Por Mario Díaz
H. Matamoros, Tamaulipas.-Aunque su tronante declaración se produjo a destiempo, tal parece que el embajador de los Estados Unidos en México, KEN SALAZAR, “se sacó la espina” luego del desaire diplomático recibido por el entonces mandatario nacional ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, quien, en su momento, decretó “una pausa” en la relación entre ambos.
SALAZAR no se anduvo por las ramas al precisar que la política mexicana en materia de seguridad pública y combate a la delincuencia no prosperó con el programa federal “abrazos, no balazos” diseñado por el creador del Movimiento de Regeneración Nacional.
Anteriormente, el diplomático yanqui se pronunció en contra de la reforma al poder judicial, al considerar que la nueva normatividad no garantiza la certidumbre jurídica para los inversionistas estadounidenses en territorio mexicano.
Como era de esperarse, KEN SALAZAR fue acusado por el gobierno mexicano como “injerencista” en asuntos internos por lo que la diplomacia mexicana externó su inconformidad a través de sendas misivas.
Una lectura del posicionamiento del representante del tío Sam en México es que su pronunciamiento podría estar asociado a la pausa del tabasqueño y el giro de 180 grados en la relación entre el ahora ex jefe del Ejecutivo federal y el demócrata embajador de la Unión Americana en nuestro país.
Si bien es cierto que, desde cierta perspectiva, las posturas de KEN SALAZAR respecto a la reforma judicial y al fracaso del programa federal “abrazos, no balazos”, podrían etiquetarse como no apropiadas, también es cierto, sin el menor ánimo malinchista, que solo está cumpliendo con su misión de proteger los intereses de sus conciudadanos y la relación bilateral entre ambos gobiernos.
Cabe señalar que la reforma al poder judicial es un tema bastante cuestionado por la forma en que se llevó el proceso legislativo, por lo que, en consecuencia, el caso podría llegar a la Corte Interamericana de Derechos Humanos al margen de la decisión o postura que adopte el gobierno azteca.
Respecto a la estrategia del gobierno de la Cuarta Transformación para atender el grave problema que enfrenta el país en materia de seguridad pública y avance desmedido del crimen organizado, no se requiere de una opinión extranjera ni tener más de dos dedos de frente para externar una opinión real y objetiva del programa “abrazos, no balazos”.
Por lo tanto, no resulta disparatada ni fuera de orden lo externado por SALAZAR al afirmar que “si se va a lograr la seguridad de México tiene que haber una seguridad conjunta como socios, que ha sido el paradigma de nosotros desde que yo llegué”.
Asimismo, el embajador de USA en México le puso el “cascabel al gato” al precisar que la coordinación en el último año luego de que el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR se negó a aceptar la inversión de 32 millones de dólares que estaban destinados para ayudar a la seguridad del pueblo mexicano.
Pero no tan solo eso.
En lo que pudiera calificarse como “sacada de espina” en la muy probable última etapa de su gestión diplomática, el embajador gringo también cuestionó la “austeridad republicana” y que se requiere de una inversión real en materia de seguridad pública.
Por supuesto que le asiste la razón al demócrata estadounidense al asegurar que “la seguridad es un pilar fundamental de cualquier democracia”.
Tuvo un gesto de caballerosidad diplomática al compartir la visión de la presidenta de México, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO, para poner especial atención a combatir las causas de la violencia. También, se pronunció en favor de un sistema judicial robusto y libre de corrupción.
Respecto a su reciente declaración asociada al fracaso del programa obradorista para combatir a la delincuencia, lógicamente, provocó la reacción de la Secretaría de Relaciones Exteriores por medio de una misiva diplomática a la Embajada de los Estados Unidos en México.
¿Cómo la ve?
DESDE EL BALCÓN:
I.-Aunque duela reconocerlo y peor aún si la crítica viene de un extranjero, la verdad monda y lironda es que el programa federal “abrazos, no balazos” del ex presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR resultó un rotundo fracaso.
Lo mal del caso es que su sucesora CLAUDIA SHEINBAUM PARDO continúa con la misma visión en el sentido de atacar las causas que generan la violencia.
Estará por verse si el super policía OMAR GARCÍA HARFUCH con sus facultades de acción ampliadas logra al menos inhibir a los grupos delictivos que operan impunemente en gran parte del territorio nacional.
Y hasta la próxima.
mariodiaz27@prodigy.net.mx