Por: Lic. Bárbara Lera Castellanos.
Tamaulipas y Altamira, en el noreste de México, poseen una riqueza natural y biodiversidad que aún no ha sido plenamente explotada para el turismo.
Sus ecosistemas diversos, que van desde llanuras costeras hasta santuarios de fauna, representan un potencial invaluable para atraer a visitantes interesados en el ecoturismo, el turismo de aventura y la educación ambiental.
Sin embargo, para transformar este potencial en una realidad sostenible, se requiere diseñar e implementar un plan integral que integre la conservación ambiental con el desarrollo económico local.
A continuación, se presentan propuestas de valor para aprovechar la naturaleza y fauna de estas regiones y convertirlas en destinos turísticos innovadores y atractivos para el turismo nacional e internacional.
1. Desarrollo de rutas ecoturísticas y áreas protegidas.
Tamaulipas alberga sitios icónicos como el Refugio de la Biosfera El Cielo y la Reserva de la Biosfera Laguna Madre.
El primer paso sería consolidar y ampliar las áreas protegidas, garantizando la conservación de sus ecosistemas y especies endémicas.
En Altamira, la laguna y sus manglares son un ecosistema vital que podría ser mejor integrado en circuitos turísticos.
Se propone diseñar rutas ecoturísticas guiadas que permitan a los visitantes explorar la naturaleza sin dañarla, combinando senderismo, avistamiento de aves (especialmente aves migratorias y residentes), observación de fauna marina y exploración de manglares.
2. Fomento del turismo de observación de fauna marina y terrestre.
La riqueza faunística de la región, que incluye aves, reptiles, mamíferos y especies marinas, debe aprovecharse mediante tours especializados.
Por ejemplo, la observación de tortugas marinas durante sus temporadas de anidación en playas costeras puede ser una gran atracción.
Además, la promoción de recorridos para avistamiento de delfines, aves migratorias y especies endémicas incentivaría el turismo responsable enfocado en la conservación.
3. Capacitación y generación de empleo local.
Para asegurar que el turismo sea sustentable, es imprescindible capacitar a las comunidades locales en turismo ecológico, conservación ambiental y atención al visitante.
Esto no solo genera empleo, sino que también fomenta que los habitantes se conviertan en guardianes de sus propios recursos naturales.
También pueden implementar talleres para guías turísticos, artesanos y prestadores de servicios deben ser prioridad para fortalecer la economía local sin sacrificar la integridad del entorno.
4. Infraestructura turística sustentable.
Para que el turismo se vuelva viable, es necesaria una infraestructura acorde por ejemplo: senderos bien marcados, centros de visitantes, señalización educativa, miradores y zonas de descanso que respeten el medio ambiente y colocar botes de basura para mantener limpio, así como recorridos constantes de las personas que estén encargadas de mantener el orden y la limpieza de los lugares señalados.
La construcción de eco-lodges, campamentos y áreas para actividades al aire libre debe realizarse bajo criterios de bajo impacto ambiental, utilizando energías renovables y materiales locales.
5. Campañas de promoción nacional e internacional.
Las campañas de promoción turística deben resaltar las particularidades naturales y culturales de Tamaulipas y Altamira, posicionándolas como destinos ecológicos poco explorados y de costos accesibles comparados con otros destinos.
Participar en ferias de turismo, alianzas con operadores especializados en ecoturismo y el uso activo de plataformas digitales permitirá llegar a un público más amplio y sensibilizado con la naturaleza.
Por lo que no podemos dejar pasar
el enorme potencial natural y la fauna de Tamaulipas y Altamira, que puede ser el motor de un desarrollo turístico sustentable que beneficie a las comunidades locales, impulse la conservación ambiental y diversifique la oferta turística regional.
Con una estrategia integral que incluya la protección de ecosistemas, capacitación, infraestructura sostenible y promoción adecuada, estas regiones pueden consolidarse como destinos líderes en turismo de naturaleza y ecoturismo en México, contribuyendo así a la preservación de su riqueza y al bienestar socioeconómico de su gente.