Por: Lic. Bárbara Lera Castellanos.
A pesar de las presiones arancelarias impuestas por Estados Unidos y de campañas negativas sobre seguridad, Tamaulipas ha concretado en los últimos dos años inversiones nacionales y extranjeras por 20,026 millones de dólares, generando 42,760 empleos, de acuerdo con datos recientes de la Secretaría de Economía estatal.
Desde el inicio de la administración del gobernador Américo Villarreal Anaya se han materializado 146 proyectos, de los cuales 77 corresponden a nuevas inversiones y 69 a expansiones de operaciones ya existentes.
El capital proviene principalmente de Estados Unidos (44%) y México (30%), seguido de Canadá, India, España, China, Japón, Alemania, Francia y otros países.
En el mapa industrial del estado destacan dos polos clave:
1. Reynosa, con el 36% de la inversión total, enfocada mayormente en la manufactura y la industria maquiladora;
2. Altamira, con el 18%, que se posiciona como un nuevo polo de desarrollo del bienestar gracias a su creciente industria química y petroquímica, impulsada por la estratégica ubicación de su puerto.
El sector manufacturero, representando el 16% de los proyectos, ha sido decisivo para reforzar el liderazgo de Reynosa como epicentro productivo, orientado a la exportación y a la generación masiva de empleos.
Por su parte, Altamira vive una transformación que combina su fortaleza portuaria con inversiones en química-petroquímica (18% del total estatal), potenciando cadenas de valor que benefician no sólo al sur de Tamaulipas, sino a la economía estatal en general.
De acuerdo con el informe de Economía, actualmente existen 158 proyectos potenciales que, de concretarse, representarían más de 19,000 millones de dólares adicionales en inversión y la creación de más de 35,000 empleos. Los sectores con mayor proyección incluyen el químico–petroquímico, manufacturero, automotriz, eléctrico–electrónico y energético.
Con estos resultados, Tamaulipas confirma que mantienen la confianza de los inversionistas y perfila a Reynosa y Altamira como ejes estratégicos para su desarrollo económico, apostando por un modelo que combina industria de exportación, petroquímica, infraestructura y bienestar social.