Por José Gregorio Aguilar
El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa y conmemora la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, tal como lo describen los Evangelios. Es un momento muy significativo para los fieles católicos, quienes recuerdan este evento como el preludio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.
Es muy común observar las procesiones y bendiciones de palmas en las iglesias durante este día, como una forma de recrear y participar en este importante pasaje bíblico.
La misa del Domingo de Ramos de la Pasión del Señor, se celebró en la Unidad Deportiva Adolfo Ruíz Cortines, después de que monseñor Oscar Efraín Tamez Villarreal, presidió la bendición de las palmas y ramos afuera de la Catedral del Sagrado Corazón de Jesús, desde donde la procesión se trasladó al patinadero del 16 Carrera Torres para escuchar el mensaje central de esta fecha.
En la homilía, el obispo de la Diócesis de ciudad Victoria, enfatizó la importancia de la oración y la misericordia como elementos fundamentales para cumplir con el proyecto de Dios.
“Ese proyecto con el que Jesús hace el proyecto del padre y nos salva, tiene dos grandes características que nosotros vamos a necesitar siempre: primero, no se puede corresponder a un proyecto de Dios en nuestra vida y nunca podremos hacer el proyecto de Dios sino desde la oración”.
La entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, que se conmemora en este día, es un momento clave en la narrativa bíblica que destaca la importancia de la fe, la humildad y la compasión.
“Oren para no caer en la tentación dice Jesús, toda la última Cena es un momento profundo de oración de Jesús al Padre e implica a sus discípulos y el momento obviamente de la oración del huerto, Jueves Santo”, expuso monseñor Tamez.
Ante cientos de fieles católicos, el Obispo continuó su reflexión y agregó que, además de la oración, se requiere aprender de la experiencia divina de la misericordia, tal como lo narran algunos pasajes bíblicos, como cuando Pedro negó a Jesús o cuando desde la Cruz el hijo de Dios perdonó a todos los que lo crucificaron.
“No se puede cumplir y no se puede corresponder al proyecto de Dios sino es desde la oración pero también a esa vida de oración hay que ser partícipe y acogedor de la experiencia de la misericordia y me impresionan algunos pasajes. Pedro, el demonio ha pedido para ser zarandeado pero he pedido por ti cuando seas confirmado en la fe confirma a tus hermanos Jesús sabe lo que va a pasar con Pedro pero lo acoge con la misericordia”.
Y subrayó: “Cuando Jesús está en la cruz dice, padre perdónalos a todos los que me crucificaron porque no saben lo que hacen y pronuncia las dos palabras más hermosas ante aquel que nosotros le llamamos el buen ladrón: hoy estarás conmigo en el paraíso”.
El obispo Tamez Villarreal concluyó la homilía diciendo; “pidámosle a Dios que nos dé el don de la oración para que cada uno de nosotros desde nuestra vida podamos corresponder al proyecto de Dios que nos salva, que nos lleve a la paz y que cada uno de nosotros según nuestras necesidades nos dejemos abrazar por la misericordia de Jesús”.