«REMESAS AMENAZADAS, OTRA CARA DE LA CRISIS»

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Dr. Jorge A. Lera y Lic. Bárbara Lera Castellanos.

Ante la llegada del presidente Donald Trump el 20 de enero, las cosas en la política y economía mexicana no han sido nada fáciles, al contrario, el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, ha tenido que lidiar, un día si, y otro también, con la agenda puesta por el magnate y ya se perdió la agenda propia que se marcaba hasta antes del día de la protesta del presidente norteamericano.

El argumento primero, de imponer aranceles del 25% a todas las importaciones provenientes de México y Canadá a los EE.UU. solo se difirió por 30 días, condicionado a trasladar 10 mil guardias nacionales a la frontera norte, para contener la migración y el tráfico del fentanilo. Sin embargo, Trump nunca está satisfecho con los resultados, y en esta ruta ya nos impuso un mismo arancel del 25% a las exportaciones mexicanas de acero y aluminio. Sin dejar de amenazar de generalizar estos aranceles al resto de mercancías.

Respecto a nuestras remesas recibidas por nuestros paisanos desde EE.UU., también han sido amenazadas para imponer un impuesto del 10% a todos los envíos. Recordando que en octubre de 2024, las remesas enviadas a México experimentaron una baja del 1.6% en comparación con el mismo mes del año anterior, lo que equivale a una disminución de 92.8 millones de dólares, se puede interpretar que una medida impositiva, sumada a las repatriaciones forzadas y las voluntarias, podrán afectar las historicas recepciones recibidas en la última década.

En forma anualizada, las remesas recibidas en los últimos dos años contabilizaron 63,313 millones de dólares al cierre del 2023 y 64,745 millones de dólares entre enero a diciembre del año pasado.

Aunque la cifra disminuida en octubre del 2024 pueda parecer menor en el contexto de una economía de más de 1.3 billones de dólares, representa un golpe para la estabilidad económica y social de muchas familias que dependen de estos recursos. Se proyecta que el crecimiento de las remesas en 2025 será de solo el 2.7%, considerablemente menor al 7.8% observado en 2023.

Esto significaría que México recibiría 2,461 millones de dólares menos en comparación con el período 2023-2024.

Se prevé que las amenazas de Trump tanto de imponer un impuesto hasta del 10% a las remesas, y las deportaciones masivas, podrían causar una reducción significativa en las remesas, estimándose que podrían disminuir hasta en 13,000 millones de dólares anualmente debido a las deportaciones y restricciones.

Antonio Ruiz Porras, coordinador del Doctorado en Estudios Económicos de la Universidad de Guadalajara, estima que incluso una deportación del 20% de los migrantes indocumentados podría resultar en esta significativamente reducción.

Esta disminución tendría efectos a corto plazo en la micro y la macroeconomía mexicana. En 2023, las remesas representaron aproximadamente el 3.5% del Producto Interno Bruto (PIB) de México. Si se cumplen las expectativas de deportaciones e impuestos, las remesas podrían reducirse al 2.6% o incluso menos, lo que impactaría fuertemente los recursos que llegan a México.

Los estados y comunidades más dependientes de estos ingresos, como Chiapas (donde las remesas representan el 15% del PIB estatal) y Jalisco (el tercer mayor receptor a nivel nacional), serían particularmente afectados. Los estados del noreste, si bien dependen menos de estas recepciones, también podrían afectarse ya que Nuevo León ya registró mil 355 millones de dólares al cierre de 2024, Tamaulipas un promedio de mil 016.7 millones y Coahuila poco más de 951 millones de dólares.

A pesar de los riesgos asociados con las políticas migratorias de Trump, algunos analistas consideran que no se espera que los flujos de remesas se vuelvan negativos. Clemente Hernández Rodríguez, académico del Departamento de Economía de la Universidad de Guadalajara, basa su postura en la cultura mexicana del trabajo y en la depreciación del peso frente al dólar.

Un informe de BBVA indica que las remesas ya experimentaron caídas interanuales en varios meses de 2024, incluyendo marzo (-3.4%), mayo (-1%), julio (-1.3%), septiembre (-4.6%) y octubre (-1.6%)3. Se espera que esta disminución gradual se profundice en 2025, lo que obligaría al gobierno mexicano a tomar medidas como diversificar los mercados o buscar la vía diplomática en la renegociación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Ruiz Porras sugiere que las remesas deberían ser un tema dentro de esa discusión.

Hernández Rodríguez anticipa que el gobierno mexicano podría recurrir a deuda para solventar programas sociales para los expatriados y las posibles consecuencias que la disminución de ingresos tendrá para las familias.

BBVA Research señala que el principal factor que impulsa la migración y las remesas es la economía de Estados Unidos, no la política migratoria. Aunque las medidas que restringen la entrada y la incorporación laboral de migrantes podrían afectar el flujo de remesas, solo un tercio de la población migrante mexicana es no documentada.

Una menor oferta de mano de obra migrante podría aumentar los salarios de los migrantes que permanecen en Estados Unidos, lo que les permitiría enviar más dinero a sus comunidades de origen. Los migrantes de segunda y tercera generación, que cuentan con la ciudadanía, también contribuyen al envío de remesas.

BBVA Research considera que una contracción de las remesas en el futuro cercano no se explicaría únicamente por medidas antiinmigrantes, sino también por una posible desaceleración económica en EE.UU.

En noviembre de 2024, las remesas familiares a México aumentaron un 10.6% en comparación con el mismo mes de 2023, totalizando 5,435 millones de dólares5. Sin embargo, a diferencia de 2016, tras el triunfo electoral de Trump, no es evidente que exista un «Efecto Trump» en las remesas a México en noviembre de 2024.

El Banco Mundial estima que las remesas a nivel mundial alcanzaron los 905,000 millones de dólares en 2024, un aumento del 4.5% a tasa anual. En México, las remesas representaron el 3.4% del PIB nacional en 2024.

Si bien es probable que las políticas migratorias de Trump generen una contracción en el flujo de remesas hacia México, la magnitud de esta disminución dependerá de diversos factores, incluyendo la intensidad de las deportaciones, la implementación de impuestos a las remesas, la situación económica en Estados Unidos y la respuesta del gobierno mexicano.