La telaraña fantasma

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Por Carlos López Arriaga

Cd. Victoria, Tam.- La respuesta de CLAUDIA SHEIMBAUM a las amenazas militares de la Casa Blanca se parece mucho a las reflexiones de MIGUEL DE LA MADRID comentadas en esta columna el lunes 3 de febrero (Interiores, “De la Madrid, su franqueza”, https://tinyl.io/C1CD).

Al norte del río Bravo se encuentra la mayor parte del aparato humano, material y logístico que distribuye las cargas de estupefacientes por toda la geografía americana, paso por paso, hasta llegar al vendedor de calle. Algo parecido dijo SHEINBAUM en su mañanera del viernes pasado:

-“Que empiecen por su país”, subrayó, para añadir: “ellos tienen mucho que hacer en Estados Unidos, ¿cómo es que llega el fentanilo o cualquier otra droga?, ¿qué pasa después de la frontera?”.

Para seguirse de frente con la idea:

-“¿Quién opera la distribución de la droga?, ¿quién la vende en las ciudades de Estados Unidos que ha provocado tanta tragedia?, ¿a dónde va ese dinero?, ¿cuál es la distribución final en las calles de las ciudades?”.

Para rematar, preguntando si (acaso)…

–“¿No hay cárteles allá, o delincuencia organizada?…”

Duro y a la cabeza el desplante, franco y además certero. Muy directo para un mandatario gringo que presume de lo mismo y se ufana de practicar una narrativa claridosa y sin pelos en la lengua.

 

DOBLE MORAL

El mastodonte rubio tiene mucho que decir en temas como: ¿por qué es tan buen negocio la introducción de narcóticos a su país?, ¿qué mecanismos de mercadeo se encargan de llevarlo, etapa por etapa, hasta quienes fuman, inhalan o se inyectan?

¿Quiénes son y han sido por años, los equivalentes al CHAPO, el MAYO, el MENCHO y similares, en Arizona, California, Nuevo México o Texas?, ¿y quienes sus semejantes en Nueva York, Chicago, Miami o San Diego?…

La DEA es muy dada a dibujar vistosos mapas mexicanos donde destacan con distintos colores las zonas controladas por los diferentes cárteles, mediante infografías donde aparecen hasta sus líderes, con nombres y apellidos.

¿Conocemos de un esfuerzo así al norte del río Bravo?… Si acaso sabemos que los vendedores callejeros suelen ser hispanos, asiáticos o afroamericanos. Pero la impresión es que sus jefes (altos ejecutivos) tienen apellido anglosajón, son rubios y se desplazan como tranquilos hombres de empresa.

A menudo combinan los negocios ilegales con la imagen de banqueros, comerciantes, industriales y hasta políticos. Acaso sigan operando (why not?) como discretos importadores de aceite de oliva, como la legendaria “Genco Pura Olive Oil Company”.

La respuesta mexicana es exacta, ¿quieren combatir al narco?, “empiecen por su país”, les dijo la doctora, aplicando la vieja consigna: “el buen juez por su casa empieza.”

 

SUBCULTURA ADICTIVA

Toda la narrativa hollywoodense está infestada de protagonistas consumiendo alcohol y droga con una naturalidad asombrosa. Lo han normalizado desde AL PACINO y RAY LIOTTA, hasta LEONARDO DICAPRIO, JEFF BRIDGES, DENZEL WASHINGTON o ASHTON KUTCHER, por mencionar algunos casos.

¿El buen juez por su casa empieza?, bueno, en aras de la coherencia, la justicia empieza desde el ámbito personal, antes de emprender guerras santas más allá de sus fronteras.

Para que un mandatario o gobierno pretendan juzgar o corregir a otros, primero deben aplicarse a sí mismos los principios que dicen defender y por los cuales (MATEO 7:3-5) “ven la paja en el ojo ajeno y nunca la viga en el propio”.

Trasladado esto a la vida política, el dicho subraya la necesidad de empezar por la autoevaluación, antes de apuntar con dedo flamígero y emitir condena sobre los demás. Y señala también la hipocresía de quienes imponen reglas o juicios sin aplicarlos primero a sí mismos.

Precisamente por ello, los millares de efectivos civiles y militares que hoy moviliza la Casa Blanca para el presunto (y muy dudoso) combate al fentanilo, la deportación de migrantes y el blindaje de sus fronteras, obtendrían mejores resultados si los focalizan en las correas de transmisión que hacen llegar los narcóticos al eslabón final de dicha cadena, el del consumidor.

 

JEFES INVISIBLES

Y de ahí para arriba, sobre las líneas de mando. Insisto, podrán ser de piel amarilla, morena o más oscura los encargados del trabajo duro. Quienes transportan, almacenan y distribuyen el producto dentro de la Unión Americana.

Pero los capos blancos que cuentan los billetes en la bóveda de los bancos son o pueden ser tan rubicundos como GREG ABBOTT, JAMES VANCE o DONALD TRUMP.

En el lenguaje de la MATRIX serían los equivalentes a “The Suits”. La escala más alta en la jerarquía de las máquinas, que en todo están, ordenan y disponen, pero jamás dan la cara. La telaraña fantasma.

Culpan a México pero los muertos por sobredosis de fentanilo están de aquel lado, bajo condiciones de intoxicación, decadencia física, debacle moral y, finalmente, la muerte. Similares a quienes consumen heroína o anfetaminas que (por cierto) fluyen con la misma impunidad del lado americano.

En la cuarta entrega de la MATRIX, los personajes centrales, NEO y TRINITY, son perseguidos por enjambres de bots, seres sin voluntad ni conciencia, hordas que se desplazan por las calles como zombis. Cualquier parecido con la turba ciega que asaltó el capitolio el 6 de enero de 2021 es algo más que mera coincidencia.

Por todo ello, transparentar al servicio de quienes se mueve toda esta maquinaria nos daría respuestas más razonables, donde los mexicanos serían (muy apenas) simples proveedores del producto primario. La plusvalía se genera donde se empaca y vende.

 

BUZÓN: lopezarriagamx@gmail.com

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