?, porque para fines prácticos ambos siguen siendo panistas. De allá vienen, en dicho partido nacieron a la vida política y seguirían envueltos en la banderola albiazul si no fuera por el pleitazo personal que la señora protagonizó con CABEZA.

Bronca estilo Reynosa que además tuvo (y tiene todavía) secuelas con el hijo, por irregularidades graves que incluyen (entre otras travesuras) el cargo de “operaciones con recursos de procedencia ilícita” que, entre otros síntomas de riqueza poco explicable, comprenden la adquisición de dos ranchos.

Expediente que viene de una denuncia interpuesta por el gobierno cabezón. Ya sabe usted, por el control del botín (perdón del erario) entre el entonces gobernador reynosense y el clan familiar de allá mismo, los PEÑA ORTIZ y ORTIZ DOMÍNGUEZ. La matriarca y su polluelo.

¿Pero realmente se mudaron ambos a las filas de MORENA o se trató solamente de una maniobra de simulación, en la que conservan intactas las mismas prácticas, similares mañas que les dieron fama cuando defendían los colores de Acción Nacional?

Son panistas. Acaso de una subespecie distinta a los CABEZA, aunque coinciden en la visión del poder como negocio familiar y el ejercicio voraz del presupuesto, como patrimonio propio.

Hay un cierto “deja vu” en todo ello. La sensación de haberlo vivido antes. Panistas cavernarios, en efecto, pero con disfraz guinda. Fuera máscaras. El comité estatal de MORENA debiera tomar cartas en el asunto.

 

MANDAMÁS Y FUGITIVO

En el caso de “Makito”, ha vivido a salto de mata en la doble tarea de trabajar como alcalde y esconderse de la policía, entre una amplia colección de amparos y suspensiones contra el ejercicio de la justicia que (otra vez) nos remite al estilo de la dinastía cabezona.

Y representa una lamentable anomalía, acaso única en toda la república, el que una misma familia (la mamá y su niño) hayan secuestrado el erario reynosense por cuatro administraciones consecutivas. Mire usted, ¡desde que terminó su mandato el priísta PEPE ELÍAS LEAL, en 2016!

En este contexto ocurre el conflicto por el control de los dineros en COMAPA y la cara controversia que promovió MAKITO contra la administración estatal, el propio congreso y (sobre todo) contra la vigencia de la ley en Tamaulipas.

¿Quieren administrar solitos el agua porque tienen un proyecto mejor?, ¿o solamente aspiran a un manejo discrecional y autárquico de nómina y presupuesto, incluyendo contratos de obra, amén de proveedurías en bienes y servicios?

Se diría, entonces, que no defienden derechos sino intereses. Los argumentos que esgrimen como demandantes parecen una calca de las coartadas utilizadas en el trienio aquel (2005-2007), de triste y vergonzante memoria.

Perdimos incluso la cuenta de cuantos amparos y recursos legales ha promovido el todavía alcalde para blindar su impunidad. Se habla de una veintena. Cuestión de actualizar.

 

¿Y VICTORIA?

Y, bueno, en la capital también hace aire y los diputados de la 66 legislatura están buscando mediar entre las razones del cabildo y el presidente municipal.

Hay sustento jurídico para decirle que aun habiendo reelección y con ella continuidad en los mandos, se trata (oiga usted) de dos administraciones distintas, pues en cada caso hubo un proceso electoral de por medio, campañas y votos.

Terminó una, empieza la otra y ello exige que el gabinete lleve nuevamente el visto bueno de la comuna en la designación de cargos clave como son los de Secretario del Ayuntamiento, Tesorero, Contralor, Obras Públicas, Seguridad, Desarrollo Urbano, Comunicación y hasta el Cronista.

En Victoria como en Reynosa, la Junta de Coordinación Política que preside HUMBERTO PRIETO HERRERA está tratando de resolver ambos entuertos por las buenas, por la vía política de escuchar a cada parte y encontrar salidas viables que satisfagan a los interesados y (sobre todo) se atengan a la ley.

Igual importa señalar que el marco jurídico sobre el que se tejen estas diferencias es netamente local y estatal. Andar pidiendo auxilio en la Ciudad de México se antoja ocioso y constituye además un insulto para las autoridades tamaulipecas.

Grandes sabios de la política como lo fue (entre otros) don JESÚS REYES HEROLES, solían mandar con cuerdas destempladas a los quejosos de esta ralea cuando tocaban sus oficinas en Gobernación. La respuesta era tajante y clara, amén de inmediata: -“Eso velo con tu gobernador.”-

Acudir a otras instancias equivale a una desatención grave. Imperdonable gesto de desconfianza que además de poco sirve porque la respuesta será la misma que solía dar el licenciado REYES HEROLES. Plantear y resolver los diferendos en el terreno mismo de los hechos.

 

BUZÓN: lopezarriagamx@gmail.com

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